Monopolios
¬ Juan Manuel Magaña lunes 10, Mar 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Comencemos por recuperar la información que surgió el viernes por la mañana.
El Instituto Federal de Telecomunicaciones declaró preponderante tanto a Grupo Televisa como a todas las empresas de Carlos Slim, no solamente Telmex y América Móvil (Telcel), en los mercados de radiodifusión (televisión abierta) y telecomunicaciones.
A partir de ello, el Ifetel les impuso medidas y prohibiciones, como la obligación de compartir su infraestructura con otras compañías y no comprar contenidos exclusivos de gran audiencia, como los torneos de futbol o Juegos Olímpicos. La mañana del pasado viernes, primero Televisa y después Grupo Carso y América Móvil, enviaron respectivos comunicados a sus inversionistas en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV).
Por el lado de Carlos Slim América Móvil, considerada líder en servicios de telecomunicaciones en Latinoamérica, precisó que el Ifetel determinó a un grupo de interés económico del que forman parte América Móvil y sus subsidiarias operativas Radio Móvil Dipsa (Telcel) y Telmex, así como Grupo Carso y el Grupo Financiero Inbursa, como agente preponderante en el sector de telecomunicaciones y le impuso medidas específicas de carácter asimétrico.
Por la parte de Emilio Azcárraga Jean, Televisa, que se dice la compañía de medios de comunicación más grande de habla hispana y uno de los principales participantes en el negocio del entretenimiento a escala mundial, sostuvo que las medidas, términos, condiciones y obligaciones restrictivas que le impone el organismo regulador afectan sus operaciones.
Ambos corporativos dijeron que analizarán la resolución de 650 páginas del Ifetel, para evaluar los impactos económicos, técnicos, regulatorios, operativos y comerciales que pudieran tener en sus operaciones, actividades y negocios.
Ambos, durante años han dominado los mercados de telecomunicaciones y radiodifusión en su vertiente de televisión abierta en México y por eso el Ifetel los obliga a compartir su infraestructura con otras empresas y negociar libremente con ellas las tarifas. Quedan advertidos que si no llegan a un acuerdo, entonces el instituto impondrá dichas tarifas, mediante una metodología de costos incrementales promedio de largo plazo.
También se les prohíbe, y esto es muy interesante en el caso de Televisa, adquirir en exclusiva derechos de transmisión para México de “contenidos relevantes”, como torneos de futbol o Juegos Olímpicos, y adquirir títulos de alguna otra empresa preponderante en telecomunicaciones, o que sus miembros tengan participación en los consejos de administración de la misma.
América Móvil precisó, por su parte, que el Ifetel le impuso 10 condiciones, entre ellas, le prohíbe “realizar cargos a nuestros usuarios por concepto de roaming nacional”, le impondrá tarifas de interconexión asimétricas y un convenio marco de interconexión, así como la desagregación de la red local, incluyendo la imposición de tarifas, a definirse con cierta metodología.
Sobre la infraestructura compartida, señaló que será la de tipo pasivo, como torres, ductos, sitios y derechos de vía, cuyas tarifas negociará con las empresas interesadas, lo mismo que los servicios mayoristas que ofrece, como enlaces de interconexión, locales y de larga distancia nacional o internacional.
En cuanto a Televisa, el Ifetel la obliga a publicar sus contratos y tarifas de publicidad y a entregarle cualquier información contractual, económica, financiera o comercial de sus filiales y empresas relacionadas.
Además, le impone varias prohibiciones, como condicionar o discriminar la venta de sus espacios publicitarios o comercializarlos sólo en paquete.
La declaratoria implica muchas cosas más. Y pueden venir otras disposiciones. Por ahora hay que decir que lo primero que cambió en este país fue el comportamiento del órgano regulador, que dejó de ser sumiso y tibio a estos monopolios para asestarles por fin una declaratoria y disposiciones de alcance histórico.
Falta por ver que al final se trate de una verdadera apertura y competencia en el sector de las telecomunicaciones con beneficios tangibles al bolsillo de la gente, y con el fin de evitar el mercado negro de la publicidad, el veto a personajes del medio artístico, intelectual o político y de la cultura de la línea, entre muchas otras cosas que sobre todo tendrán que ver con el derecho de los mexicanos a estar informados. Ya volveremos al tema.