Otra vez: Michoacán
¬ Augusto Corro viernes 17, Ene 2014Punto por punto
Augusto Corro
Michoacán está sumido en la violencia desde que en esa entidad se asentaron los cárteles de la droga. Hablamos de los años 80 y 90 del siglo pasado.
El problema de la lucha contra la delincuencia lo arrastran las autoridades a partir de aquellos años. Los diferentes gobernadores michoacanos no pudieron, en todo este tiempo, brindar paz y tranquilidad a sus gobernados.
La espiral de violencia creció desmesuradamente y en el presente se lleva a cabo una guerra llena de incertidumbre.
Como si no fueran suficientes los enfrentamientos entre narcos y estos contra las autoridades, surgieron las denominadas autodefensas para protegerse de los delincuentes. Las autodefensas se armaron y se convirtieron en un nuevo dolor de cabeza para las autoridades. Estos inconformes son grupos de civiles: comerciantes y gente del campo, etc., cansados de la presencia de los narcos, quienes en algunas zonas controlan la producción y venta del aguacate y de minerales.
La fuerza pública busca el desarme de los grupos de ciudadanos que demandan, con sus propios medios, el regreso a la tranquilidad. En Michoacán, la población ha tenido que soportar los estragos producidos por las pugnas entre los diferentes cárteles incluidos los conocidos como “La Familia”, “Los Templarios”, “Los Zetas”, “Nueva Generación de Jalisco” y el “Cártel del Golfo”. La delincuencia organizada ha actuado en diferentes tiempos pero con los mismos propósitos: las ganancias ilegales de la producción, trasiego y venta de droga.
Las pugnas por el liderazgo han provocado hechos que van desde el incendio a vehículos e inmuebles hasta el terrorismo. Sin excluir los cientos de muertos y los actos de extorsión.
LOS PERREDISTAS
En esos escenarios de caos gobernaron los perredistas Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy. Ambos, políticos grises, no pudieron erradicar a la delincuencia organizada. En el 2006, Calderón pretendió granjearse la simpatía de la sociedad mexicana e inició una guerra contra los cárteles de la droga que resultó un fracaso total.
El último mandatario estatal, Fausto Vallejo, tampoco pudo encontrar una solución al conflicto. Su enfermedad hepática lo alejo del poder que quedó en manos de un interino: Jesús Reyna, quien ha sido señalado como pariente de La Tuta, uno de los líderes templarios.
En otras entregas señalamos que era imposible que Vallejo pudiera resolver la confrontación violenta de los michoacanos y que era necesaria la participación directa del gobierno federal.
Y así ocurrió. Vallejo seguirá en el poder como figura decorativa, mientas un comisionado se encargará de coordinar las actividades de la fuerza pública, así como meterse a fondo en toda la problemática, para sacar a Michoacán del hoyo al que arrojaron los cárteles y los pésimos gobiernos. Ese comisionado es Alfredo Castillo, quien se ha desempeñado en diferentes cargos públicos. La tarea del comisionado será titánica; pero no imposible de realizar. Para empezar a poner orden deberá enviar a la cárcel a aquellos funcionarios públicos de conducta sospechosa que han sido denunciados por sus relaciones con los delincuentes.
Porque no cabe duda alguna que si el crimen ha florecido en aquella entidad, es porque ha habido una colusión abierta entre autoridades y cárteles. Es decir, se debe acabar la corrupción, como una de las metas más importantes a conseguir.
Claro, la misión de Alfredo Castillo tendrá que ir aparejada con la reconstrucción del tejido social afectado por los actos criminales de los cárteles. Michoacán merece vivir en paz y tranquilidad total.
MURIO JUAN GELMAN
El martes pasado murió el poeta argentino Juan Gelman, quien durante su vida fue reconocido internacionalmente por su obra. Recibió el premio Cervantes, algo así como el Premio Nobel de las letras españolas. Vivió en México más de 30 años y se refería a nuestro país como su segunda patria.
Sus versos tocan temas relacionados con el amor, la muerte y el dolor. Desempeñó una activa militancia política contra la dictadura argentina.
Feliz fin de semana.