En el olvido, Nonoalco Tlatelolco
¬ José Antonio López Sosa lunes 20, Ene 2014Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Los viejos patios de maniobra de la estación de carga del ferrocarril fueron convertidos a la mitad del siglo XX en el segundo conjunto urbano más grande de América —sólo detrás del Cop-Op City en Bronx, Nueva York—, Mario Pani diseñó una ciudad dentro de la capital del país que aspiraba a cambiar el trazo urbano de una metrópoli.
Así en 1949 inició su construcción y el 21 de noviembre de 1964 se inauguró oficialmente este conjunto residencial.
11 mil 916 departamentos en 102 edificios, 2 mil 323 cuartos de servicio, 688 locales comerciales, 6 hospitales, 22 escuelas, 4 teatros, un cine, una estación del Metro y una central telefónica se ubicaron en más de 12 mil metros cuadrados.
El 2 de octubre de 1968 se da el primer hecho que enluta la historia moderna de Tlatelolco, en la Plaza de las Tres Culturas con la matanza de estudiantes por órdenes del régimen en turno en manos de Gustavo Díaz Ordaz.
El 19 de septiembre de 1985 marcó el inicio del deterioro vertiginoso de Tlatelolco, tras el sismo que destruyó gran parte de la ciudad de México donde se derrumbaron las dos terceras partes del edificio Nuevo León, de 14 pisos con cientos de departamentos.
Meses después inicia la reconstrucción que incluyó la demolición de decenas de edificios y el recorte de otros tantos (de 14 a 7 pisos).
Desde 1985 Nonoalco Tlatelolco comenzó su debacle, a pesar que se reconstruyeron casi todos los edificios, las plazuelas y áreas comunes, nunca se logró restablecer la modernidad con la que este conjunto urbano fue concebido.
Con el paso de los años, la delincuencia común, la venta de droga al menudeo, el vandalismo, la basura, el deterioro en la infraestructura urbana y en general, la merma sistemática en la calidad de vida son el común denominador en las tres secciones que comprenden Nonoalco Tlatelolco.
Los edificios lucen llenos de grafiti, los vecinos viven con miedo, los servicios se deterioran un día tras otro, los estacionamientos se han convertido en nido de delincuentes, en fin, la modernidad se convirtió en urbanismo obsoleto.
Este año Nonoalco Tlatelolco cumple 50 años de vida, en noviembre llegará a su primer medio siglo, en tanto, las autoridades delegacionales y capitalinas la tienen en el discurso y no en la práctica. Tlatelolco se convierte en una síntesis del sistema: la modernidad que dura un suspiro.
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