Un mundo azul nos vigila
¬ Alejo Sánchez Cano lunes 13, Ene 2014Como veo, doy
Alejo Sánchez Cano
Acostumbrada la administración del presidente Felipe Calderón a espiar a sus adversarios políticos, hoy los panistas nuevamente se han colocado en el ojo del huracán al darse a conocer entre la opinión pública una conversación telefónica celebrada entre el senador Ernesto Cordero Arroyo y el diputado federal Fernando Rodríguez Doval, ambos de las filas del Partido Acción Nacional (PAN).
Palabras más, palabras menos, el audio -que al parecer fue hecho del conocimiento entre sus dirigentes antes de que se filtrara a los medios de comunicación-, deja entrever que el senador solicita al diputado “hundir” a su líder, Gustavo Madero, y al coordinador legislativo en la Cámara de Diputados, Luis Alberto Villarreal, a quienes Cordero Arroyo los tacha de “ladrones”.
Lo grave tal vez no sea que dicha conversación se dé en el contexto de la lucha interna que ese partido vive rumbo a la renovación de su dirigencia nacional, porque como es de esperarse los golpes bajos son el pan de cada día entre los contendientes, no, lo grave de esta grabación dada a conocer es que este hecho confirma lo que hasta ahora parecía un simple rumor a voces en el sentido de que “en la administración del panista Felipe Calderón participaron en el espionaje que realizó EU contra el actual mandatario y su antecesor.
Y para que no queden dudas de los rumores, los mismos panistas generan pistas y líneas de investigación contra estos actos ilícitos.
Un medio nacional publicó un mensaje que el hermano de Margarita Zavala, esposa del ex presidente Felipe Calderón, escribió en su cuenta de Twitter: Juan Ignacio. “En el PAN corre el rumor de que Marco Antonio Adame, que fue un desastre en Morelos, tiene un aparato de espionaje y ‘cuelga a todos #dicen”.
Y no es la primera vez que los del partido blanquiazul se vean involucrados en este tipo de ilícitos, porque aún recordamos aquella conversación que a mediados de 2012 le filtraron a la entonces candidata presidencial, Josefina Vázquez Mota, donde ella con aparente angustia y preocupación le pregunta a uno de los suyos vía telefónica: “Mi Agus… ¡Vamos a ganar! Y, luego, ¿qué vamos a hacer?”. Acción que entonces se justificó con un simple “fuego amigo”, pero que hoy confirma entre ellos aquello de que el “que se lleva, se aguanta”.
Sin duda, los actos de espionaje telefónico son reprobables cuando no existen órdenes judiciales de por medio, pero lo más reprobable es que estos ilícitos se hayan hecho una práctica común en las administraciones panistas, donde incluso, a fines del año pasado, el propio ex mandatario Calderón levantó una enérgica protesta por el espionaje del que fue objeto por parte de la Agencia de Seguridad Nacional del vecino país del norte.
Y por si fuera poco, lo peor es que los ilícitos fueron realizados con la aparente anuencia y participación de algunas autoridades de la anterior administración federal, para lo cual se habrían adquirido equipos especiales y montadas oficinas específicas.
Detrás de la puerta, mirando por la ventana, levantando el teléfono, “hackeando” una cuenta de correo electrónico, robando documentos, o de cualquier otra forma, queda claro que quienes espían lo hacen por inseguridad, para tomar ventaja sobre algo, descalificar, hacer quedar mal a alguien o simplemente por chismosos, y en el caso de las filtraciones panistas mucho hay de eso, porque si se tratara de una investigación judicial tal vez ni nos enteraríamos. En fin, el tema ahí lo dejamos para reflexionar porque, parafraseando al entrañable periodista y locutor Pedro Ferriz Santacruz, “Un mundo azul nos vigila” o lo que es lo mismo “hay pájaros azules en el alambre”.
VA MI RESTO.- El 2014 será un año de retos, de compromisos, de continuar creando consensos y fomentando el diálogo entre las diversas fuerzas políticas del país y los sectores productivos, como lo fue el 2013, con la serie de reformas estructurales que fueron aprobadas, objeto del reconocimiento internacional.
En este sentido, este año inició con una nueva y buena noticia que anhelaba desde hace décadas el campo y el sector agroalimentario del país, el apoyo que dará el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, para impulsar una profunda reforma para el agro mexicano, con el fin de hacerlo más productivo, rentable y sustentable, de esta forma se incrementarán los ingresos de quienes de él viven y se ofrecerán alimentos a mejores precios para todos los consumidores.
Y lo más importante es que se busca hacerlo más justo para los casi 25 millones de personas que viven en las zonas rurales, 27 por ciento de la población nacional, de la que lamentablemente 70 por ciento sufren de pobreza y analfabetismo, sin duda es una gran tarea la que se tiene: reducir la brecha entre los grandes, medianos, pequeños y micro productores.
La actual administración ha demostrado que se pueden crear consensos y mantener un diálogo sano para el bien de todos los mexicanos y en el caso de un rubro tan prioritario para el país como lo es el campo, el esfuerzo no sólo vale la pena, es sumamente necesario, ahora sí que como dice la frase ya es momento de que les haga justicia la Revolución.