Erario saqueado
¬ Augusto Corro jueves 20, Mar 2014Punto por punto
Augusto Corro
En época reciente los gobernadores de diferentes partidos políticos se han caracterizado por dejar vacías las arcas públicas.
En ese estilo de hacer uso indebido del erario la justicia poco o nada hace para castigar a los delincuentes de cuello blanco.
La lista de ex mandatarios estatales es muy larga y casi todos tienen cuentas pendientes con la ley.
Entre los ex gobernadores se encuentran Ulises Ruiz Ortiz, de Oaxaca; Mario Marín, de Puebla; Andrés Granier, de Tabasco; Juan Sabines, de Chiapas; y Narciso Agúndez, de Baja California Sur, Juan Manuel Oliva, de Guanajuato, etc. A esa lista debe agregarse el nombre de Leonel Godoy, de Michoacán. El ex mandatario dejó las finanzas estatales en quiebra técnica. Así lo aseguró el gobernador Fausto Vallejo.
En Tabasco, Granier no dejó dinero ni para sueldos de la burocracia. En fin, ya se hizo costumbre que los titulares de los gobiernos estatales se despachen con la cuchara grande de los recursos económicos públicos.
Y como nadie los llama a cuentas, los ex funcionarios son denunciados ante la opinión pública y al poco rato se olvidará el asunto y a otra cosa mariposa.
El tema del saqueo a las arcas públicas vuelve a estar vigente, debido a que la policía capturó a Ricardo Humberto Suárez López, quien se desempeñó como hombre fuerte de las finanzas, con Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy.
El ex secretario de Finanzas de Michoacán fue acusado de varios delitos, entre otros de peculado y abuso de poder.
Como ocurre en ese tipo de asuntos, el ex mandatario Godoy se hizo a un lado y se lavó las manos, para que sea el propio Suárez López, quien resuelva su problema.
La historia vuelve a repetirse. El ex gobernador, en este caso Godoy, deja en la estocada a su colaborador, como si no lo hubiera conocido nunca.
Si se hizo mal uso de los recursos públicos en la administración de Godoy, ¿es posible que el entonces mandatario estatal no hubiera tenido conocimiento de acciones ilegales de su colaborador?
No es creíble que un secretario de Finanzas se maneje como si se tratara de una empresa particular en la que el dueño decide el destino del dinero. Estar con la responsabilidad de funcionario público con el manejo del erario implica autorizaciones del encargado del gobierno. Y si Godoy no supo de los malos manejos del tesoro público ¿a que se dedicaba?
Porque también en seguridad, el citado ex funcionario perredista se hizo el desentendido y en su administración crecieron los cárteles de la droga. Los gobiernos de Cárdenas Batel y Godoy se distinguieron por el inicio y auge de la narcoviolencia.
Godoy debe estar tranquilo. Los platos rotos serán pagados por el encargado de las finanzas, que se “enfermó” cuando fue aprehendido por la policía e internado en un hospital. Más o menos la misma actitud de Granier, quien se sintió afectado en su salud y las autoridades optaron por mantenerlo en el Distrito Federal hasta que se sienta bien físicamente para, posteriormente, enviarlo a su cita con la justicia tabasqueña. Si analizamos la lista de ex gobernadores acusados del delito de peculado, solo uno ha sido procesado y enviado a prisión. Hablamos de Narciso Agúndez, de Baja California Sur. Este perredista estuvo en la cárcel una temporada y ya anda libre. Godoy no irá a la cárcel, porque nadie le exigirá cuentas de su paso depredador por el gobierno michoacano.
RESULTARON CANÍBALES
Precisamente ayer nos referimos a las sorpresas que ofrecen las bandas de narcotraficantes.
Ya hablamos del tráfico de órganos humanos al que se dedicaba Manuel Plancarte Gaspar, de 34 años, sobrino del capo Enrique Plancarte Solís, otro de los líderes de “Los Caballeros Templarios”.
Parece que nos quedamos cortos en informar sobre la extracción de los órganos vitales. Resulta que algunos testigos declararon que el corazón de las víctimas tenían que comerlo aquellos que se iniciaban como templarios. Nazario Moreno (a) “El Chayo” obligaba a quienes se iniciaban en esa banda a consumir el corazón humano, como parte de un rito “para fortalecer el carácter fraterno seudo-espiritual del cártel. Uno de los testigos dijo que “El Chayo” obligaba a sus “soldados” a fortlecerse por medio de la ingesta de corazones”.