Los fantasmas del PRD
Ramón Zurita Sahagún lunes 10, Feb 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Cuando parecía que el PRD saldría fortalecido de la sucesión de Jesús Zambrano Grijalva en la presidencia del partido, una serie de fantasmas amenazan su futuro.
La duda sobre si Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano participa o no como candidato plantea un escenario distinto al considerado en un principio y que motivó cambios en los postulados del partido.
Los consejeros aprobaron la reelección de sus dirigentes, con una dedicatoria al presidente fundador del partido y algunos de los aspirantes decidieron dejar el espacio libre para el hijo del “Tata”, aunque la indecisión de Cuauhtémoc los hizo retomar sus aspiraciones.
Es el caso de Marcelo Ebrard Casaubon, quien ya remarcó su intención de participar en el proceso interno con todo y que se le conceden pocas posibilidades de triunfo.
Sin embargo, Marcelo juega a varias pistas y coquetea con el líder vitalicio del Movimiento Ciudadano, Dante Delgado Rannauro, para contar con un paracaídas ante cualquier eventualidad.
Marcelo sabe que dentro del PRD es cada día más difícil para él convivir y obtener las respuestas que considera necesarias para su futuro político.
Y aunque su grupo es cada día más pequeño, busca un sitio donde refugiarse con esos pocos seguidores.
Pero la contienda por la dirigencia nacional perredista ya causó otra víctima en la figura del ex senador Carlos Sotelo, pareja sentimental de la senadora Iris Vianey Mendoza. Sotelo es uno de los dos aspirantes abiertos para la presidencia del partido con que cuenta el PRD (el otro es Carlos Navarrete), que ya viene haciendo campaña en busca de relevar a Zambrano Grijalva y que cuenta como estratega al ex gobernador de Chiapas, Pablo Salazar Mendiguchía.
Sus posibilidades siempre han estado por debajo de las de Carlos Navarrete, aunque venía haciendo su lucha, aunque ahora pegará en su línea de flotación su relación sentimental con la senadora Mendoza, quien fue expuesta mediante unas fotografías que hablan de una supuesta relación amistosa con Melisa Plancarte, hija de uno de los cabecillas del grupo de “Los Templarios”.
La senadora perredista por Michoacán niega la versión y hasta solicitó licencia por un mes a su condición de legisladora para ser investigada por la Procuraduría General de la República.
Lo que resulte de la investigación no importará, ya que pocos advierten como ciertas las posibilidades de triunfo de Carlos Sotelo, que antes eran pocas y ahora se ven escasas.
Este escenario abre la posibilidad de que Carlos Navarrete tenga el camino despejado y se encamine a ser el próximo presidente nacional del partido del sol azteca.
Consciente de ello, Navarrete disfruta de su momento y espera solamente el arribo de estos tiempos para consolidar al grupo de “Los Chuchos”, al que pertenece.
Sin embargo, dentro de su partido hay corrientes (tribus) que manifiestan su descontento de que se hilen los nombres de los presidentes del partido con el grupo que encabezan los Jesús, Ortega y Zambrano y que se ha consolidado como el más poderoso dentro de dicho partido.
Primero fue Jesús Ortega, luego Jesús Zambrano y si dan las condiciones, lo será también Carlos Navarrete, eso sin tomar en cuenta que Guadalupe Acosta Naranjo cumplió con un interinato como dirigente nacional del partido.
Ante este panorama no son pocos los que le insisten a Cuauhtémoc Cárdenas para que participe como candidato, aunque el ingeniero ya dejó en claro sus condiciones para hacerlo y que van el ser candidato único y que las corrientes o tribus estén conformes con ello.
Pero dentro del PRD se ven barruntos de tormenta, aunque algunos de sus dirigentes las quieren disimular.
La posibilidad de que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se consolide como partido político abre una expectativa sobre renuncia de militantes y éxodo de la izquierda hacia el nuevo partido.
Eso pondría a prueba la fortaleza de los partidos que forman parte de la izquierda y donde no solamente impactaría dentro del PRD, sino que también lo haría en el PT y Movimiento Ciudadano.
La distancia que mantiene Andrés Manuel López Obrador con la dirigencia del partido del sol azteca y su resistencia para participar conjuntamente con este partido en las protestas por la reforma energética mantiene a los perredistas en una constante zozobra, con todo y que Cuauhtémoc Cárdenas se encuentre a la cabeza de las protestas perredistas.
RAÚL CERVANTES
Para quienes califican al presidente del Senado, Raúl Cervantes como prepotente y atento solamente a sus correligionarios priístas, el senador plurinominal mostró el pasado jueves que es lo contrario.
Encabezó la sesión ordinaria, de acuerdo a la agenda del día, más adelante acompañó a la senadora perredista Iris Vianey Mendoza a la Procuraduría General de la República para ponerse a disposición de la misma y ser investigada, luego de dejar la investidura de inmunidad que le da el carácter de legisladora.
Más tarde, el legislador comió con el senador del PAN Roberto Gil, en una muestra de su disposición al intercambio de ideas.
Por cierto, mientras Cervantes y Gil comían en ese espacio de moda, también lo hacía la senadora panista Luisa María Calderón, pero ella con el dirigente nacional de Nueva Alianza, Luis Castro Obregón, partido que respaldó la candidatura de la hoy senadora al gobierno de Michoacán hace un par de años y con quien también explora esa posibilidad de ir nuevamente a esa elección con el apoyo de Acción Nacional, de Nueva Alianza y de quienes se quieran sumar a su proyecto del año próximo.