INE, nuevo IFE
Ramón Zurita Sahagún martes 24, Dic 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
¿Y así quieren que los electores tengan confianza en sus instituciones?
El Instituto Federal Electoral fue el organismo público que más amplios reconocimientos tuvo de los ciudadanos.
Se ubicaba por encima de la Comisión de Derechos Humanos, del Ejército, de la Marina, de la Suprema Corte de Justicia y de los otros organismos gubernamentales que merecían alguna consideración de quienes habitamos la República mexicana.
Tal vez, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación podría situarse por detrás del IFE en el tiempo no tan remoto.
Hoy, el IFE es un organismo que causa desconfianza en los electores, desde que en 2006, su entonces presidente, Luis Carlos Ugalde, no supo enfrentar los sinsabores de esa contienda electoral, que dejó muchas dudas.
Desde entonces, el IFE se encuentra sujeto al arbitrio de los partidos políticos, que ven en la institución un botín, para satisfacer sus propósitos y mantener sus cotos de poder.
Como siempre, el IFE queda cojo y a nadie parece importarle, cuando menos esa sensación dan los diputados que son los responsables de seleccionar a los nueves integrantes del organismo.
No les corre prisa, ya que cada una de las fracciones trata de ubicar a sus representantes en esas vacantes y es donde no logran los acuerdos para contar con la votación necesaria.
Desde que el IFE se convirtió en la cueva del reparto de las ideologías, los consejeros perdieron credibilidad, con todo y que algunos de ellos la mantuvieron antes de aceptar el ofrecimiento o buscar colarse en una de las nueve sillas.
El trabajo de la institución no parece importarles a los legisladores, que desde febrero dejaron vacante uno de los espacios de los consejeros, luego de la renuncia de Sergio García Ramírez.
García Ramírez es un abogado de gran prestigio que encabezó el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, fue ministro de la Corte, secretario del Trabajo, procurador general de la República y del Distrito Federal.
Sin embargo, en su paso por el IFE estuvo a punto de ver desmoronado ese prestigio, por lo que prefirió renunciar.
La vacante intentó ser aprovechada por la bancada priísta en la Cámara de Diputados, para impulsar a otro de los suyos, aunque no consiguieron el número suficiente de votos para ello.
Entre los opositores del PRI surgió el compromiso de seleccionar al consejero al tiempo que los otros cuatro que terminaban su período el 30 de octubre.
La fecha llegó y las cosas quedaron igual, el IFE quedó reducido a cuatro consejeros, los que mantendrán una presidencia rotativa, hasta que se designe a sus cinco compañeros.
Es cierto que en este año y en el próximo no habrá procesos electorales federales, sino hasta el 2015, pero los consejeros del IFE tienen otras tareas que deben resolver y si no son necesarios para hacerlo, entonces más valdría que quienes desarrollen el trabajo sean ascendidos al cargo o mantenidos en los mismos, pero con sus salarios actuales y no el de los consejeros que son, conjuntamente con los ministros de la Corte, los mejores pagados de la burocracia.
Un acuerdo tomado por los cuatro superconsejeros que quedan en el IFE establece que será Benito Nacif el primer presidente rotativo, su turno terminó el 3 de diciembre, mientras que María Marván Laborde lo hará del 4 de diciembre al 7 de enero de 2014, seguidos de Lorenzo Córdova y Marco Antonio Baños, en lapsos similares.
“Esta es una situación extraordinaria que se está adoptando ante una omisión por parte de la Cámara de Diputados para designar al consejero presidente”, puntualizó Lorenzo Córdova.
Y es que ante la tardanza de los diputados, los cuatro superconsejeros podrán continuar rotándose la presidencia y sacando los asuntos que les conciernen y mostrando que la decisión de establecer un consejo conformado por nones no era tan necesario, ya que los ellos pueden sacar el trabajo ante la apatía de los legisladores.
“COCOA” CONTRA VALLEJO
Duras fueron las palabras lanzadas por la senadora Luisa María Calderón Hinojosa contra el gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo Figueroa. La legisladora que, tal vez, habló por la sangrante herida que le produjo haber perdido unos comicios donde era amplia favorita, señaló a los hijos o cuando menos a uno de ellos, como parte de la delincuencia que mantiene en jaque a la población michoacana.
Calderón Hinojosa dijo que el regreso de Fausto al gobierno se provocó ante la urgencia por resolver algunos compromisos realizados con los grupos delincuenciales durante las campañas electorales.
El hoy gobernador negoció el apoyo de estos grupos, dijo la panista, que pronto recibió respuesta por parte del gobierno estatal que ya encabeza, nuevamente, Fausto Vallejo.
De acuerdo con lo expresado por la senadora, una persona que se somete a trasplante de hígado no puede regresar tan pronto a sus actividades, ya que el tiempo de convalecencia es muy tardado.
La respuesta emitida por el gobierno estatal, en un boletín de prensa y reforzada por declaraciones del propio Fausto Vallejo, advierten de la posibilidad de una demanda contra la legisladora por difamación.