Y Calderón, cuándo
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 12, Mar 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
“El Chapo”, “El Chayo”, Oceanografía, la Auditoría Superior de la Federación, cada una de estas cosas han sido sobre todo una gran exhibición de la corrupción, la ineptitud y hasta la estupidez en la forma y hasta el estilo personal con que Felipe Calderón creyó llevar las riendas del país durante el sexenio anterior.
A ello hay que agregar ahora la presentación del Informe Sobre el Uso de la Prisión Preventiva en las Américas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que se realizó en el Senado. Ahí se destacó como ejemplo de presiones al Poder Judicial, el caso de Calderón.
Dicho informe recuerda que Calderón llegó a manifestar públicamente que “no es que yo traiga algo contra los jueces, los aprecio, pero uno se cansa… ahí hay un lío con la impunidad”.
Al recordar esas palabras, la CIDH afirma que este es un claro ejemplo del tipo de mensaje político que contribuye a construir una percepción pública de impunidad mediante el argumento de una puerta giratoria -la policía detiene a delincuentes y los jueces los dejan libres- y envía un mensaje político por medio del cual pretende trasladar la responsabilidad de la criminalidad al Poder Judicial”.
Una mentalidad delictiva, ¿no?
Y qué tal anteayer cuando fue noticia de ocho columnas que el capo michoacano”El Chayo” fue finalmente abatido a tiros, luego de que Calderón y su alter ego, Alejandro Poiré, le vendieron al país la mentira de que ellos habían acabado con dicho criminal, pero sin presentar jamás el cuerpo.
Es obvio que si algo resaltó tanto o más que la caza del mafioso, lo fue el hecho del evidente ridículo que Calderón y Poiré hicieron con esa otra prueba más de su incapacidad y de su actitud mentirosa. Nomás hay que ver cómo Calderón se quiso zafar de ésta.
En su cuenta de Twitter felicitó, esta vez no tan rápido como en el caso de “El Chapo”, al gobierno por el abatimiento del narcotraficante Nazario Moreno, líder y fundador de la organización criminal de los “Caballeros Templarios”.
Pero sobre todo “compartió” un comunicado de Alejandro Poiré, quien en su sexenio informó, el 10 de diciembre de 2010, que habría caído abatido Nazario Moreno, en un operativo militar realizado en el estado de Michoacán, lo que a la postre resultó falso.
El tuit de Calderón decía: “Felicito al @gobrep por el abatimiento de Nazario Moreno. Les comparto el comunicado del Dr. @AlejandroPoire: https://www.dropbox.com/s/redohdzeef1vxg8/ComunicadoAP09032014.pdf… Ya me imagino a Calderón, angustiado en Harvard por quedar a salvo del ridículo, apremiando por teléfono al señor Poiré para que fuera él quien asumiera como error propio el haber dado el dato “impreciso” del ajusticiamiento de Nazario.
En el comunicado, el mismo Poiré reproduce parte de aquellas declaraciones, en un intento por querer él escurrir también el bulto de la responsabilidad que implicó dar por muerto erróneamente al narcotraficante hasta antier abatido.
Aquel 10 de diciembre de 2010 Poiré dijo: “Como señalamos el día de ayer, diversos elementos de información obtenidos durante el operativo coinciden en señalar que el día de ayer cayó abatido Nazario Moreno González, también conocido como “El Chayo” o “El Doctor”, principal líder y uno de los fundadores de la organización criminal de La Familia Michoacana”.
Y ahora dice que su declaración de ese momento estuvo “estrictamente apegada a los elementos informativos al alcance”. Y al final reconoce que las informaciones disponibles en ese entonces hacen ver ahora que “no fueron lo suficientemente precisas”. Sería bueno que definiera lo de “suficientemente precisas” cuando se trata de datos que confirman un deceso. A lo mejor en aquel tiempo quiso decir que “El Chayo” estaba medio muerto, para ser más preciso, pero su jefe no lo dejó.