Dudas sobre el operativo en Michoacán
Roberto Vizcaíno martes 14, Ene 2014Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Los dirigentes de los grupos piden que Ejército, Marina y PF vayan con ellos a cazar a Templarios
- Hay suspicacias de por qué llega ahora el gobierno federal cuando estaban a punto de entrar en Apatzingán
- Osorio afirma que la decisión del presidente Enrique Peña Nieto es acabar con los delincuentes
A punto de que las autodefensas entraran a Apatzingán, donde se encuentra la sede de los “Caballeros Templarios”, según todos los lugareños dicen, una reunión urgente del Gabinete de Seguridad en Morelia encabezado por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, decide que el gobierno federal tome el control de la región de Tierra Caliente, centro hoy de casi una miniguerra civil.
Y al hacerlo le exigen a las fuerzas de autodefensa -se habla de 15 mil civiles armados-, depongan y entreguen sus armas y regresen a sus lugares y trabajos habituales.
Dejados fuera del encuentro de alto nivel en que se firmó un acuerdo de colaboración entre los gobiernos local y el federal, los dirigentes de estos grupos advirtieron que ellos ni entregan las armas, ni regresan a sus poblados y actividades y que por el contrario continúan con su intención de entrar a Apatzingán para capturar y acabar con los “Caballeros Templarios”.
El escenario del conflicto advierte que los grupos de autodefensas han logrado prácticamente rodear y sitiar Apatzingán en previsión de un asalto final contra el grupo de los “Templarios”.
Este operativo según se sabe, fue ideado y conducido por el doctor José Manuel Mireles desde un hospital de la ciudad de México donde fue internado luego de haber sufrido un accidente al chocar en la pista de aterrizaje la avioneta en que se trasladaba desde Jalisco a Michoacán.
En un aparente escenario del absurdo, el doctor Mireles fue rescatado, trasladado y resguardado por las autoridades federales y al ser dado de alta, transportado en un helicóptero federal supuestamente de regreso a Michoacán.
Horas después el gobierno federal a través del titular de Gobernación, le pide que detenga las acciones de los grupos de autodefensas que comanda, que entregue las armas y se vaya a su casa.
Los hechos indican que mientras los soldados, marinos y policías federales comienzan a llegar a Tierra Caliente para asumir el control de la zona, los grupos de autodefensa controlan prácticamente todos los accesos y caminos que comunican a los poblados y municipios que rodean a Apatzingán, y son ellos quienes realmente son dueños de la situación en esa zona.
Hasta ayer estos grupos habían levantado barricadas con sacos de arena desde donde vigilaban con sus armas largas las entradas y salidas de los poblados de la región.
Entre estos grupos se comenzó a dar durante la tarde de ayer un rechazo al acuerdo suscrito entre el gobernador Fausto Vallejo y el secretario de gobernación Miguel Ángel Osorio Chong, bajo las suspicacias de que las acciones implementadas podrían detener el asalto final de los autodefensas de Mireles a los principales bastiones de mando de los “Templarios”.
Los grupos de autodefensa reclamaron que los soldados, marinos y agentes federales, se les unieran para dar el golpe final a los “Templarios” en Apatzingán y no pretender detener el avance de los autodefensas y desarmarlos.
“Pareciera que el gobierno federal y sus fuerzas llegaron a salvar a los malos”, dijeron.
ACUERDO AMPLIO
En medio de estas suspicacias el secretario de Gobernación, acompañado por el general Salvador Cienfuegos Zepeda; el almirante Vidal Francisco Soberón Sánz; el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam; el doctor Manuel Mondragón y Kalb y el director del Cisen, Eugenio Imaz Gispert, indicó:
“Como es bien sabido, en esta zona (de Tierra Caliente, en Michoacán) la violencia y los delitos han mermado considerablemente a sus habitantes y por esta razón algunos ciudadanos han buscado el camino de las autodefensas.
“Lo más grave de todo es que su surgimiento coadyuva en deteriorar el ya de por sí lastimado tejido institucional, por debilitar el estado de Derecho y por abonar en el terreno siempre arbitrario e inconstitucional y peligroso de la aplicación de la justicia por propia mano”.
De ahí que el gobernador Fausto Vallejo, dijo, decidió acudir al gobierno federal para hacer frente a los problemas de la región de Tierra Caliente.
