Alianzas
Ramón Zurita Sahagún martes 4, Feb 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Si algo dejó en claro la competencia electoral desarrollada el domingo en dos países centroamericanos (Costa Rica y El Salvador) es que los electores no pudieron definir en una sola vuelta a su próximo Presidente de la República.
Los pronósticos se cumplieron y los ciudadanos de esas dos naciones acudirán de nueva cuenta a las urnas próximamente, para definir ya entre dos candidatos en cada país, el nombre del nuevo gobernante.
Sorpresa se produjo en Costa Rica, cuando el candidato oficialista no pudo ser el más votado y se ubicó en segundo lugar, cerca de un opositor, al que las encuestas ubicaban en cuarto lugar.
Ahora, estos dos personajes, Johnny Araya, del gobernante Partido de Liberación Nacional y el sorprendente candidato del Partido de Acción Ciudadana (centroizquierda), Luis Guillermo Solís, irán nuevamente a las urnas el 6 de abril, en una segunda oportunidad para ambos, donde el resto de los aspirantes quedan eliminados.
En El Salvador se presenta una situación similar con el oficialista Salvador Sánchez Cerén, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) y Norman Quijano de la Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), disputando el honor de suceder a Mauricio Funes. La segunda vuelta está prevista para el 9 de marzo.
Para los salvadoreños será la primera ocasión en que van a una segunda vuelta electoral en los últimos 20 años, aunque aquellas fueron las primeras elecciones tras los Acuerdos de Paz de 1992 y en aquel entonces el candidato de Arena, Armando Calderón Sol, se impuso a Rubén Zamora, que se presentó al frente de una coalición de izquierda que incluía al FMLN.
Eso sí, los ciudadanos salvadoreños están habituados a que ARENA y el FMLN se disputen la oportunidad del triunfo electoral.
Y aunque los comicios en las dos naciones fueron jornadas desarrolladas dentro de los márgenes establecidos con tranquilidad y buen ánimo, las campañas electorales no transcurrieron con el mismo ánimo, varios de los candidatos se enfrascaron en denuncias y acusaciones.
Esa situación resulta de primordial importancia, ya que en la segunda vuelta electoral se requiere del respaldo de los candidatos que quedaron rezagados para alcanzar el ansiado 50 por ciento más uno, que hace falta para triunfar.
Un personaje fundamental en El Salvador es el ex presidente Elías Antonio Saca, quien con un movimiento denominado Unidad, ubicado en el centro participó con poca suerte, ya que el 11 por ciento de los votos alcanzados no le permitió ir a la segunda vuelta.
Sin embargo, ese caudal de votos pudiera inclinar la balanza en favor de uno de los dos aspirantes que irán a las urnas en una segunda oportunidad, por lo que resulta de vital importancia la negociación o alianza que establezca.
La decisión de contender con un movimiento nuevo, provocó que Saca recibiera constantes ataques de los dirigentes del partido ARENA en el que militó anteriormente.
Por lo que respecta a Costa Rica, el candidato Luis Guillermo Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC) dio la sorpresa al ubicarse en primer lugar de las elecciones con el 30,6% de los votos. Este resultado muestra un crecimiento de última hora del PAC, ya que todas las encuestas realizadas en los días previos a las elecciones mostraban a Solís en el cuarto lugar de las preferencias.
Y es que en Costa Rica se esperaba una contienda cerrada, pero en la que no estaba considerado Luis Guillermo Solís y sí José María Villalta, del izquierdista Frente Amplio, en disputa con Johnny Araya, quienes mantuvieron una disputa cerrada con acusaciones de todo tipo.
Araya acusó constantemente a Villalta de ser ‘comunista’, el candidato del Frente Amplio criticó al oficialista asegurando que en el PLN, que ha gobernado en las últimas dos administraciones, reina un alto grado de corrupción.
Sin embargo, es muy difícil de predecir el resultado de la segunda vuelta y todo dependerá de la capacidad de los candidatos para establecer alianzas.
La posibilidad de que el país centroamericano dé un giro hacia la izquierda todavía sigue viva, pues el tercer lugar de José María Villalta es el mejor resultado de la izquierda en Costa Rica en mucho tiempo y los simpatizantes del Frente Amplio podrían terminar siendo decisivos en la segunda vuelta.
Pero en el caso de Costa Rica, quien resulte nuevo presidente, surgido de la segunda ronda electoral del 6 de abril, se encontrará con un Congreso fragmentado en una diversidad de fuerzas políticas de distinta naturaleza.
Y es que el domingo pasado se votó también para elegir a los miembros de la Asamblea Legislativa. De los 57 diputados que la conforman, y según datos preliminares del Tribunal Supremo de Elecciones, el PLN alcanzaría 18 escaños y el PAC un total de 13, lejos de aspirar a una mayoría. En el tercer lugar se sitúa el izquierdista Frente Amplio, que logrará llevar a la Asamblea nueve legisladores, la cifra más alta de su historia, mientras que el Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) suma ocho diputados y el derechista Movimiento Libertario, cuatro.
El resto de escaños se dividen entre partidos minoritarios. La situación es que en Costa Rica compiten numerosos partidos en las distintas contiendas, por lo que el voto queda pulverizado y la conformación de una mayoría en la Asamblea Legislativa es sumamente difícil.
Por eso, resulta de fundamental importancia para definir al ganador en los comicios de segunda vuelta en Costa Rica y El Salvador la construcción de alianzas, donde los más requeridos serán la izquierda de Villalta en Costa Rica y los votantes de centro de Saca en El Salvador.