El papa Francisco sacude con cambios al Banco del Vaticano
* Especiales, Mundo jueves 16, Ene 2014- Rompe con la élite clerical financiera que heredó de Benedicto XVI
En una sacudida al Banco del Vaticano, el papa Francisco decidió la remoción de cuatro de los cinco cardenales de un comité de supervisión. El hecho fue interpretado como una ruptura papal con la élite clerical financiera que heredó de su predecesor.
La medida pretende solucionar los problemas de una institución plagada de escándalos que ha sido con frecuencia fuente de vergüenza para la Santa Sede y que Francisco se ha comprometido a reformar o cerrar.
Los cuatro cardenales fueron removidos cuando apenas llevaban 11 meses en sus mandatos de cinco años como comisarios durante el papado de Benedicto XVI, quien renunció en febrero de 2013.
Los cambios llegan cuando el papa Francisco se acerca al primer aniversario de un pontificado al que ha querido imprimir un sello de austeridad y sobriedad, con su decisión de abandonar los departamentos papales para instalarse en una modesta habitación.
El equipo recién nombrado incluye a dos cardenales, Christopher Collins de Toronto y Christoph Schoenbron de Viena, de diócesis relativamente ricas que han tenido amplios acuerdos financieros. Los otros integrantes son el arzobispo Pietro Parolin, nuevo secretario de Estado del Vaticano que será elevado al rango de cardenal el mes que viene, y Santos Abril y Castillo, un español establecido en Roma y amigo cercano del Papa.
El único miembro que permanece en la institución es el cardenal francés Jean-Louis Tauran. Entre los cuatro religiosos que no fueron confirmados se encuentran el ex secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, quien se ha defendido diciendo que era víctima de “acusaciones anónimas y rumores”.
A Bertone se le responsabiliza de un control laxo que llevó a una serie de escándalos durante el pontificado de Benedicto XVI, incluida una filtración de documentos personales del entonces Papa por parte de su mayordomo.
También fue removido el cardenal Domenico Calcagno, jefe de otro departamento financiero del Vaticano en el que magistrados italianos sospechan que se han producido irregularidades financieras y que la Santa Sede convocó a una firma externa para auditar.
Francisco no ha descartado cerrar el banco, que formalmente recibe el nombre de Instituto para las Obras de Religión (IOR), si no puede ser reformado. La comisión de cardenales revisa las cuentas y aprueba estrategias. Actúa como un lazo entre el Papa y el Comité de Superintendencia, que está integrado por cinco miembros laicos de todo el mundo.