El narco persigue a los adictos hasta en centros de rehabilitación
* Especiales, Seguridad lunes 14, Jun 2010Ayer sepultaron a las 19 personas acribilladas por un comando armado en el refugio “Fe y Vida” de Cd. Juárez; siembran temor entre quienes quieren curarse
Ciudad Juárez, Chihuahua.- En distintos cementerios de esta ciudad fueron sepultados ayer los 19 hombres ejecutados el viernes pasado en un centro de rehabilitación para adictos.
Familiares de las víctimas se negaron a dar declaraciones a la prensa durante las exequias de los asesinados.
Las autoridades policiales retiraron el resguardo que mantenían hasta la noche del sábado en las inmediaciones del centro de rehabilitación “Fe y Vida”, escenario del ataque perpetrado el viernes por un comando armado que arribó al lugar y, tras separar a sus víctimas, mató a 19 internos.
El lugar luce sin resguardo policial, sin cintillos de seguridad y con una cadena grande y un candado en la puerta frontal.
Tras el ataque del viernes, familiares de las víctimas informaron que el centro había recibido amenazas desde hace más de una semana.
Fuentes policiacas aseguraron que los muertos formaban parte de la banda Los Mexicles, brazo armado del Cártel de El Chapo Guzmán en la plaza, y que habrían sido ejecutadas por Los Aztecas, pandilla al servicio del Cártel de Juárez.
El ataque del viernes demuestra que aunque busquen dejar las drogas y se refugien en centros de rehabilitación, los adictos no escapan de las garras del narco en esta ciudad.
De acuerdo con testimonios de los mismos internos y sus familiares, así como de directivos de los centros de ayuda, cientos de personas han tenido que dejar sus terapias ante las amenazas y ataques de grupos criminales, que han puesto su mira en estos lugares para reclutar gente o acabar con sus rivales.
Este acoso provoca también psicosis entre los internos ajenos al crimen organizado, que ahora optan por tratamientos de abstinencia en casa, sin apoyo especializado.
Familiares de adictos y directivos de los centros de apoyo señalan que temen que miembros de las bandas criminales se internen en busca de refugio o rehabilitación, y sus adversarios puedan confundir a todos los pacientes, “agarrando parejo” en ejecuciones masivas.
Este temor persiste a pesar de que en algunas ocasiones han separado a sus víctimas antes de asesinarlas.
Tan sólo en los últimos nueve meses, al menos 61 personas que eran tratadas en diferentes centros de adicciones en estas dos ciudades han sido ejecutadas por bandas de sicarios.
“No es justo. Los que queremos salir del infierno de las drogas entramos al infierno de los centros de rehabilitación, donde no nos permiten alejarnos de este mal”, señaló Ernesto, quien lleva tres años limpio y dirige un centro de rehabilitación.
Asegura que muchos de estos lugares son utilizados por Los Aztecas o Los Mexicles para reclutar gente y que una negativa puede costar la vida.
“Yo fui Azteca y me alejé de la pandilla. Me hice líder de mi centro de rehabilitación y llevaba un año de director, pero me alcanzó el pasado y me llamaron Los Mexicles para decirme que nos iban a cargar, pero alcanzamos a huir”, relató.
Ante esta situación, ha disminuido el número de personas atendidas en los centros de rehabilitación y muchos se desintoxican en sus casas.
“Mi hijo y más de 100 internos de un centro de rehabilitación cristiano de la Colonia San Jorge se amotinaron para poder huir porque ‘la Línea’ (del Cártel de Juárez) les llamó y les dijo que los iban a matar por ser Mexicles”, narró una mujer que pidió omitir su nombre.
En las últimas semanas, relataron otros familiares, han sido amenazados al menos seis centros con capacidad para 400 internos tanto en Chihuahua como en Ciudad Juárez, por lo que muchos pacientes se han refugiado en sus casas.
“La advertencia es para todos los centros de rehabilitación porque en todos hay Mexicles o Aztecas y van a buscarlos para matarlos”, dijo la madre de otro joven.
