No a la violencia contra mujeres
¬ Claudia Rodríguez miércoles 26, Feb 2014Acta Pública
Claudia Rodríguez
¿Cuántas voces se necesitan —y de quienes— para que existan acciones contundentes que inhiban a los infractores a delinquir de muy diversas formas en contra de las mujeres de este país?
Es detestable escuchar, leer pero sobre todo vivir, la violencia de género en contra de las mujeres por parte, no sólo de los hombres en particular, sino también de mujeres y más hombres que hacen mutis y/o se encuentran insertos en los sistemas de justicia locales y federales en casi cualquier punto de la República, y de alguna forma revictimizan a las féminas.
Decenas de ocasiones he escuchado que la diferencia entre que un delito quede impune y que se castigue es la denuncia, y puedo atestiguar que eso es tan falso como las veces que se ha dicho y repetirá.
Tal vez reseñar los casos particulares no lleve a nada, sólo si estos se hacen tan públicos y la víctima sufra la exposición mediática volviendo a lacerarla a ella e incluso a quienes de la misma dependen o forman parte de su entorno.
Aquí podríamos citar algunos casos que han encontrado más que justicia, arreglos fuera de la ley por haber expuesto a sus victimarios. Pero con esos no se avanza en materia de legalidad y derechos humanos. Se requieren –insisto-, acciones verdaderas que ya no dejen impune la violencia de género en contra de las mujeres y que les permitan vivir sin miedo, aun cuando sus sueños fracasen.
Las estadísticas y el trabajo descoordinado de las autoridades de justicia afirman lo que aquí se expone.
Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2011 (ENDIREH 2011) -del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI)-, así lo respaldan: En el país, el 46.1 por ciento de las mujeres de 15 años y más ha sufrido algún incidente de violencia física por parte de su pareja, llámese este esposo, ex esposo, novio o ex novio. El asunto de la violencia emocional, la estadística también es grave, pues cuatro de cada 10 mujeres han sido humilladas, menospreciadas, encerradas, destruidas sus cosas o del hogar, vigiladas, amenazadas, corridas de su casa y hasta se les ha quitado a sus hijos.
Las estadísticas y los datos globales y desglosados en relación a la violencia a las mujeres siguen y pueden consultarse en la página oficial del INEGI, pero hasta ahora, esto sólo refleja que este flagelo se sistematiza y se ampara, recrudece y reproduce al amparo de los propios sistemas de justicia a la mexicana.