El drama michoacano
¬ Augusto Corro martes 18, Feb 2014Punto por punto
Augusto Corro
Fausto Vallejo aprovechó su Segundo Informe de Gobierno para reconfirmar que seguirá como titular del ejecutivo estatal michoacano. “Me quedo a seguir sirviendo a mi pueblo” recalcó el mandatario estatal para borrar definitivamente el rumor de que el 14 de febrero anunciaría su retiro como gobernador.
A Vallejo le tocó gobernar en condiciones difíciles, pues la espiral de violencia creció desmesuradamente en los últimos meses. La delincuencia organizada optó por enfrentarse a las autoridades municipales, estatales y federales, en una lucha que lleva varios años.
Los resultados han sido catastróficos debido a los miles de muertos y a que se rompió el tejido social.
Vallejo llegó a la gubernatura con todo en su contra. Inclusive su salud se vio afectada por un mal hepático, al grado tal que tuvieron que reimplantarle un hígado nuevo. Sus males lo tuvieron alejado del gobierno durante seis meses, mientras recuperaba su salud. Ese tiempo no fue suficiente para que Vallejo alcanzara su bienestar físico. Al michoacano se le ve delgado y su semblante refleja los estragos de la enfermedad que padeció o padece.
Cualquier otra persona en esas condiciones de salud no hubiera aceptado la responsabilidad de gobernar con sus facultades físicas mermadas. Pero Vallejo decidió seguir al frente del gobierno aunque sea como figura decorativa. En esas condiciones le tocó presenciar el desbordamiento de la violencia en Michoacán desde su lecho de enfermo.
Se prendieron los focos rojos y el gobierno federal decidió enviar a un comisionado, Alfredo Castillo, para coordinar las labores contra la delincuencia organizada y poner orden en las filas de las autodefensas. Tardará mucho tiempo para que la paz y la tranquilidad regresen a Michoacán. Entre tanto, Vallejo no tendrá que preocuparse por el destino de su estado. Ahora el comisionado federal tendrá que responder sobre la guerra contra la delincuencia organizada que se encuentra representada por “Los Caballeros Templarios”. Así pues, Vallejo seguirá con el cargo de gobernador sin desempeñar totalmente sus funciones. Vallejo tuvo en su enfermedad la oportunidad de dejar la gubernatura, pero no la aprovechó. Allá él. Le importó más seguir en la grilla que atender su salud. Todo un drama lo que se vive en Michoacán.
LA MARIGUANA
En el Distrito Federal empezará la discusión sobre la despenalización o no del consumo de la mariguana.
Los asambleístas se preparan para la tormenta que se avecina en los debates sobre el tema. Sin embargo, son muchas las voces que se inclinan por una encuesta para saber qué opinan los capitalinos sobre la legalización de la hierba.
En el asunto de la discusión sobre el uso de la droga debe participar la población y no solo los políticos que obedecen a un sinnúmero de intereses. Los pros y contras sobre la despenalización de la droga. Será, en los próximos días, cuando se conozcan los puntos de vista de los diferentes partidos políticos.
Lo que sí tienen que tratar los diputados locales, de manera urgente, es el asunto de la drogadicción con solventes. El thiner es utilizado como droga por jóvenes de escasos recursos económicos. Conseguirlo es fácil. Parece que ninguna autoridad pone el empeño necesario para terminar con el problema. Es buena idea que los legisladores locales también analicen el tema de los solventes, pues se trata de un consumo que crece sin control alguno.
VERACRUZ
La muerte del periodista Gregorio, Goyo Jiménez reconfirmó que Veracruz es un estado donde el ejercicio del periodismo es un peligro real. Así quedó demostrado con el sacrificio del comunicador, quien fue levantado y ultimado por los sicarios de la delincuencia organizada. Su trabajo periodístico alcanzó a denunciar la ola de secuestros realizados en aquella región veracruzana.
Los defensores de los derechos humanos y las organizaciones nacionales e internacionales de periodistas criticaron la tibieza del gobierno veracruzano que no pudo evitar la muerte del reportero.
En los últimos años, siete periodistas, de diferentes medios, han sido asesinados. Otros tres se encuentran como desaparecidos. El gobierno del veracruzano Javier Duarte Ochoa ha demostrado su incapacidad para proteger la vida los comunicadores. Los propios periodistas en manifestaciones recientes le han dicho a Duarte Ochoa que si no puede gobernar que renuncie.