Primer balance
Ramón Zurita Sahagún viernes 6, Dic 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Se cumplió el ciclo del primer año de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Es cierto que se avanzó en algunos de los puntos establecidos al inicio de su gobierno y en los compromisos contraídos en campaña, pero se especifica que dos rubros no han tenido el resultado esperado: económico y seguridad.
De las reformas propuestas, unas ya han sido aprobadas y otras más están a punto de lograrlo, aunque el jaloneo por las mismas ha derivado en que su aplicación no ha sido en la forma esperada. La reforma educativa aprobada desde hace algunos meses continúa siendo motivo de disputa y mantiene en pie de lucha a los agremiados en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación en diversos estados del país y en su plantón permanente en el Distrito Federal.
Con la energética todavía hay suspenso, ya que si bien recibe el beneplácito de la derecha, motivó que la izquierda dejara el Pacto por México, cuando menos por el momento.
La hacendaria generó un rechazo generalizado por parte de los sectores productivos del país y de la derecha que la impugnó y hasta votó en contra, mientras que la política tiene sus asegunes. El crecimiento económico provoca dudas y las propias autoridades han modificado sus expectativas sobre el mismo, pasando del 3.5 por ciento al 1.3 por ciento previsto.
Con todo y ello, la gestión gubernamental de Enrique Peña Nieto no marcha mal, aunque tal vez la necesidad de un cambio en la administración pública federal hizo que la ciudadanía esperara una más rápida transformación de la situación del país, en todos los aspectos. La victoria de Enrique Peña Nieto permitió al Partido Revolucionario Institucional recuperar la Presidencia de la República después de 12 años de gobiernos panistas.
Para algunos fue trágica la docena de años que gobernó Acción Nacional, pero no fue peor que aquella que se conoció como la “Docena Trágica” y que se remonta a los gobiernos de Luis Echeverría Álvarez y José López Portillo.
La nostalgia por los dorados años de la bonanza priísta hizo crecer las expectativas sobre un rápido crecimiento, la recuperación del tiempo perdido y que México se transformaría en Jauja.
Sin embargo, esto no ha sido así, aunque se han logrado acuerdos y reformas que deberán redundar en el mejoramiento de las condiciones de vida de la población. En la gestión del presidente Peña Nieto guardan un capítulo especial los sucesos ocurridos en septiembre, donde las inundaciones, deslaves y la destrucción y muerte ocasionadas por los fenómenos tropicales “Manuel” e “Ingrid”, provocaron enormes pérdidas materiales y humanas.
Fue un desastre cuyas consecuencias impactarán todavía por varios años más. El estado en que recibió la administración pública Enrique Peña Nieto no fue el más óptimo, aunque dista mucho de la herencia que le dejaron a Miguel de la Madrid Hurtado o Ernesto Zedillo Ponce de León. Los problemas han abundado en los primeros 12 meses del gobierno de Peña Nieto, aunque el talón de Aquiles continúa siendo la seguridad y la extrema violencia.
Es en este rubro, donde prosiguen las fallas, las omisiones y el desconocimiento de los personajes encargados de la misma.
La asesoría de visores extranjeros y la designación de supuestos conocedores de la materia en los cargos claves ha sido un total fracaso. Michoacán sigue siendo la piedra en el zapato de las autoridades federales, estatales y hasta municipales, donde existen diversas zonas controladas por los grupos del crimen organizado y en que las autoridades con todo y el despliegue de equipo, armamento y personal enviado no pueden controlar la zona.
El rápido crecimiento de los grupos clasificados como de autodefensa, deja en claro que la estrategia federal no ha sido la adecuada. El rejuego político establece que ante fallas, se debe optar por el cambio de fichas y se espera que en fechas próximas, el mandatario recurra a ellas, relevando en cargos claves a aquellos funcionarios que no han rendido lo esperado.
PAN
En Acción Nacional las cosas no parecen componerse, ya que la sesión del Consejo Político Nacional tuvo que ser suspendida por falta de quórum.
Pero eso no es lo único, ya que un grupo de panistas se lanzaron en contra de su dirigente nacional, Gustavo E. Madero Muñoz, para reclamarle por presentar un informe triunfalista y no intervenir en las denuncias sobre el contubernio de algunos legisladores para sacar ganancias de los recursos aprobados a los alcaldes.
La exigencia a Madero Muñoz es que tome cartas en el asunto y se investigue la realidad de estas denuncias públicas que no han sido trasladadas al Ministerio Público. Para el dirigente nacional panista no fue un día agradable, ya que también recibió reclamos sobre la forma en que se maneja el partido dentro del Pacto por México.
Con todo y los reclamos, la sesión del Consejo Político Nacional no terminó, por lo que se urgió a reanudarla, para que concluyan los preparativos para la elección del nuevo dirigente nacional del partido.