La guerra blanquiazul que viene
¬ Augusto Corro viernes 21, Mar 2014Punto por punto
Augusto Corro
Iniciaron sus campañas políticas los dos candidatos que buscan el liderazgo blanquiazul.
Ellos son Gustavo Madero y Ernesto Cordero. El primero es el actual presidente y busca su reelección. El segundo es senador con licencia.
La lucha por el poder en Acción Nacional ocurre en tiempos difíciles para el partido que no ha podido superar la derrota mayúscula que sufrió en las elecciones presidenciales del 2012.
Desde esa fecha el PAN enfrenta un divisionismo en sus filas que crece cada día sin posibilidades evitarlo.
En la campaña de ahora los dos aspirantes al liderazgo tendrá que aplicarse a fondo si quieren ganar- Esto quiere decir que no se limitarán en el empleo de la guerra sucia.
Los panistas aprendieron muy pronto lo negativo de otros partidos y ahora lo aplicarán en la contienda que culminará el 18 de mayo con las elecciones.
La clientela panista ya conoce a los aspirantes. Aunque todo hace suponer que el ganador será Madero, el senador con licencia, Cordero, buscará, por lo menos, abollarle la imagen a su contrincante.
El pleito entre ambos personajes es conocido por todo mundo. Madero tiene el mérito de haberse enfrentado a Calderón, cuando este aún se desempeñaba como presidente de la República.
No fue una tarea fácil, pero logró independizarse de la influencia de Calderón, tarea que parecía imposible.
Durante las acciones políticas de la campaña presidencial mencionada, la dirigencia panista, con Madero al frente, se fue por un lado y Calderón por otro. El resultado lo conocemos. Josefina Vázquez Mota, la aspirante panista a ocupar Los Pinos, cayó al tercer lugar en esa justa electoral.
Ni Madero, ni Calderón se ocuparon de apoyar a la primera mujer panista con aspiraciones presidenciales.
El entonces presidente de México ya había sido derrotado por los panistas que le negaron el voto a Cordero para que participara como abanderado panista en las elecciones citadas.
El poder y la influencia del michoacano no fueron suficientes para que su candidato Cordero se impusiera sobre los demás aspirantes blanquiazules. Y así derrota tras derrota, Calderón dejó la silla presidencial.
Ahora nuevamente se vuelven a ver las caras ante un PAN mermado por las disputas internas y su principios políticos arrojados al bote de la basura.
Propios y extraños saben que sacar a Acción Nacional del abismo de la corrupción les llevará tiempo.
Por ejemplo, los casos emblemáticos de los “moches” de sus legisladores y el escándalo de Oceanografía salpicaron de ilegalidad a la jerarquía panista. En ese lodazal de corrupción se llevan a cabo las elecciones.
Cabe señalar que Cordero no escatimará ninguna oportunidad de lanzar lodo contra Madero.
Para llevar a cabo su propósito, contrató los servicios del consultor político, Aleix Sanmartín, experto en guerra sucia. Así que habrá que esperar los primeros ataques, sin importar el compromiso de los candidatos de no echarle más gasolina al fuego del divisionismo.
Según se informó, el tal Aleix acompaña a Cordero desde noviembre pasado. Seguramente ya tiene el arsenal de lodo para empezar a utilizarlo.
Los blanquiazules saben que en esta lucha por el poder se encuentran en condiciones de darle la puntilla a Calderón, quien, ya se ha dicho en otras ocasiones, estaría en condiciones de abandonar a Acción Nacional y crear su propio partido si Madero obtiene el triunfo. Así lo dejó entrever a unos panistas con los que cenó en Boston.
Luego de las elecciones, los blanquiazules tendrán que sacudirse el lastre de la corrupción que tan duro le ha pegado a la imagen del partido. Los panistas tradicionales se sienten incómodos ante un PAN que cambió todas las reglas del juego, entre otras su postura de partido de oposición.
Fox y Calderón trabajaron incansablemente para hundir al partido. El guanajuatense no supo gobernar y el michoacano se empeñó en una guerra fallida con miles de muertos y desaparecidos.
De acuerdo con los pronósticos, Madero volverá a vencer a Calderón. Falta poco tiempo para confirmarlo.
Feliz fin de semana.