Licencias de legisladores
¬ José Antonio López Sosa jueves 27, Feb 2014Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
En estos días vemos dos ejemplos del poco respeto que tienen los legisladores por el votante. El ejemplo es de un partido pero resulta un hecho recurrente en todas las fuerzas políticas y al final del día, demuestran cómo la ambición de poder es el verdadero motor y no el representar a la ciudadanía.
Pidieron licencia los panistas Ricardo Anaya (diputado) y Ernesto Cordero (senador) para participar en la contienda interna de su partido, Anaya en fórmula con Madero que aspira a ser dirigente nacional de nuevo y Cordero, que quiere ser dirigente nacional.
Ahora bien, cuando estos individuos buscaron –por la vía que fuere—ser legisladores, asumían un compromiso de 3 y 6 años –diputado y senador—como representante popular, con el supuesto ánimo de llevar la voz ciudadana a lo que ellos mismos llaman la máxima tribuna de la nación.
El gusto por representarnos les duró poco tiempo, hoy están ya fuera del congreso para buscar el poder dentro de su propio partido.
¿Qué sucede? sus suplentes acceden al poder en la cámara, nadie sabe quiénes son ni de dónde vienen y los salarios (o dietas) que devengaron estos dos legisladores se van a la papelera de reciclaje porque no darán más a quienes decían representar.
Así funciona la democracia mexicana, las curules en congresos locales y en el federal sirven de escalera política y no de representación popular.
Esta deformación democrática es producto de los propios partidos políticos, en quienes supuestamente se sustenta la democracia al representar a sectores específicos de la población.
¿Por qué no hay sanciones económicas o de inhabilitación política a quienes piden licencias como legisladores para contender por un puesto interno en sus partidos? ¿cómo nos responden a los ciudadanos?, ¿por qué con tal impunidad pueden dejar o volver a tomar un empleo que se supone, les hemos conferido los ciudadanos?
MARIANA GÓMEZ DEL CAMPO, CANDIL DE LA CALLE Y OSCURIDAD DE SU CASA
La senadora Mariana Gómez del Campo subió a tribuna rodeada de sus compañeros de partido a exigir respeto por los manifestantes en Venezuela, para protestar contra el autoritarismo del gobierno de Nicolás Maduro y a darles un mensaje de aliento a quienes han tomado las calles en Caracas y otras plazas de Venezuela.
Eso pasa al mismo tiempo que ella misma promueve la regulación y prohibición de manifestaciones en la Ciudad de México, ¡qué tal!
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