Autodefensas
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 29, Ene 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Justo un día después del acuerdo que grupos de autodefensas michoacanos firmaron con los gobiernos federal y estatal para legalizarse, a través del registro de sus armas, los habitantes de la cabecera municipal de Yurécuaro y comunidades vecinas como “El Sabino”, “Las Palomas” y “La Joya” se levantaron en armas para crear un grupo de autodefensa, mientras otros de guardias comunitarias de Tancítaro entraron al municipio de Los Reyes y pidieron apoyo a grupos de otras comunidades para que respalden o presten sus armas para la toma de este poblado.
Así de complejo es el conflicto armado que vive Michoacán con esta nueva toma y el surgimiento de un nuevo grupo comunitario.
Mientras el gobierno federal intenta que el movimiento michoacano de autodefensa armada popular se institucionalice como coadyuvante formal de la Secretaría de la Defensa Nacional, con el carácter de Cuerpos de Defensa Rurales, la realidad se empecina en mostrarle lo que los ciudadanos son capaces de hacer por sí mismos en situación desesperada.
El surgimiento de más autodefensas fue consignado en la página “Valor por Michoacán”. Ahí se dice que “Yurécuaro y zonas aledañas se levantan en armas en contra del crimen organizado por la ineptitud y omisiónes a denuncias ante autoridades municipales, estatales y federales”.
Otra vez es descrito el estado de necesidad que se presenta cuando un grupo social es abandonado a su suerte por las instituciones del Estado que, curiosamente, observan de cerca el problema pero no se meten.
Decía un escritor griego que “ante la necesidad, ni los dioses pueden”, y ahí están los millares de michoacanos jugándose el pellejo a diario y consiguiendo lo que la poderosa fuerza legal no ha podido.
El enésimo despliegue de fuerza armada gubernamental, la cacería de “Templarios” y el acuerdo con algunos autodefensas, tienen por objetivo crear la percepción de que la situación michoacana está siendo controlada, aunque eso todavía está muy lejos de ocurrir.
El número y grado de complejidad de las fuerzas no legales que se mueven en el conflicto michoacano lo dice todo.
Hay grupos similares a los autodefensas, organizados, armados y financiados por la delincuencia, para mantener la inestabilidad y crear incertidumbre y consolidar la posición territorial de sus negocios ilícitos.
Hay grupos parecidos, manejados por organizaciones guerrilleras o movimientos sociales radicales que buscan la inestabilidad social para arribar a sus objetivos ideológicos y políticos.
Se teme que haya paramilitares disfrazados de autodefensas manejados desde los gobiernos. Los productores rurales y empresarios tienen sus guardias organizadas y armadas para tratar de lidiar con amenazas, extorsiones, secuestros y asesinatos de los cárteles.
Pero sobre todo está la gente común exasperada al tratar de protegerse tanto de delincuentes como de policías y políticos coludidos.
Y ahora, con el objetivo superior de limpiar de criminales, ellos mismos, ciudades enteras por el hecho de que los gobiernos municipales, estatales y federal los han abandonado.
Hace unos días, el gobierno creía decir con absoluta claridad su posición respecto a las autodefensas: que actuaban fuera de la ley y que no se les toleraría.
Anteayer no sólo las legitimó sino que ahora trata de absorberlas, toda vez que le han servido de ariete para luego dar la sensación de ocupación; peligroso, si se trata de un intento de cooptación pues el gobierno no hará más que debilitar a los ciudadanos frente a la mafia. Ayer otros grupos decidieron avanzar y uno más ha surgido. Por algo será.
Vamos pa’ largo.