Que no le digan, que no le cuenten
¬ Claudia Rodríguez jueves 27, Feb 2014Acta Pública
Claudia Rodríguez
Que no le digan, que no le cuenten La impartición de justicia en México sigue siendo selectiva y hasta ahora no han dejado de pesar en su aplicación decenas de situaciones que no tienen nada que ver con que ésta sea apegada a derecho y a la verdad.
Desde intereses políticos hasta de poder económico o de simple revancha, imperan en cientos y cientos de acciones que se amparan en el dictado de un juez. Desde una aprehensión, un dictamen económico, un embargo, un desalojo, qué se yo.
Apenas el hecho de que al momento de capturar al capo Joaquín “El Chapo” Guzmán en un departamento en la Avenida del Mar en el puerto de Mazatlán, Sinaloa, se dejara en libertad a su esposa, porque no había delito que perseguir en su contra.
De cuando acá, las autoridades realizan el juicio pronto y expedito —en el mismo lugar de los hechos— para liberar o encarcelar a quienes se encuentran con un delincuente y más si se trata, insisto, del capo de capos.
En mi caso personal, puedo repetirles la historia de que fui desalojada del lugar que habitaba, simple y sencillamente porque contra quien se dictó la orden de desalojo, declaró en una sola ocasión vivir en ese inmueble que ya había abandonado meses atrás. Así que sin aviso previo al que yo tenía derecho, un juez, empleados y policías decidieron que mis hijos y yo éramos culpables de un delito, del que en actas, ni siquiera apareció nuestro nombre.
El mensaje que se sigue enviando a los mexicanos es que en nuestro país es posible delinquir y llegar a un acuerdo para beneficio propio, siempre y cuando a la justicia se le llegue por el lado “chueco”. Defender la legalidad de un caso puede costar a quien se resguarda de una o varias arbitrariedades y delitos, un costal no de dinero, sino de deudas, porque es difícil que la justicia sea pronta, expedita y que imponga resarcimiento de daños, pues con castigar al culpable penalmente, la sociedad no siempre gana.
Así que no nos digan, que no nos cuenten. La captura de “El Chapo”, no fue por asunto de “geo-referenciación”, hubo arreglos. ¿O así dejaron ir a la esposa del capo, acusado entre otras cosas de delincuencia organizada?
Acta Divina…La madrugada del pasado 17 de febrero, efectivos de la Marina irrumpieron en el domicilio ubicado en la calle 7 de Gotas número 642, fraccionamiento Colinas de San Miguel, en Culiacán, Sinaloa. Los elementos causaron destrozos en dicho inmueble donde habita la ex esposa de “El Chapo” Guzmán, Griselda López Pérez.