Madero doblega a Calderón dentro del PAN
Roberto Vizcaíno lunes 31, Mar 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Al quitarles la mayoría en el Consejo Nacional les cancela en los hechos su futuro dentro de AN
- Calderón ha dicho que buscaría crear otro partido si Madero resulta el ganador
- González Morfín llega con la promesa de garantizar los consensos en las secundarias
En una muestra de poder, más que de agandalle, Gustavo Madero asistió y se apoderó el sábado pasado de la Asamblea Nacional Ordinaria del PAN donde confirmó que va a ser muy difícil que Felipe Calderón y su alfil Ernesto Cordero le quiten el control del PAN en los siguientes 4 o más años.
Madero acudió a ese acto no sólo como el aspirante más fuerte a la dirigencia nacional del PAN, sino como líder de las dos terceras partes del Consejo Nacional integrado por 270 miembros.
Un consejo que durará en funciones hasta el 2018 y que será el que defina las reglas de selección de candidatos de aquí hasta entonces, incluido el que representará a Acción Nacional en la siguiente contienda presidencial.
Con ello el chihuahuense le arrebató el futuro a Calderón y los suyos. Especialmente a Margarita Zavala.
Y es que el sábado, y por segunda vez en los últimos 4 años, el chihuahuense les arrebató a Calderón y a su grupo el predominio interno y territorial de Acción Nacional, con lo cual mantiene el control casi absoluto del instituto político que representa a la derecha mexicana.
Un partido que ingresa casi 800 millones de pesos anuales del IFE –es decir, de nuestros impuestos–, y que a pesar del desastre del 2012, cuenta con 6 gobernadores, es la segunda fuerza en el Congreso y en las alcaldías y congresos locales.
Pero sobre todo, una fuerza política que es el principal interlocutor, aliado –y en una circunstancia que a veces cae en lo esquizofrénico–, el principal opositor real del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Con el golpe dado ayer dentro del Consejo Nacional del PAN, Madero pone de rodillas a Felipe Calderón y lo coloca en una posición en la que queda listo para el siguiente espadazo que caerá el 18 de mayo próximo cuando le gane por amplia mayoría a su ahijado Ernesto Cordero.
Al menos eso es lo que dicen no sólo los sondeos, sino los hechos reiterados de que Madero hizo su campaña no ahora, sino desde hace meses entre los 220 mil militantes de su partido.
¿OTRO PARTIDO?
La presencia de Madero dentro de la Asamblea Nacional Ordinaria fue tomada por su contendiente, el senador con licencia Ernesto Cordero, como una falta de respeto a la palabra, ya que ambos habían declinado asistir a ese evento como candidatos.
Madero indicó que él no estaba ahí en su calidad de aspirante a la dirigencia de su partido, sino como delegado y como presidente con licencia, calidades que no tenía Cordero.
La verdad es que más allá de las bromas y chamaqueos, el chihuahuense está empujando a sus contrincantes Calderón y Cordero a tomar una decisión de fondo ante su muy posible derrota.
Calderón ha dicho que nunca aceptaría la reelección de Madero al frente del PAN y que si esto ocurría, podría estar pensando en encabezar la formación de otro partido.
El comentario del ex presidente de la República no es para nada una balandronada o desfogue de su fuerte temperamento, sino el reconocimiento de que tiene muchos compromisos políticos y ambiciones, entre estas la de impulsar la candidatura de su esposa, de Margarita Zavala, para ser primero diputada y luego aspirante a la Presidencia de la República.
Para eso quiere que Cordero gane la dirigencia del PAN.
La ruta, dicen quienes les ha escuchado a Calderón y su esposa en encuentros privados en México y en EU, es esa y contaban con que podrían mantener para ello el control del PAN.
