¿Ahora sí?
Ramón Zurita Sahagún martes 14, Ene 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
El sexenio pasado se puso de moda la frase expuesta por Alejandro Martí, durante una reunión de seguridad nacional: “si no pueden, renuncien”.
La frase cimbró a los funcionarios públicos que se encontraban presentes, los que se comprometieron en esa materia, aunque poco después fue relegada.
Hoy más que nunca hay que revivirla, ante la ineficacia de las autoridades en el caso Michoacán, principalmente, sin dejar de lado que hay otros estados que viven circunstancias de inseguridad.
El caso Michoacán es significativo, ya que resultó un laboratorio experimental sumamente fallido y donde las autoridades de todo tipo ensayan fórmulas desastrosas.
Un nuevo grito de auxilio surgido de la garganta de un gobernador inepoto y sin deseos de asumir su cargo, como lo es Fausto Vallejo Figueroa, pone otra vez la mira sobre el gobierno federal.
Desde hace poco más de siete años, el gobierno federal se dio a la tarea de recuperar el control de todo el territorio que comprende el estado de Michoacán.
El tiempo transcurrido muestra que ha sido un total fracaso y que la impunidad, la violencia y la inseguridad, son las tres reglas de oro que subsisten en la entidad.
La presencia del Ejército, la Marina, las policías federales, estatales y municipales, no han servido. La estrategia es fallida y el grito de auxilio del gobernador es de desesperación.
Desde que se inició el operativo michoacano, los esfuerzos del gobierno federal han sido notorios, desplazamiento de fuertes contingentes de las fuerzas armadas, ocupación de zonas de riesgo, pero el problema continúa.
Los ires y venires de Fausto Vallejo de la silla gubernamental y la alternancia con Jesús Reyna en ocupar la posición para la que fue electo el primero, han servido para descontrolar a la población, pero no para hacerlo con los grupos delincuenciales, a los que les tiene sin cuidado la enfermedad de Vallejo Figueroa y sus licencias para ausentarse del cargo.
Sin embargo, al margen de las ausencias del gobernador, el gobierno federal mantuvo presencia en la entidad, sin que las zonas de control de los grupos delincuenciales fuesen recuperadas.
La aparición de los grupos de autodefensa descarnó la fallida estrategia gubernamental, por lo que estos grupos de presuntos ciudadanos fue tolerada, para que con su propio armamento combatiera y desplazara a los grupos del crimen organizado.
Eso desencadenó una violencia mayor en el estado, grupos armados transitando por los diversos caminos de la entidad, ingresos a poblaciones en comando, disparos indiscriminados, muertos, heridos, incendio de vehículos, cierre de caminos y desconcierto de la población, es el panorama que se vive en esa entidad.
La estrategia fallida, el crecimiento de los grupos de autodefensa y la ineficacia del gobierno de Fausto Vallejo, motivaron que el propio gobernador exclamara un nuevo grito de auxilio.
Nuevamente, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, acudió al llamado de auxilio, por lo que los gobiernos federal y michoacano firmaron el acuerdo para el apoyo federal de Michoacán, cuyo objetivo es disminuir la violencia generada en las últimas semanas en los municipios de Apatzingán y Parácuaro.
Durante la reunión del Gabinete de Seguridad y autoridades estatales en Morelia, el gobernador Fausto Vallejo afirmó que se irá con toda la fuerza del estado y el soporte de la Presidencia de la República para combatir el delito y la violencia en la entidad.
“Necesitamos paz y tranquilidad en Michoacán”, reconoció Vallejo Figueroa, “vamos por ellos, vamos a lograr su detención y a buscar que sean castigados como debe ser, por todo el año que han causado”.
El mandatario estatal anunció que, como medida extraordinaria, a partir de ahora y por el tiempo que sea necesario su gobierno despachará desde Apatzingán y toda la región afectada por la violencia.
“Cumpliré a los michoacanos, asumiendo el desafío de atacar el fenómeno de la violencia. Haremos prevalecer la autoridad”, aseguró.
Destacó también que el acuerdo firmado no sólo permitirá el combate de la violencia a través de fuerzas armadas, sino que considera ampliar los programas sociales.
Es cierto que para combatir a los grupos delincuenciales se requiere de algo más que los cuerpos de seguridad estatales y municipales, pero en Michoacán, el Ejército y la Marina tienen siete años en esa entidad, por lo que no se entiende cuál será el cambio de estrategia.
Lo curioso de esto es que ahora que los grupos de autodefensa se apersonaron en la región de la llamada Tierra Caliente es cuando el propio gobernador, Fausto Vallejo Figueroa anuncia que mudará su gobierno a esa zona, por el tiempo que sea necesario, para hacer prevalecer la autoridad.
Y la pregunta que surge es, ¿por qué hasta ahora?
Sin embargo, el compromiso del gobierno federal, asumido por Osorio Chong mantiene viva la llama de la esperanza de que ahora sí, regrese la paz y tranquilidad a esa entidad, desprovista de la misma desde hace más de una década.
De acuerdo con lo anunciado por el secretario de Gobernación, se invertirán 250 millones de pesos para reforzar el programa de prevención del delito en esa zona, al tiempo que emplazó a los grupos de autodefensa a que retornen a sus lugares de origen, ya que la seguridad de esas regiones se encontrará garantizada plenamente de parte de las instituciones.
Se espera que en esta ocasión, el anuncio de una nueva estrategia para el caso Michoacán, redunde en resultados y que los habitantes de esa entidad no sufran más los estertores de la violencia, inseguridad e impunidad.