México avanza en democracia
¬ Alejo Sánchez Cano lunes 9, Dic 2013Como veo, doy
Alejo Sánchez Cano
Con las reformas que esta semana aprobó el Congreso de la Unión en materia política-electoral, México dio otro paso importante en el desarrollo de su sistema político, donde nuestra democracia se fortalece y se inscribe en el contexto de nuestra realidad política, dentro de una sociedad más plural y participativa.
Y si de avances políticos hablamos, es importante resaltar que las reformas constitucionales aprobadas son producto precisamente del arte de la acción política, donde el presidente Enrique Peña Nieto convocó a las tres más importantes fuerzas políticas (PRI, PRD y PAN) para juntos alcanzar los consensos y acuerdos que permitieran impulsar a México hacia escenarios mejores, tanto en el ámbito económico, como en lo social y político, y lo más importante es que en cada rubro hay avances y en cada participante hay voluntad para seguir transformando al país por encima de banderas políticas.
El Ejecutivo federal y los partidos políticos referidos encontraron en sus agendas varios temas de coincidencia, aunque con visión diferente, por lo que firmaron el Pacto por México y desde ahí fijaron posiciones, realizaron consultas, analizaron los temas, confrontaron sus puntos de vista, y una vez alcanzado los consensos y encontrado coincidencias impulsaron sus propuestas desde la máxima tribuna del país y hoy los resultados están a la vista con algunas reformas a nuestra Carta Magna.
¿De qué se tratan estas modificaciones a la vida política?, entre otras está el hecho de que senadores, diputados federales y locales, y presidentes municipales, podrán reelegirse en el periodo inmediato de su gestión, regla que empezará a aplicarse posterior a las elecciones de 2018. Se crean el Instituto Nacional Electoral (INE) y la Fiscalía General Nacional, que sustituirá con autonomía plena a la PGR. En tanto, la reforma incrementa de dos a tres por ciento el número de votos que las fuerzas políticas deberán acreditar para mantener su registro. También se aprobó que la compra de publicidad electoral en los medios, que se haga al margen de las reglas establecidas, sea causa de nulidad de los comicios.
Algunos, tal vez, hubieran preferido que la reforma política electoral hubiera tenido otros resultados, otras propuestas, otros alcances, pero lo que hay que celebrar es que en las diferencias también se dan acuerdos, que en el diálogo al final las mayorías deciden, y que aunque la iniciativa parte de una propuesta del Poder Ejecutivo, ésta se procesó, se modificó y se aprobó en los plenos de las cámaras de Senadores y Diputados, eso es lo relevante de quienes hacen política en democracia, que se pongan de acuerdo y decidan por consenso total o por mayoría.
Pero más allá de si dentro del Pacto por México todos sus integrantes quedaron convencidos o de acuerdo, lo importante es que quienes participaron en la negociación han dado otro impulso al desarrollo político de México dentro de la democracia, proceso que sin duda ha tenido una evolución constante a partir de la elección constitucional de 1988, de la que incluso se refieren como una elección de tipo fundacional, ya que a partir de esa fecha y por las controversias generadas en los resultados, se ciudadanizaron los órganos electorales, es decir, se crearon organismos autónomos como el actual Instituto Federal Electoral y el Tribunal Federal Electoral, haciendo a un lado al gobierno y a los partidos políticos en la organización y toma de decisiones en la celebración de comicios.
Otras reformas a partir de esa fecha, son las nuevas composiciones de las cámaras de Senadores y de Diputados, así como la atención de acceso equitativo de los partidos políticos en los medios de comunicación, hasta llegar a la alternancia en el año 2000 que refleja la formación de nuevas mayorías políticas y también minorías temporales. Y así como hemos celebrado esas transformaciones hasta llegar al México actual, hoy también celebramos la cohabitación política que se ha logrado a través del Pacto por México, donde los ciudadanos esperamos más propuestas para seguir avanzando en democracia.
VA MI RESTO.- Ya entrados en el tema de las reformas políticas, es importante señalar que en este rubro el Distrito Federal no se quedará atrás, también evolucionará en su condición política. La propuesta en este caso es que contará con una Constitución propia, como los estados de la República y ahora se llamará Ciudad de México. La Asamblea Legislativa capitalina también tendrá facultades, al igual que las legislaturas estatales.
El jefe de gobierno nombrará al servidor público que ejerza el mando de la fuerza pública, aunque éste podrá ser removido por el Ejecutivo federal. El gobierno de las demarcaciones estará a cargo de alcaldías, que contarán con presupuesto autónomo y no podrán contraer empréstitos. Los alcaldes y sus concejales podrán reelegirse hasta por un periodo adicional.
No hay duda, la reformas políticas que surgen a partir de 1988, también alcanzaron el desarrollo de la capital de la República. En ese año surgió la Asamblea de Representantes y luego en 1994 adquiere facultades legislativas. En 1995 surge la Ley de Participación Ciudadana, que da vida a los llamados Consejos Ciudadanos y luego se transformarían en Comités Vecinales. En 1997 en el Distrito Federal se elige al jefe de gobierno, por única vez en un periodo de tres años y en 2000 por primera vez se eligen a los jefes delegacionales. Eso es avanzar en democracia, son momentos históricos.