Se salieron con la suya
¬ Augusto Corro viernes 24, Ene 2014Punto por punto
Augusto Corro
Las autoridades texanas desoyeron los clamores de clemencia a favor del mexicano sentenciado a muerte, Edgar Tamayo Arias, de 47 años.
Pese a que el proceso penal estuvo fuera de la ley, los encargados de impartir justicia en el vecino país siguieron aferrados en su determinación: aplicar una inyección letal al acusado de homicidio. El mexicano fue acusado de matar al policía Guy Gaddis el 31 de enero de 1994.
Culpable o no, Tamayo Arias debió recibir el trato legal como un principio de justicia universal. No ocurrió así. A las 21:32 horas del miércoles, el mexicano murió bajó los efectos de la inyección letal. Los abogados del mexicano insistieron, hasta el último momento, en que las garantías individuales del sentenciado fueron violentadas por las autoridades texanas en el momento que fue detenido, “pues nunca fue informado que tenía derecho a contactar al consulado mexicano para recibir asistencia legal”.
El juez tampoco se detuvo a analizar las condiciones del reo, a quien un sicólogo le diagnosticó “una discapacidad mental leve”, que certificó una deficiencia mental y un daño cerebral que sufría desde su adolescencia, tras un accidente en un rodeo.
El hecho de no contar con asistencia legal propició la intervención de los organismos defensores de derechos humanos internacionales, en busca de justicia. Las peticiones de revisar el caso fueron nulas.
El propio gobierno de Barack Obama solicitó a las autoridades texanas aplazar la ejecución de Tamayo, pues el hecho podría “minar” sus esfuerzos por ayudar a estadunidenses detenidos en el extranjero.
A los texanos encargados de aplicar la ley no les interesó que la Corte Internacional de Justicia de la ONU emitiera el llamado Fallo Avena, que consiste en revisar los casos de 51 mexicanos sentenciados a la pena capital, entre ellos el de Tamayo Arias.
ASESINATO SIN JUSTIFICACIÓN
Amnistía Internacional (AI) expresó que la ejecución de Edgar Tamayo, a quien no se le respetó su derecho a un juicio justo, se convierte en “un asesinato sin ninguna justificación”.
En un comunicado manifestó sus condolencias a la familia Tamayo Arias. También consideró que la mencionada ejecución se llevó a cabo pese a las irregularidades en su proceso que habían sido anunciadas por la propia organización internacional.
Indicó que la decisión de las autoridades de Texas de llevar a cabo la ejecución de Tamayo representó una “indudable violación de su derecho a la vida y al debido proceso”.
Se trató de un claro desacato a una sentencia de la Corte Internacional de Justicia que había ordenado suspender tal tendencia en tanto no hubiera una revisión completa del caso.
En lo general, con la muerte de Tamayo Arias, según AI, se puso en duda la voluntad de los Estados Unidos para cumplir sus obligaciones internacionales.
En México, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) lamentó que se haya aplicado la pena capital a Tamayo Arias. Además, dijo que la ejecución viola la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares y contraviene el fallo de la Corte Internacional de Justicia dictado en el Caso Avena (2004).
Por otra parte, el poeta Javier Sicilia, del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, se manifestó contra la pena de muerte impuesta por el gobierno texano.
De paso condenó el trato denigrante que se da en aquel país a los prisioneros, específicamente en Arizona.
Señaló que la pena de muerte es un acto de inmensa barbarie, “una muerte no recupera otra muerte suman dos muertes. Dijo que en el mundo tiene que haber gobiernos más justos que no envíen un mensaje estúpido porque la pena de muerte no resolverá el problema de flujo de migrantes, pues se trata de un conflicto económico mayor”.
El gobierno de Estados Unidos tenía la oportunidad de abolir la pena con el indulto, dijo finalmente el poete Sicilia.
Feliz fin de semana.