Fuera estigmas
Ramón Zurita Sahagún jueves 6, Mar 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Una de las tareas más difíciles que ha enfrentado el Partido Acción Nacional es la de cargar con estigmas de toda clase, mismas que los etiqueta en formas diversas. Para sus críticos y malquerientes, el blanquiazul es un partido conservador y reaccionario que concentra lo más recalcitrante de la derecha y se encuentra vinculado a la Iglesia.
Sus militantes han sido tachados de formas distintas, las más usuales herederos de los cristeros, del porfiriato y muchas cosas más.
El PAN es vinculado con organismo considerados extremos como “El Yunque”, Desarrollo Humano Integral y Acción Ciudadana (DHIAC), MURO, entre otros organismos, catalogados como confesionales.
También se señala que el partido blanquiazul está configurado por los organismos patronales y que es dominado por los ricos y poderosos, razón por la que se encuentra alejado de los postulados de la Revolución Mexicana.
Al PAN siempre se le criticó por el poco juego político otorgado a las mujeres, ya que son pocas las féminas que fueron postuladas a los gobiernos estatales, las más de ellas con pocas posibilidades de triunfo, por lo que ninguna mujer ha gobernado un estado bajo las siglas del PAN.
Y es que la primera mujer gobernadora, Griselda Álvarez Ponce de León, fue postulada por el PRI, en Colima y la primera mujer presidenta de uno de los partidos con cobertura nacional fue impulsada por este mismo partido, Acción Nacional no le daba demasiada importancia al asunto.
Un partido de reciente creación, como lo es el de la Revolución Democrática, lleva en su contabilidad a dos gobernadoras en su historia de 25 años. Una, producto de las urnas, Amalia García y la otra proveniente del interinato, Rosario Robles.
También en su expediente, los dos partidos de carácter nacional han tenido mujeres como presidentas de sus respectivas dirigencias nacionales, como son los casos de María de los Ángeles Moreno, Beatriz Paredes Rangel y Cristina Díaz Salazar, por los tricolores y Amalia García Medina y Rosario Robles Berlanga, del lado del sol azteca.
En ese transcurrir del tiempo, dentro del PAN han existido mujeres de valía, aunque eran los tiempos difíciles para el partido en que sus triunfos eran escasos y las postuladas a los gobiernos estatales pocas posibilidades de victoria tuvieron.
Quedaban en segundo lugar, pero muy lejanas del triunfo, como es el caso de Rosario Castro y otras más que compitieron en el siglo pasado.
La tendencia dentro del PAN cambió considerablemente a raíz de su ascenso a la Presidencia de la República, de la mano de Vicente Fox Quesada.
Ya en pleno siglo XXI, los panistas han cambiado sus formas y estilo, para convertirse en un partido más abierto, con mayor acceso a la militancia de bases.
En el rubro de las mujeres, los panistas se convirtieron en el primer partido (de los de cobertura nacional) en postular a una mujer a la Presidencia de la República, la que incluso detentaban militantes de este partido desde 12 años antes. La derrota fue el sino de Josefina Vázquez Mota, ya que fue enviada hasta el tercer lugar de los sufragios emitidos, sin importar que su partido era el gobernante.
Josefina no fue la primera mujer candidata presidencial, ya que la antecedieron varias más, entre las que se ubican Rosario Ybarra, Cecilia Soto, Patricia Mercado y Marcela Lombardo, entre otras, pero si fue la primera que abanderó a un partido con posibilidades reales de triunfo.
Ya en pleno nuevo siglo, los panistas también postularon a su primera candidata con posibilidades reales de triunfo. Luisa María Calderón Hinojosa, no respondió a la confianza depositada en ella y resultó derrotada por el priísta Fausto Vallejo Figueroa, quien hoy gobierna Michoacán.
Poco después el PAN intentó presentar una candidatura competitiva en el Distrito Federal, en la persona de una externa, Isabel Miranda, quien resultó ser un fracaso como candidata y relegada hasta el tercer lugar en las preferencias de los electores de julio de 2012.
Esa combinación de mujeres en los dos principales cargos de elección popular en la contienda del 2012 resultó fatal para Acción Nacional, ya que la cosecha de votos fue paupérrima.
Y aunque obligado por las circunstancias, después de casi 75 años desde su fundación, Acción Nacional cuenta con una presidenta de su Comité Ejecutivo Nacional, aunque es con carácter provisional, ya que Cecilia Romero fue habilitada por estatutos para cubrir la vacante dejada por Gustavo E. Madero Muñoz, quien se lanzó la contienda interna de su partido, con el propósito de reelegirse al frete de la dirigencia nacional en el proceso comicial del 18 de mayo próximo.
Hoy, cuando menos en cuestión de oportunidades para las mujeres, se puede decir que los tres principales partidos políticos las conceden por igual a hombres y mujeres y que están preparados para acatar las nuevas disposiciones electorales que establecen un 50 por ciento de candidaturas para hombres y otro tanto para mujeres en la siguiente contienda electoral, prevista para el año próximo.
En lo que se refiere a los estigmas que carga Acción Nacional se verá si éstos pueden desaparecer y retirarse la serie de etiquetas que les han endilgado desde su fundación el 15 de septiembre de 1939.