Del “Azano-gate” al “Cordero-gate”
Francisco Rodríguez viernes 31, Ene 2014Índice político
Francisco Rodríguez
Uno de los acusados por el FBI debido al financiamiento ilegal de campañas electorales en Estados Unidos, concretamente en San Diego, con dineros del contratista jalisciense Susumo Azano Matsura es un viejo conocido del ahora senador Ernesto Cordero Arroyo.
Tal vez por eso, en sus cuarteles de guerra, ahora por la presidencia nacional del PAN, se encendieron ya las luces rojas. Ravneet Singh es ese acusado y es otro de los nombres que ligan al entonces secretario de Hacienda de Felipe Calderón con el proveedor de equipos de espionaje, a precios inflados hasta en 875% para la Secretaría de la Defensa Nacional, Azano Matsura.
“Ravi”, dicen sus íntimos a Singh. No suenan a nadie ni el nombre ni el apodo, pero Cordero, su esposa, César Nava y otros politicastros de menor nivel en el PAN, bien que lo conocen. Y ahora que está involucrado en la canalización ilegal de fondos del empresario Azano hacia políticos en San Diego, lo conocerán mucho más.
Y es que resulta que “Ravi” colaboró en la campaña para obtener la candidatura panista a la presidencia de Ernesto Cordero. Una amiga muy cercana a “Ravi” me confirmó, además, que él personalmente lo entrenó y dirigió durante la campaña.
Con una gran personalidad y carisma, Singh logró conjuntar un selecto grupo de voluntarios, en que la mayor parte de ellos expresaban no sólo admiración, sino que algunas féminas sentían hasta atracción erótica por el también llamado Gurú”.
Obviamente, “Ravi” llegó a México con el financiamiento de Susumo Azano. Como Cordero, como Nava, Singh operaba desde el búnker de Paseo de las Palmas 405, en Lomas de Chapultepec, sitio por donde fluían enormes cantidades de dinero no sólo aportados por Azano Matsura, también por muchos otros donadores a quienes, desde Los Pinos, se convencía de que Cordero era “el bueno”. Todo ello a ciencia y paciencia del IFE y del Trife, que seguro están conscientes de las grandes sumas dilapidadas en esa fallida precampaña, lo mismo de lo oscuro en no pocos casos de las fuentes de financiamiento.
¿BORRARON LOS VIDEOS?
Ahí, en Paseo de las Palmas, sobre el pretencioso restaurante Morton’s, el en ese entonces aspirante a la candidatura del PAN, así como su esposa y sus colaboradores más cercanos eran vistos más que frecuentemente.
“Ravi” los había deslumbrado —como “conde” italiano de novela de Luis Spota— pues se presentaba como supuesto operador en la campaña de Barack Obama a través de medios electrónicos y redes sociales.
Llegó a finales del 2011 a fortalecer el grupo de trabajo de Ernesto Cordero. Para marzo del 2012, al perder éste la candidatura a manos de Josefina Vázquez Mota, todo el equipo cayó en el desánimo y tomaron la decisión de no apoyarla.
Tal era, a final de cuentas, un acto congruente, toda vez que con la intervención directa del “Gurú” Ravneet Singh, la habían hostigado en redes sociales. No sólo eso: también habían obtenido, mediante espionaje —con los equipos de Azano, but of course—, datos suficientemente comprometedores de la llamada “Chepina” y sus más próximos dizque colaboradores, señaladamente del ahora senador blanquiazul Roberto Gil Zuarth.
“Ravi” tenía ya todo listo para, con tal información, lanzar una campaña negra en contra de quien el día de la elección federal quedaría en tercer y último lugar, no obstante su abanderamiento del partido en el poder. Inexplicablemente, tal campaña negra se enlató.
Y por supuesto, “Ravi” se esfumó del país. Para no regresar.
Lo de esfumar es literal. Un grupo de personas de una dependencia de seguridad de la fallida administración calderonista, luego de la derrota, trató de borrar los videos de seguridad del edificio del Paseo de las Palmas 405 para desaparecer la evidencia de dicho operativo. Lo que pone nerviosos a Cordero y a los suyos, empero, es que los videos aparentemente nunca se borraron y, en ese caso, podrían permanecer ahora mismo en una caja de seguridad de un importante personaje de la actual administración priísta.
FRAUDE, ¿CUBIERTO POR LA SHCP?
Dada la particularidad de los problemas en que se involucra a Azano, tales como su pleito de extorsión contra Sempra —adquirió los derechos de terrenos sobre los que se ubica esta planta generadora de electricidad estadounidense en la costa pacífica próxima a Ensenada— el mayor nerviosismo no proviene de los que enfrenta en los Estados Unidos, donde además, ahora, tres de sus cercanos colaboradores están bajo investigación, sino de las primeras planas que mostraron algunos medios periodísticos la semana pasada.
La factura de 30 millones de pesos, supuestamente falsa, causó sorpresa entre los corderistas.
Y es que, según los operadores cercanos a Cordero Arroyo, la extracción de fondos de Security Tracking Devices, la empresa de Azano, la que defraudó a Sedena, vendiéndoles espejitos y cobrando 5 mil millones de pesos, se había realizado con toda la cooperación del aparato oficial “para no dejar huellas”. Y el aparato oficial hacendario lo controlaba Cordero.
¿Qué pasó?
Hay mano negra, dicen, tal y como sospechan la hay en el asunto de los videos no borrados.
¿Tendrá que ver en esto nuestro amigo César “La Mano Negra” Nava? ¿Qué otros operadores de Cordero estarían involucrados? O ¿Será solamente una “canita al aire” del empresario Azano, para conseguir dinero y comprar la turbosina para su jet o cera para el piso de su mansión en San Diego, su depa en Miami o su actual residencia en San Francisco? Averígüelo, Vargas.
Yo también lo haré y aquí se lo informaré.
Índice Flamígero: Marco Cortes (sin acento) es otro de los indiciados por el FBI en el financiamiento con dineros negros de Azano para la fallida campaña —otra— de Bonnie Dumanis, quien buscaba la alcaldía de San Diego. Es un politicastro de medio pelo en San Diego, hermano de César Cortes. César fue quien metió, poco a poco, a Susumo Azano en el medio de intercepción telefónica. Al principio, únicamente como un subdistribuidor de Gustavo Cárdenas, de la seria empresa Obses. Hasta hace poco se presentaba en el Cisen y en Pemex como el brazo derecho del señor Azano. Su “experiencia” en tramitar casos de “extradición” fuera del marco legal, tanto de México a Estados Unidos o de Estados Unidos a México, es su especialidad. Para ello, presume de sus contactos operativos en muchos de los cuerpos de seguridad de la federación. En los Estados Unidos fueron Henry Encinas y César Cortes, quienes introdujeron a Susumo Azano, en el medio de las agencias federales de seguridad. + + + De último momento me informan que Walter Meade, quien se dice primo del canciller José Antonio Meade, y quien en su perfil de Linkedin se decía dueño, pero que sólo es director general de Security Tracking Devices, está por abandonar su cargo. Se dice perjudicado por la mala fama de su patrón. O a lo mejor se va antes de que investiguen más a fondo lo de las facturas falsas, ¿no cree usted?