Los enredos de perredistas y panistas
Roberto Vizcaíno jueves 6, Feb 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- La senadora Iris Vianey Mendoza va a tener que fijar una postura clara, dice Aureoles
- Ella afirma que el grupo de supuestos “Templarios” que fue al Senado estuvo antes con diputados
- Jorge Luis Preciado salió pronto a aclarar que él no organizó la fiesta de anteayer en Reforma
La guapa y joven senadora perredista michoacana, Iris Vianey Mendoza, no pasa hoy por su mejor momento. El doctor José Manuel Mireles, líder de los grupos de autodefensa en la región de Tierra Caliente, Michoacán, afirma que la legisladora, a quien conoce desde niña por ser ambos de Apatzingán, pertenece a “Los Templarios”.
Y los hechos no la favorecen. Resulta que ella fue quien promovió la reunión de un grupo de supuestos empresarios y dirigentes de productores michoacanos el jueves 17 de octubre del año pasado con un grupo de legisladores en el Senado de la República.
Este encuentro fue denunciado semanas después por la senadora Luisa María Calderón como un encuentro con miembros del grupo delincuencial de “Los Caballeros Templarios”.
Desde entonces la joven senadora Mendoza camina en la cuerda floja. Hoy, un par de meses después de que explotó el escándalo, la senadora Mendoza se encuentra hundida hasta el cuello en un pantano mediático en el que lo último ha sido mostrar en los medios y las redes sociales una foto donde aparece bailando y cantando al lado de la cantante Melisa Plancarte, hija del Enrique “el Kike” Plancarte, uno de los principales jefes del grupo de “Los Templarios”.
La foto no significa nada, pero lo dice todo.
Ayer la senadora Mendoza se hundió un poco más al participar en el programa radiofónico de Carmen Arístegui, donde confesó que ella había sido la promotora del encuentro en el Senado del grupo señalado como parte de “Los Templarios” y de paso afirmar que antes ese grupo estuvo en la Cámara de Diputados.
QUE DIGA CON QUIÉNES
Interrogado al respecto, el coordinador de los diputados del PRD en San Lázaro, el también michoacano Silvano Aureoles indicó él no sabe nada de un encuentro de aquel grupo con diputados federales.
“No que yo sepa… categóricamente no”, subrayó.
Y agregó:
“La información de que dispongo es que en la Cámara de Diputados nadie recibió a ningún grupo o personas que tengan o que se presume que tienen vínculos con el crimen organizado.
“Que yo sepa, tampoco hubo ninguna solicitud formal de nadie para que en esta Cámara de Diputados se recibiera a alguien con esas características. Normalmente las solicitudes para que recibamos a alguien, ya sea de manera individual o en grupo llegan a la Junta de Coordinación Política o, en su caso, a la Mesa Directiva; dependiendo con quién se quieran reunir o con diputados en lo individual o alguna reunión colectiva, como lo han hecho otros grupos…
“Yo no tengo conocimiento de ninguna solicitud o algún encuentro con estas personas, particularmente con los que se dijeron en los medios que fueron al Senado de la República. Entonces, aquí yo les digo no.
“De lo dicho por la senadora, con mucho respeto, si ella tiene esa información, si sabe quién los recibió, dónde llegaron o quién los trajo, sería muy prudente, muy pertinente que dijera quiénes son los que los recibieron, porque si no se genera confusión.
“Nosotros sabemos que fueron al Senado, que pidieron ir al Senado de la República. Si alguno vino aquí y alguien lo recibió o alguien solicitó o a alguien les solicitaron y los recibieron en la Cámara, que precisen quién y cuándo.
“De lo contrario se queda en un asunto de rumor… o solamente en la lógica de querer repartir la carga”, acusó a su vez Aureoles.
El coordinador de los diputados federales del PRD pidió que la senadora fije posición clara y directamente sobre este tema y demandó que las autoridades judiciales, especialmente de la PGR, investiguen el caso y definan responsabilidades si las hay.
PRECIADO EN EL HURACÁN
En la otra orilla del legislativo, en el Senado de la República, el coordinador de los senadores del PAN, el colimense Jorge Luis Preciado, salió ayer rápido a dar la cara y una amplia explicación respecto a la ruidosa y muy escanciada fiesta que encabezó en el patio central de la cámara alta, en la que además estuvo acompañado por su esposa.
