¿Para vivir mejor?
Ramón Zurita Sahagún miércoles 16, Jun 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El 28 de junio tendrá como fecha máxima el nuevo presidente de COFETEL para asumir su encargo, sin que, hasta el momento, los consejeros puedan ponerse de acuerdo sobre si Héctor Osuna se mantiene o no en el cargo.
Ernesto Gil Elorduy fue propuesto en alguna ocasión, sin que recibiera el aval de los demás integrantes del organismo, aunque podría nuevamente ser postulado.
El cambio en COFETEL o la elección de Osuna para un nuevo período es uno de los tantos pendientes que se mantienen dentro de las estructuras gubernamentales, en los diferentes niveles de gobierno.
La designación del Procurador General de Justicia del Estado de México, es otro pendiente.
Asumir la defensa de los muertos de la frontera, mediante una más enérgica protesta por parte de la diplomacia mexicana también ha sido relegado, por las diferentes tareas y viajes de la titular Patricia Espinosa.
Y es que toda la atención parece centrada en el fútbol, donde los seleccionados mexicanos pueden servir de válvula de escape si es que proceden a darle esa alegría que buscan los aficionados con un resultado satisfactorio.
Ni siquiera la violencia desatada en los días recientes ha merecido la atención que regularmente tiene en épocas normales, con todo y que la semana pasada fue considerada como la más sangrienta del sexenio del Presidente Calderón y el saldo de la jornada del lunes 14 no desmereció en cuanto a violencia y saña registrada en varios estados del país.
Aquellos que esperaban un receso provocado por la fiebre del futbol se equivocaron rotundamente y el escenario de la lucha contra la delincuencia y la violencia ofrece un futuro todavía más nebuloso.
Las distracciones provocadas por los seguidores del deporte de las patadas, inmersos en el mundo del balón rodado no han sido obstáculo para que las matanzas se reproduzcan en distintos escenarios del país.
El estado de Chihuahua ni siquiera se sonroja con los asesinatos en grandes volúmenes que se ejecutan en una sola jornada. Michoacán registra lo frágil que son los cuerpos policíacos, sin importar de dónde provienen y una emboscada de agentes federales deja un saldo lamentable de doce muertos.
Un motín en un penal de Sinaloa, como tantos otros ocurridos durante la presente administración, deja como saldo tres decenas de fallecidos.
Guerrero produce muertos al por mayor en un enfrentamiento entre los cuerpos de seguridad gubernamental y la delincuencia organizada.
Y eso que solamente han pasado dos días laborables de la semana.
Qué es lo que sucede, se desataron los demonios, se descuidó la vigilancia, se distrajeron las autoridades absortas en el pésimo espectáculo que ofrecen los deportistas profesionales del futbol.
No, la realidad descarnada enseña que es la estrategia o la falta de ella la que provoca todos estos hechos violentos y que la falla proviene nuevamente de los altos mandos en materia de seguridad pública.
En la mayoría de las áreas del gobierno federal se producen cambios y se releva a los personajes que incumplen con sus tareas o que muestran que la vara les queda demasiado alta, en los cuerpos de seguridad eso no sucede, ni entre los civiles, ni mucho menos en los mandos militares que se arropan unos a otros para encubrir sus garrafales errores.
El baño de sangre continúa y las autoridades ya no encuentran cómo justificar sus fracasos. Unos culpan la infiltración en los cuerpos policíacos, tanto municipales como estatales y hasta federales. Otros a la facilidad con que los grupos delincuenciales se reagrupan. Los menos reconocen fallas en la operatividad y hay hasta quienes pregonan que es mejor aprender a coexistir con la violencia.
Un cuaderno de reflexiones sobre las acciones gubernamentales editado por el PRI y firmado por Francisco Rojas Gutiérrez, coordinador de la bancada tricolor en San Lázaro, establece que en lo que va del siglo XXI, la inseguridad pública ha sido una constante y se ha convertido en un factor poderoso que inhibe las inversiones, desde las grandes empresas internacionales hasta los pequeños comercios familiares.
El análisis sobre el tema por parte del coordinador priísta resalta que las ejecuciones se incrementaron de dos mil 119 en el 2006 (once meses de gobierno de Vicente Fox Quesada y uno más de Felipe Calderón Hinojosa) a seis mil 587 el año pasado (2009) y en el recuento de este año tres mil 965 (número que creció en los días recientes).
Rojas Gutiérrez señala que desde el 2003, México ha sido golpeado brutalmente por el drama del secuestro. En 2007, se registraron 731, al año siguiente el número de secuestros se incrementó sensiblemente y los números se fueron hasta los 1,478, para que al mes de octubre del año pasado, las cifras se establecieran en el récord de mil 686.
Una cifra terrorífica, según Rojas Gutiérrez, es la que resulta de los secuestros exprés, los que llegan al número de 900 cada 24 horas, de los que solamente se denuncia uno de cada 600 y se castiga a uno de cada 300 delincuentes.
Con respecto a la extorsión telefónica, el análisis dado a conocer por el diputado federal priísta considera que existen al menos 916 bandas de extorsionadores en los distintos penales del país, de las que 15 de las más activas tienen como sede los penales del Distrito Federal.
Por eso, establece el legislador del PRI, la frase “para Vivir Mejor” que usa el gobierno federal como parte de sus campañas mediáticas no tiene sustento en la realidad. La gestión de los gobiernos del PAN ha sido inadecuada y no ha resuelto problemas en áreas de alta sensibilidad como la economía, el empleo, la seguridad pública, la educación y la salud.