Temen más agresiones
Directivos de centros de rehabilitación en esta frontera manifestaron ayer su temor a ser víctimas de nuevos ataques, por lo que solicitaron vigilancia policiaca permanente.
“Nos preocupa que vayan a matar a personas que realmente se están rehabilitando, sin estar relacionadas con el crimen organizado”, dijo el encargado de una casa de rescate ubicada al poniente de la ciudad.
Lamentó que con masacres como la registrada el viernes en Chihuahua, donde un comando acribilló a 19 internos en el Centro Cristiano Fe y Vida, y las suscitadas en Ciudad Juárez en 2009, los lugares de internamiento pierdan credibilidad e incluso opten por dejar la rehabilitación.
“Cuando hay internos y pasa esto de los masacres, ellos (sus parientes) nomás (dicen): ‘nos los queremos llevar porque tenemos miedo de que pase algo’”, afirmó el encargado, quien pidió omitir su nombre por seguridad.
Subrayó que es difícil controlar el ingreso de un adicto con un propósito diferente a la recuperación.
Mencionó que en una reciente junta con la Coordinadora de Atención a las Adicciones, un funcionario indicó que es imposible dejar una patrulla en cada casa de rescate, por lo que recomendó seleccionar a detalle a los que ingresan.
Cifras de la Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios revelan que hay 120 centros de rehabilitación para adictos coordinados por sociedades civiles y cristianas en Ciudad Juárez; 78, en Chihuahua; 5, en Delicias; 4, en Ojinaga; 3, en Guachicho; 2, en Nuevo Casas Grandes; 2, en Jiménez; 2, en Parral; uno, respectivamente en Meoqui y Namiquipa.
Mientras que de los denominados Centros de Atención Primaria a las Adiciones, del Gobierno del Estado, hay 3 en Juárez; 2, en Chihuahua y uno, en Cuauhtémoc.
Otro encargado de un centro de desintoxicación y quien también reservó su nombre, aseveró que hay anexos que sí pueden estar involucrados en alguna actividad ilícita, pero pidió no generalizar porque hay unidades que de verdad trabajan por sacar adelante a los adictos.
“Y si un centro anda bien, va a andar bien, pero sí hay algunos que andan mal… si el director es el que anda mal… la llevan todos y todos van parejo”, advirtió.
Informes de la Coordinadora de Atención a las Adicciones en la Zona Norte, desde septiembre de 2009, tras la masacre en el centro de rehabilitación Anexo de Vida y otras que le antecedieron, se redujo a la mitad la atención a usuarios de droga en este tipo de lugares.
Entre enero y agosto de 2009 se registraron unos 400 pacientes cada mes, pero la cifra se redujo a 200 después de septiembre.
Seis sobrevivientes
El comando armado que la madrugada del viernes irrumpió en un centro de rehabilitación de la ciudad de Chihuahua y asesinó a 19 internos con armas de fuego, dejó vivir a seis personas entre ellas a los encargados del anexo.
Sin precisar los motivos, la Procuraduría de Chihuahua informó que los sicarios no agredieron a los adictos Miguel Ángel Carbajal, César Daniel Portillo y Carlos Legarda, a pesar de que presenciaron el multihomicidio.
Tampoco a Cristian Ramírez, encargado del Centro Cristiano Fe y Vida; René Castillo, director general, ni a José Alonso Estrada, encargado de otro centro de rehabilitación. Todos declararon en calidad de testigos ante el Ministerio Público del fuero común.
Las primeras investigaciones indican que los ejecutados formaban parte de la pandilla “Los Mexicles”, que colabora con el Cártel de Sinaloa, y que habrían sido asesinados por “Los Aztecas”, brazo armado del Cártel de Juárez.
En la masacre participaron al menos 20 gatilleros que llegaron al anexo a bordo de 4 camionetas, y se utilizaron 9 armas. Peritos de la PGJE encontraron en el inmueble 184 casquillos percutidos calibre .223, y 22 de calibre 7.62x51mm.