El golpe cantado
¬ Juan Manuel Magaña lunes 20, Ene 2014Política Spot
Juan Manuel Magaña
Tan sólo en este mes, según la Procuraduría Federal del Consumidor, la canasta básica de 28 productos subió 7.38 por ciento en un mes al pasar de 880 a 946 pesos en la ciudad de México y su área metropolitana. Esa misma canasta se había encarecido 14 por ciento, pero en todo el año pasado.
Y no sólo en la capital del país. La misma canasta con 28 abarrotes se encareció entre 19 y 52 pesos en la ciudad de Monterrey y sus municipios conurbados y de 24 a 52 pesos en Oaxaca según los precios promedios y máximos registrados en las tiendas y monitoreados por la Profeco.
En la primera ciudad, la canasta se vendía a 850.70 pesos el mes pasado, pero en enero se comercializó hasta en 903 pesos, un incremento de 6.16 por ciento. En la segunda, pasó de 797 a 849 pesos, o sea 6.5 por ciento más en un mes.
La canasta no incluye verduras, frutas ni carnes, sólo alimentos y bebidas procesadas, es decir, los llamados abarrotes que van desde leche, pan, azúcar, atún, arroz, frijol, sal, café, sardina, chiles enlatados, jamón, salchicha, aceite vegetal, avena, harina de maíz y de trigo, mantequilla, galletas, gelatina, pasta para sopa, puré de tomate, hasta un six de cerveza.
Parte de este salvaje aumento se explica como consecuencia de las medidas fiscales recientemente aprobadas, mismas que entraron en vigor a partir de este año con la aplicación de un impuesto especial a los refrescos y bebidas azucaradas. También está el hecho de que algunos productos se abarataron un poco, pero los que se encarecieron no se limitan a los refrescos y alimentos de alto contenido calórico que a partir de 2014 fueron gravados con un peso por litro y una tasa de 8 por ciento del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS), respectivamente.
El alza se ha observado también en otros productos que no están impactados por nuevos gravámenes, como la leche.
Y es entonces cuando el asunto ya preocupa, pues se observa una agudización de la carestía sobre las espaldas de millones de mexicanos que en 30 años no han dejado de perder calidad de vida y poder de compra.
Pese a no tener gravámenes especiales, subió el litro de leche Lala ultrapasteurizada de 12.7 a 14.30 pesos en los lugares donde se vende más barata, mientras el aumento es mayor si se toma en cuenta el precio de 14.50 o 14.80 pesos que predomina en las cadenas comerciales.
¿Alguien podría explicar por qué este abuso?
Como era previsible, en el caso de las bebidas y alimentos industrializados que este año estrenaron nuevos impuestos, los “monitoreos” de Profeco revelan que los ajustes realizados por supermercados y tiendas de autoservicio llegan a superar las tasas fijadas por las autoridades. Por ejemplo, la Coca Cola de 2.5 litros subió más de 3 pesos, pese a que la reforma hacendaria se estableció que por cada litro se cobraría sólo un peso más.
Según Profeco, el precio promedio de este refresco pasó de 21.19 pesos a 24.37 en las últimas cuatro semanas: 3.18 pesos o 15 por ciento de incremento, pero llega a costar hasta 26.30 pesos en los supermercados, es decir más de 5 pesos de diferencia.
La caja de un kilo de galletas Marías subió entre 6 y 10 pesos, pues hace un mes su precio oscilaba entre 33 y 39 pesos y ahora es de 39 hasta 49 pesos, o sea incrementos de 18 y 25 por ciento, respectivamente.
Otros productos que subieron fueron la bolsa de dos kilos de azúcar, pues de un precio promedio de 22.64 en diciembre cuesta 32.42 como máximo este mes; la lata de rajas de chiles jalapeños, de 220 gramos, de 7 pesos a 8.25 pesos; el kilo de harina de maíz Maseca subió de 12.81 a 13.91 en precios promedio, pero puede encontrarse incluso a 17.28 pesos, la harina de trigo Tres Estrellas que pasó de 14.90 pesos en promedio a 15.77 pesos y un máximo de 17.85. También subieron de precio la avena, la mantequilla, las sopas de pasta, la sal refinada, la sardina en lata, la leche en polvo y la salchicha.
¿Y todo por qué? Porque el gobierno no puede sacarle dinero a los que más tienen. Porque hay que pagar elevados sueldos a los funcionarios públicos. Porque para el PRI y el PAN es más cómodo bolsear a la gente que no tiene poder y no tiene manera de transferir los gravámenes a terceros, como sí lo hacen productores y comerciantes de bienes y servicios. Porque no hay privilegios intocables. Porque Los Chuchos del PRD querían hacer un cochinito de 10 y hasta 24 millones de pesos para este año, para así dejarse querer por pertenecer al Pacto por México. Total, a la gente siempre se le olvida.