La ordeña
¬ Augusto Corro martes 4, Feb 2014Punto por punto
Augusto Corro
Estimado Manuel:
La ordeña en los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex) parece no interesarle a nadie. En el 2013, el crimen organizado no se dio descanso para perforar las tuberías y extraer gasolina. La paraestatal registró siete tomas clandestinas al día, en diferentes puntos de su red.
La extracción ilegal de combustible se incrementó el año pasado, pero el problema viene de años anteriores.
De esa manera, Pemex ve mermada su utilidad considerablemente. Sin embargo, no se ve a alguien interesado en frenar el saqueo de combustible.
Y al no preocuparse las autoridades de perseguir y castigar a los saqueadores estos se sienten protegidos y agradecen el manto de impunidad que los protege. En 2013, Pemex “detectó 2 mil 614 tomas, lo que representa el mayor número de dichos actos ilícitos perpetrados en los últimos 13 años”.
La “ordeña” continuará sin límite alguno, porque el crimen organizado tiene presente que no corre ningún peligro en esa rama delincuencial. Salvo cuando pierden el control durante la extracción del combustible. Es lógico que para practicar la perforación de los ductos es necesaria la ayuda de expertos. ¿Quiénes son aquellos que ayudan a los delincuentes en el saqueo? Al paso que vamos nunca lo sabremos.
EMPIEZAN LAS ESCARAMUZAS
Como se esperaba, la Arquidiócesis Primada de México se pronunció en contra de la legalización del consumo de la mariguana en la ciudad de México. Así, esa institución religiosa inició sus primeros ataques para evitar la aprobación de una ley que permita fumar “juanita”. Si el consumo es legalizado en la ALDF se “promoverá una sociedad adicta y enferma, será la ciudad pacheca”.
Como se informó, algunos legisladores se dijeron dispuestos a analizar el consumo legal de la mariguana en el Distrito Federal. En su órgano de información oficial, la Arquidiócesis calificó de “mercaderes de la muerte” a los asambleístas que pretenden la legalización del consumo de la hierba. Los pros y contras subirán de tono y como la mayoría de la Asamblea es perredista, la nueva ley no tendrá mayores obstáculos para ser aprobada.
En Uruguay y en algunos estados de la Unión Americana ya se autorizó el consumo de la mariguana. Habrá que esperar los resultados de esta nueva aventura. Por lo pronto, la institución religiosa aquí en México cumple con su papel tradicional de oponerse a todo proyecto de la izquierda bueno o malo.
CUAUHTÉMOC Y “LOS CHUCHOS”
El viernes pasado se efectuó una manifestación contra la reforma petrolera. La reunión no cumplió con las perspectivas soñadas por los organizadores del Partido de la Revolución Democrática (PRD). Para ser precisos, la plancha del Zócalo capitalino no se llenó como en otras ocasiones. La gente que participó no iba con el entusiasmo, ni con el espíritu de lucha de otras ocasiones.
Se notaba en los manifestantes una especie de abulia, de cumplir con un compromiso y nada más.
En la cúpula de la dirigencia perredista el único que lució fue Cuauhtémoc Cárdenas. El discurso principal estuvo a su cargo. Jesús Zambrano y Jesús Ortega, “Los Chuchos” se sentían incómodos y temerosos de ser abucheados por los amarillos.
Sin duda, Cuauhtémoc resultó el más beneficiado. Apareció como el gran unificador y salvador de la crisis en la que se encuentra el partido del sol azteca.
En el interior de esa organización política se libra una lucha por la presidencia del PRD. Las elecciones podrían ser en mayo próximo, pero los enfrentamientos ya empezaron.
Al PRD no le conviene más divisionismo. La salida de Manuel López Obrador de ese partido los dejó con el puro cascarón. Y la insistencia de Marcelo Ebrard Casaubon por sucederle en el cargo a Zambrano, tiene a “Los Chuchos” muy intranquilos.
Por eso, se han empeñado en apoyar a Cárdenas como el principal factor de unidad, que podría ayudarles a seguir en el negocio de la política.
El michoacano se deja querer y, como se encuentra la situación perredista, podría convertirse en un aspirante con posibilidades de repetir como presidente nacional del PRD. Esto desean, fervientemente “Los Chuchos”.