Con mariachis y botellas sin límite, el festejo duró unas cuatro horas y varios medios, especialmente el diario Reforma –que lo presentó en su espacio principal en su edición de ayer–, señalaron que todo fue organizado por Preciado para celebrar el cumpleaños de su esposa.
Ayer Preciado organizó a modo el festejo de La Candelaria para cumplir con los periodistas de “La Fuente” su promesa de comprar los tamales luego de sacarse “El Niño” en la Rosca de Reyes.
Ahí el colimense respondió a los señalamientos de que festejó el cumpleaños de su esposa en el Senado.
Lo primero que hizo fue subrayar reiteradamente que sus festejos los paga él, de su bolsa y no con recursos del Senado.
“Nunca hemos gastado un solo peso del Senado en absolutamente llevar a cabo ningún festejo, ninguna comida, ningún gasto adicional y ningún viaje, ni local ni al extranjero que nosotros le hayamos hecho a la Junta de Coordinación Política”, precisó.
Luego indicó que en el mismo lugar en que encabezó anteayer la fiesta con mariachis, es un lugar donde con frecuencia se hacen otros convivios.
– ¿Es (entonces) como si fuera un salón de fiestas alterno?
“Es un espacio que…, es un patio, es el patio de la oficina, lo podemos usar quien sea”, respondió.
– ¿Pero es correcto este uso, senador, tratándose de un recinto parlamentario, es correcto que se le dé este uso?
“Bueno, se aprovecha porque es el espacio que queda libre”.
– ¿Pero niega rotundamente que haya sido un festejo para su esposa?
“Por supuesto… mi esposa se ofendería si piensa que la voy a festejar en un patio”.
– Senador, sin embargo, hay diferencias entre el festejo de ayer y el de hoy, tan sólo los mariachis…
“Es que los mariachis los invitó el…, bueno, uno de los asesores los invitó a que le tocara una hora, eso no tenemos nosotros nada que ver en eso, y ni un solo peso público ha sido destinado ni a éste ni al festejo de ayer”.
– Sin embargo, hay senadores que han dicho, esto es un recinto, merece respeto, no es para estar haciendo festejos…
“Los hemos hecho, mira, todos los años, por ejemplo en el piso 14 el año pasado hicimos el festejo de la posada para todos los medios de comunicación que nos acompañan en el Senado, y trajimos música viva y rifamos regalos y…”
– ¿Y este espacio es para los senadores de todos los partidos digamos?
“Totalmente, siempre le hemos permitido a quien nos pide el espacio este que obviamente es una terraza de la Junta, que no tiene mayor utilidad más que de pronto alguien se sale aquí a fumar, pues que lo puedan utilizar, eso no tiene ningún problema”.
– ¿No fue festejo familiar?
“No, por supuesto que no, mi mujer se ofendería si la festejo en el patio de mi oficina… éramos bien poquitos, pero además era cooperacha ahí entre todos los compañeros que sacamos monito”.
– ¿Pero cuántos fueron de la cooperacha?, digo, para saber cómo cuántos eran.
“Como unos cinco nos sacamos monito, hombre”.
– ¿Y todos cooperaron?
“Sí, ¡claro!, pues tienen que cooperar; quien saque el mono paga, aquí no hay truco”.
– ¿O sea que ayer estuvo muy bueno el festejo?
“Pues fue muy cortito, eh. Fue de cuatro a ocho. Ojalá hubiera sido un poquito más, pero realmente fue muy corto”.
– Oiga senador, y sobre el consumo del alcohol dice que hay dos restaurantes donde sirven alcohol, pero ésta, digamos, es un área…
“Es un patio esto, hombre, entonces de pronto cuando en lugar de hacer los eventos en los restaurantes alguien dice: ‘Oye, yo quiero que lo hagan en el patio’, pues se hace aquí en el patio y aquí el restaurante los atiende igual”.
La conversación siguió varios minutos más y las respuestas fueron las mismas. Preciado afirmó siempre no haber sido él quien promovió el festejo ni quien pagó a los mariachis y menos aún que fuese para festejar el cumpleaños de su esposa y que todo se debió a cumplir con una reunión con el personal de la Junta de Coordinación Política en la que varios cooperaron para que hubiera música y alcohol. Nada más.
Pero sus propios compañeros de cámara ya le comienzan a decir “el senador fiestero”.