Seguridad, sin colores ni partidos
¬ Alejo Sánchez Cano lunes 23, Dic 2013Como veo, doy
Alejo Sánchez Cano
El 2013 será un año para recordar en nuestra historia, porque en este primer año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto se propusieron y se aprobaron las reformas transformadoras que el país requiere para fortalecer su economía, democracia y, sobre todo, para apuntalar su desarrollo social. Será recordado porque a partir de estas modificaciones constitucionales en materia energética, hacendaria, educativa, telecomunicaciones y competencia económica, el paso que sigue es la instrumentación de cada una para que la población esté en mejores condiciones para avanzar en la construcción de un México en paz.
Así, aunque en las reformas aprobadas aún hay voces que disienten y con visiones diferentes utilizan esa postura con fines meramente políticos, es tiempo de que todos, o esa mayoría que está de acuerdo en apostarle a la transformación nacional, nos sumemos al proyecto del cambio, al proyecto que mediante un pacto, el diálogo y los acuerdos, busca mejores condiciones para las familias mexicanas.
Y a lo mejor habrá quién se cuestione ¿y a mí en que me benefician esas reformas, si lo que quiero es seguridad para mi familia?, pues aunque la respuesta no es fácil cuando la inseguridad y la violencia han trastocado nuestra tranquilidad y la de nuestros seres queridos, es un hecho que cuando hay empleo para nuestros jóvenes, fuentes de trabajo mejor remunerado para los padres de familia, buen alumbrado en nuestras calles, más escuelas para los niños en nuestras colonias, y en general mejores condiciones sociales, todo en su conjunto coadyuvará a que todos también tengamos mejores oportunidades de vida y también de esa manera se reducirán los factores que alientan el delito.
Es cierto, atender el problema de la delincuencia organizada y disminuir la violencia en nuestras comunidades no es fácil y mucho menos cuando por años las autoridades fueron omisas o le entraron al tema sin estrategia y sin coordinación interinstitucional. No es fácil, pero a un año de gobierno de la presente administración hay datos esperanzadores de que el gobierno federal ahora sí está tomando al toro por los cuernos en este delicado asunto.
Por ejemplo, para revertir las condiciones sociales y económicas que favorecen el delito se creó el Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, el cual beneficia ya a casi 4 millones de mexicanos. En este año se invirtieron 118 mil millones de pesos en diversas acciones y proyectos destinados a fortalecer la cohesión social y comunitaria en las zonas con mayores índices delictivos.
Otro dato es la reciente aprobación en el Senado de la República del Código Nacional de Procedimientos Penales, lo cual permitirá aplicar en todo el país los mismos criterios a la hora de juzgar a quienes cometan delitos del orden penal.
En cuanto a los integrantes de los cuerpos policiacos, es alentador saber que en su formación y selección ya se les aplican rigurosos esquemas de control de confianza; que se trabaja en la creación de un Centro Nacional de Formación de Mandos y se impulsa la defensa y promoción de los derechos humanos en toda la estructura de la Administración Pública Federal.
En tanto, de los 122 objetivos relevantes de la delincuencia organizada, el gobierno ha logrado que 71 ya no sean una amenaza para la población. No hay duda, esos datos y muchos otros, aunados a diez acciones básicas, nos indican que la estrategia nacional de seguridad avanza, pero también la misma autoridad nos dice que en el tema hay mucho por hacer; por eso, durante la 35 Sesión del Consejo Nacional de Seguridad, el presidente Enrique Peña Nieto hizo un llamado a todos sus integrantes para seguir sumando esfuerzos y les recordó que en la atención de esta problemática “no puede ni debe haber colores partidistas que nos dividan. Los gobernadores, el jefe de gobierno del Distrito Federal y el gobierno de la República formamos un mismo frente”.
Entonces, ante la percepción ciudadana de que en la materia muy poco se ha hecho, el llamado presidencial debe ser puesto en el punto número uno de la agenda de prioridades de los gobiernos federal, estatales y municipales, porque, al igual que las reformas transformadoras, diagnósticos se han hecho muchos en el tema y ya son tiempos de toma de decisiones y soluciones prontas, tal como lo instruyó el presidente Peña Nieto al titular de la Segob para combatir el secuestro.
PASO SIN VER.- Ante la dificultad de atender con eficacia todos los flancos que existen en el problema de inseguridad y violencia en el país, mucha gente se pregunta si las acciones de apoyo que el gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, brinda -según informe especial de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH)- a grupos denominados de autodefensa, como la Unión de Pueblos Organizados del Estado de Guerrero (UPOEG), ¿son para combatir o para fortalecer a la delincuencia?
Y es que no entienden el hecho de que los grupos policiacos legalmente constituidos en la entidad trabajen en precarias condiciones de armamento, uniformes y salarios, y grupos recientemente surgidos, como la UPOEG, de pronto cuenten con financiamiento estatal, tanto en efectivo como en especie, es decir se les ha proporcionado armas, ambulancias, camionetas y radios de comunicación, entre otras cosas.
En fin, algunas respuestas apuntan en el sentido de que ni es para combatir ni para fortalecer a la delincuencia, sino para justificar el desvío de recursos estatales. Entonces, esperemos que esta observación no se quede en un mero informe de la CNDH, ya que el asunto deber ser vista ante las autoridades judiciales. Y más allá de desplegados aclaratorios en medios de comunicación del gobierno estatal, debe existir una investigación al respecto de las autoridades competentes.
VA MI RESTO.- Palabras a tomar en cuenta en fechas de festejo y cualquier reunión social son las que señaló el subsecretario de Prevención y Participación Ciudadana de la Segob, Roberto Campa Cifrián, en el sentido de que el consumo de alcohol entre la población es otro factor de riesgo y que detona incidentes de violencia e inseguridad. Evitemos ser parte de las estadísticas.