La renuncia de Mondragón
¬ Augusto Corro martes 18, Mar 2014Punto por punto
Augusto Corro
Es posible que hoy se conozca oficialmente los motivos de la renuncia de Manuel Mondragón y Kalb a la Comisión Nacional de Seguridad Pública.
Esas razones para dejar el cargo podrían ser dos: la primera relacionada con la salud y la segunda porque no pudo con el “paquete”.
Si se trata de la salud, ni hablar. Con una responsabilidad tan grande que cumplir se necesita estar en perfectas condiciones porque el tema de la seguridad en México no es cualquier cosa. Y si se trata de la chamba, es posible que las autoridades federales esperaban más del funcionario que sus adulares lo ponían siempre en los cuernos de la luna.
El gobierno capitalino de Marcelo Ebrard no se cansaba de elogiar a Mondragón y Kalb porque tenía al Distrito Federal en paz y tranquilidad, aunque no fuera cierto. La aureola del ex comisionado se abolló al poco tiempo de recibir su responsabilidad federal. Desde hace meses se habló de la renuncia de Mondragón y Kalb y sólo fue cuestión de tiempo que se concretara.
Es de elogiar la actitud de los mandos federales que ante la incapacidad del multicitado Mondragón y Kalb se optó por sustituirlo. No se esperó, como en el sexenio de Calderón, mantener a un tipo incapaz en un cargo tan importante. Nos referimos a Genaro García Luna, el inefable titular de Seguridad Pública, que se le recuerda por sus innumerables errores.
Calderón sabía que García Luna no desempeñaba correctamente su trabajo, pero permitió que durante el sexenio panista el tejido social fuera destruido por la delincuencia incontrolable.
El entonces presidente de la República nunca aceptó las sugerencias para que rectificara su proyecto de guerra fallida.
En el caso de Mondragón y Kalb se dijo en los medios que su renuncia era inminente porque no podía cumplir cabalmente con su responsabilidad: o los funcionarios no lo respetaban o su proyecto de seguridad no dieron los frutos esperados.
Esta vez, las autoridades federales actúan con seriedad y oportunidad para combatir a la delincuencia organizada.
Por cierto, dos son los nombres de los posibles sustitutos de Mondragón en la Comisión Nacional de Seguridad: el senador Omar Fayad y Eugenio Imaz, director del Cisen.
“LOS CHUCHOS”, DE PLÁCEMES
“Los Chuchos”, los verdaderos dueños del Partido de la Revolución Democrática (PRD) se encuentran felices ante la perspectiva de que Marcelo Ebrard resulte dañado en su imagen por el caso de la Línea Dorada del Metro.
Como se sabe, la pésima construcción de la línea 12 tuvo fallas que ponían en peligro la vida de los usuarios y hubo necesidad de cancelar 11 de las 20 estaciones. La Línea Dorada, orgullo de Marcelo, se convirtió en un conflicto que crece diariamente.
En el terreno de la política, Marcelo se encuentra a merced de sus adversarios políticos, en este caso “Los Chuchos”, que ven como se diluyen sus aspiraciones para ganar la dirigencia del organismo perredista.
A los dirigentes les favoreció el escándalo derivado de las pésimas condiciones en que se encuentra la línea 12. Se podría decir que era lo que esperaban para dejar fuera de la jugada al ex jefe del gobierno del Distrito Federal.
En función de la contienda electoral para la renovación de la dirigencia perredista, los beneficiados directos son Carlos Navarrete, quien es el candidato de “Los Chuchos” y Cuauhtémoc Cárdenas.
El primero ya dijo que no declinará a favor de Cárdenas y éste sigue necio en afirmar que sería candidato siempre y cuando fuera él solo, es decir por unanimidad. A los dueños del PRD se les compuso la situación. Los efectos del mencionado escándalo alcanzarán a Marcelo en su proyecto político y no será, precisamente, para cubrirlo de gloria.