Los cambios
Ramón Zurita Sahagún lunes 24, Mar 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Son muchos los que especulan del cómo habrían sido las cosas bajo la eventual Presidencia de la República de Luis Donaldo Colosio.
La mayor parte de esos analistas y académicos, dibujan escenarios casi de ensueño, basados en aquel memorable discurso pronunciado el 6 de marzo de 1994, 17 días del asesinato del candidato tricolor.
Sin embargo, es comprobable que una cosa son los discursos y promesas de campaña de todos los candidatos presidenciales y otra es la realidad de lo que pueden o quieren hacer los presidentes de la República.
Es cierto que es casi seguro que de no ocurrir el magnicidio de Luis Donaldo, tampoco se hubiese presentado la fuga de capitales, el crimen de José Francisco Ruiz Massieu y el “error de diciembre”, entre otros asuntos.
Tampoco habría sucedido el rompimiento tan fuerte entre el presidente saliente (Carlos Salinas de Gortari) y el entrante (Luis Donaldo Colosio Murrieta, en el supuesto de su casi seguro triunfo).
Mucho menos habría sucedido el encarcelamiento de Raúl Salinas de Gortari, el llamado hermano incómodo.
Sin embargo, esas son algunas presunciones, como también lo es el cómo habría sido el gobierno de Colosio Murrieta.
Para algunos, el triunfo de Colosio Murrieta se encontraba en el aire, ya que enfrentaría en las urnas a Diego Fernández de Cevallos y Ramos, candidato del PAN y a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, candidato de la izquierda.
Es cierto que Luis Donaldo no las traía todas consigo, ya que el alzamiento armado de Chiapas, mantenía en ascuas al país, además de que su nominación no había sido totalmente digerida por los camachistas.
Sin embargo, en su favor operaba el que su partido, el Revolucionario Institucional, seguía siendo una máquina arrolladora de triunfos electorales, con todo y que dos estados ya eran gobernados por panistas, uno ganado en las urnas y el otro negociado en las llamadas concertacesiones, pero en el resto de las entidades, incluido el Distrito Federal gobernaba el PRI.
Hasta ahí el panorama era halagüeño para los priístas, ya que la candidatura de Colosio Murrieta crecía ante las muchas expectativas que se tenían.
Dejando atrás las especulaciones sobre cómo habría sido el gobierno de Colosio Murrieta, lo que sí es plenamente verificable es que después del asesinato de Luis Donaldo, México cambió y se produjeron una serie de transformaciones, los más de ellos favorables para la buena marcha del país.
Es cierto que la transformación más sensible fue la del impacto del “error de diciembre” que transformó a decenas de miles clasemedieros en pobres, que endeudó más al país, llevándolo casi a la bancarrota y produjo una mayor pobreza en toda la República.
Se produjo el cambio democrático, un reajuste entre los partidos y la vida democrática del país, que seis años después ocasionó el cambio de siglas e ideología en el Poder Ejecutivo.
Es cierto que el llamado “voto del miedo” provocó un triunfo arrollador de Ernesto Zedillo Ponce de León, pero tres años más tarde, el PRI perdió su hegemonía, ya que por vez primera en la historia dejó la mayoría absoluta en la Cámara de Diputados y sucumbió en varios estados del país, incluido el Distrito Federal.
Los crímenes de dos de sus principales militantes impactaron en el electorado, sumados a la crisis económica, el error de diciembre y la ruptura de los grupos que antes fueron homogéneos, hicieron que el antes compacto grupo de ciudadanos que votaban por el PRI buscaran otras opciones.
De esa forma, Vicente Fox Quesada consiguió convertirse en el candidato idóneo, el rebelde que prometía un gobierno distinto al que habían ejercido aquellos que calificaba de víboras, tepocatas y corruptos.
Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, dieron paso a una nueva docena trágica (como antes se habían calificado los gobiernos de Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo y Pacheco), donde quedó comprobado que una cosas es prometer en campaña, presentar programas, supuestamente, vivales y ofertar, pero otra cosas es gobernar.
Como los gobiernos anteriores priístas, los panistas mostraron una serie de deficiencias y dejaron en claro que una cosa es querer y otra poder.
Eso es lo que provoca dudas en cómo habría sido el probable gobierno que encabezaría Luis Donaldo Colosio Murrieta, en caso de haber ganado en aquellos comicios de 1994.
La realidad es que nunca lo sabremos y que Colosio Murrieta se mantiene como una figura mítica, a la que algunos intentan beatificar y otros lo ven como algo etéreo que poco a poco se va olvidando.
El domingo 23, con motivo de la conmemoración del 20 aniversario del asesinato de Luis Donaldo, el presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, aseguró que las ideas y el trabajo del ex candidato presidencial Luis Donaldo Colosio permanecen vigentes a través de las reformas y del trabajo del Pacto por México.
Basado en ese discurso totalmente anquilosado, Camacho Quiroz se sacó de la manga su analogía entre lo que pregonaba Colosio Murrieta y la actualidad de las reformas aprobadas recientemente.
En la ceremonia del XX aniversario luctuoso, celebrada en la Universidad Claustro de Sor Juana, César Camacho dijo que el Pacto por México puso fin al monopolio de las iniciativas como lo decía Colosio.
Dijo que la reforma del poder que él propuso en 1994 tenía como fin transformar a la gente como la reforma del estado del gobierno federal.
Afirmó que su partido tomó la estafeta de transformar democráticamente el país que la ausencia de Luis Donaldo Colosio dejó tras su muerte.
Sin duda, el oportunismo es parte de la conmemoración del 20 aniversario del asesinato de Luis Donaldo.