Margarita sería aspirante a San Lázaro y sin ninguna duda coordinadora de la próxima bancada del PAN. Y de ahí, en los siguientes tres años, con exposición garantizada en medios, con recursos importantes provenientes de la misma cámara, con el antecedente de haber sido ya diputada y senadora, pero sobre todo “primera dama”, con una interlocución asegurada con gobernadores, con líderes políticos y sociales, con el gabinete y con el Presidente de la República, pues todo estaba puesto para la gran oportunidad.
Peeero Madero se les interpuso.
Ahora, en la perspectiva de echar a andar un control de daños ante el posible triunfo y relección de Gustavo Madero, Felipe Calderón –quien no sólo fue presidente de la República, sino coordinador de los diputados federales y líder nacional de Acción Nacional–, podría ordenar de entrada la separación de sus 24 senadores de la bancada de 38 legisladores del PAN, y constituirse como grupo independiente.
Y repercutir esa acción con los diputados federales afines a su corriente.
Luego irían por la formación de un nuevo partido, o con la idea de asociarse a uno de los ya establecidos.
Serían en los hechos una réplica de Morena de Andrés Manuel López Obrador, pero dentro de la derecha mexicana.
MADERO DEBE CUIDARSE
En este escenario, con los enormes intereses –económicos y políticos– en juego no está por demás señalar que Gustavo Madero entra en un espacio de fragilidad.
Dice un ex amigo que idealiza a AMLO, que los de la derecha “son malos”, que siempre buscan solucionar sus conflictos y desacuerdos por la vía de la violencia. La historia confirma su dicho. Los antecedentes de esa tendencia en el mundo están llenos de eso.
No estaría mal pues que Madero tuviese más cuidado, que reforzara su seguridad. No estaría mal.
SIN NOMBRES, CUALQUIERA
En esa misma asamblea del sábado, Cecilia Romero, la presidenta interina del PAN afirmó que su partido no tolerará corruptos.
“Simple y sencillamente en este partido no queremos a los corruptos”, enfatizó.
Todos voltearon a ver al de al lado porque sin nombres de por medio, la referencia puede ser aplicada a cualquiera.
BARDA ALTA
Quienes conocen y han tratado al panista José González Morfín dicen que es un buen hombre, un político decente.
González Morfín es hoy presidente de la Cámara de Diputados y tiene ante sí un reto de conducción legislativa alto dejado por su antecesor el joven Ricardo Anaya, quien en su gestión de apenas 6 meses en ese cargo resultó toda una sorpresa, al grado de que es hoy el segundo en la fórmula de Gustavo Madero para la presidencia del PAN.
González Morfín, oriundo de Cotija, Michoacán y a punto de cumplir los 60, panista, con una extrañísima dualidad de profesiones, la de abogado y dentista, ha comenzado por labrar su historia como presidente de San Lázaro con un encuentro con periodistas de “La Fuente” y con una promesa:
“En la discusión de la agenda de reformas que tenemos en lista, se generará el espacio necesario para su análisis y se mantendrá una comunicación fluida con el Senado de la República”.
Es decir, que operará para garantizar que las secundarias de las reformas estructurales salgan en este período.
Y advirtió que más allá de las presiones que pudieran darse en las siguientes cuatro semanas de periodo, la Cámara de Diputados bajo su conducción tomará sus propias decisiones y determinará sus propios tiempos para aprobar las leyes pendientes.
“Nos quedan exactamente 31 días para avanzar en la agenda que tenemos por delante con el paquete de reformas secundarias en telecomunicaciones, en energía y en materia político-electoral, entre otras.
“Puede haber la certeza de que daremos prioridad a todos los temas que deban ser revisados antes de que concluya el periodo ordinario de sesiones, pero abrir espacios después del 30 de abril, también es una opción que no está descartada”, reconoció.
Su presidencia en San Lázaro, dijo, garantizará un debate abierto de todos los temas pero buscará ante todo los consensos que permitan avanzar en la agenda del interés nacional.
Apenas llega, vamos a ver cómo termina, tiene poco tiempo, de aquí al 30 de agosto.