“Lo que ha ocurrido en esta región durante estos años, no tiene paralelo ni precedente en ningún otro lugar de la República.
“La descomposición paulatina del tejido social se ha completado con un acelerado proceso de destrucción del tejido institucional.
“La fragilidad del estado de Derecho en esta región ha dado paso a expresiones ciudadanas, delincuenciales y de otra índole, que mucho lastiman a la sana convivencia, a la justicia y a los principios sociales que soportan las bases de bienestar y progreso. En estas condiciones no es posible lograr ni prosperidad, ni concordia”, indicó Osorio.
Por eso la intervención del gobierno federal, que ha decidido tomar el control absoluto de Tierra Caliente, buscará sobre todo restaurar el estado de Derecho que es generador de certeza y de progreso al que individuos y sociedades aspiramos.
“Si en una sociedad no se respetan las reglas y sus integrantes se conducen en franco desacato a ellas, lo que se consigue invariablemente es su desintegración”, indicó en un franco mensaje a los autodefensas.
LOGROS
En este escenario Osorio aprovechó para hacer un corte de caja en materia de seguridad del gobierno de Enrique Peña Nieto.
“Desde el primer día de la presente administración, el presidente Enrique Peña Nieto se comprometió con la ciudadanía para que la violencia en nuestro país disminuyera.
“En este contexto entablamos diálogo con todas las autoridades y acordamos enfrentar juntos el problema de la violencia y la inseguridad y también como un gran acuerdo fue quitar este tema de la arena política.
“Bajo este principio, fue posible que federación, estados y municipios trabajáramos de manera coordinada.
“El gobierno de la República tenía que poner el ejemplo y lo hizo, a partir de que las instituciones integrantes del Gabinete de Seguridad hicieran a un lado las rivalidades y desconfianzas del pasado para trabajar bajo una sola batuta y bajo un solo proyecto.
“Las reuniones mensuales con todos y cada uno de los gobernadores de los estados y el jefe de gobierno del Distrito Federal empezaron a dar resultados, y a partir de ahí se ha logrado que cada semana las fuerzas federales tengan reuniones de coordinación con cada uno de ellos para apoyarlos en sus estrategias locales.
“Fue así como paulatinamente se han ido reduciendo los homicidios dolosos a nivel nacional y con ello ha decrecido la violencia que tanto nos ha lastimado.
“En este sentido es muy importante destacar los resultados obtenidos mediante el uso de información de inteligencia. A esta fecha ha sido posible neutralizar a 71 líderes de los 122 objetivos de la delincuencia organizada, previamente identificados por las instituciones federales y locales, sin que en la mayoría de los casos se haya producido un solo disparo.
“Al mismo tiempo que el Estado mexicano ha moderado sustancialmente el legítimo uso de la fuerza. Todo ello en beneficio de nuestro objetivo primordial: reducir la violencia, venga de donde venga”, precisó.
Osorio reconoció sin embargo que falta aún mucho por hacer para lograr las metas planteadas.
Y que en el caso de Michoacán apenas se iniciará la recuperación integral del estado. Eso se logará, dijo, con las siguientes medidas:
Reforzando una estrategia amplia e integral en los municipios más afectados, para atender la seguridad de las personas, de sus bienes y también combatir las condiciones sociales que generan las conductas violentas.
Esta medida no interrumpirá ni sustituirá las actividades del Ejército, la Armada y la Policía Federal en la región y el estado, ni supone la reducción de efectivos.
Se mantendrán las fuerzas federales en las vías de comunicación -que habían sido obstruidas por los criminales-, dentro de un corredor seguro, para garantizar el libre tránsito de personas y mercancías a y desde Tierra Caliente.
El operativo federal en el puerto de Lázaro Cárdenas ha sido un duro golpe al sistema financiero de los criminales de la región y ha significado el debilitamiento de las bandas.
“Que quede muy claro, las tareas de seguridad pública desde el punto de vista de cualquier gobierno, son parte de su quehacer permanente y van más allá de la coyuntura.
Los delincuentes deben recibir el trato que la Ley dispone para ellos y en ese sentido no hay espacio alguno ni para la tolerancia, ni para la complacencia”, concluyó Osorio.