AMLO dirige desde la banca
¬ Juan Manuel Magaña miércoles 4, Dic 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
AMLO no se fue. Pero ahora tendrá que presenciar el juego desde la banca. Viene un momento interesante en el que sus seguidores tendrán que hacerla ahora de delanteros en este partido crucial.
Justo a la hora de inicio del partido, el jugador estrella se lesiona. Así es la vida. Y en otra de sus ironías, Andrés Manuel deja solo en la cancha un equipo debidamente integrado en muy poco tiempo, que ahora tendrá su prueba de fuego. ¿Dará el ancho?
López Obrador es indiscutiblemente el líder de oposición en este país. Sin duda harán falta sus habilidades en la plaza. Pero pruebas como esta pueden ser útiles para hacer forjar el carácter y hacer madurar a esa parte del pueblo políticamente activo que el tabasqueño ha encabezado como su dirigente partidista y como su candidato presidencial en dos ocasiones.
Desde aquel plantón en Reforma de rechazo al fraude electoral que sentó en Los Pinos a Felipe Calderón hasta el mitin del domingo anterior en el Zócalo, es innegable que AMLO ha sabido encauzar sin violencia las fuertes pasiones políticas que el país ha vivido en la última década. “No se ha roto un sólo vidrio”, suele decir.
Y ese es el reto principal cuando a las masas les llega lo que podría ser su hora. Tan importante es ahora el objetivo por el que pelean, en este caso su oposición a la privatización del petróleo, como la forma en que lo hagan.
Ayer su hijo Andrés Manuel López Beltrán, al acompañar el informe de los médicos sobre la recuperación de su padre, hizo resonar las últimas palabras de éste en la plaza: “el movimiento es y seguirá siendo pacífico”.
La noticia de hospitalización de López Obrador fue una bomba informativa que estalló ayer a eso de las 12 del día, cuando ya su mal cardiaco estaba bajo control. Según los médicos, él ingresó al hospital a las 2:30 de la madrugada y llegó “por su propio pie”.
Apenas su inseparable vocero César Yáñez y el diputado Ricardo Monreal tuvieron oportunidad de ponerse al corriente para, en su momento, comunicar el suceso.
Y fue en el hijo en quien recayó la función de emitir la convocatoria, la arenga, el mensaje político.
De todo ello habrá seguramente diversas lecturas políticas. Acaso la más importante sea la de que, con todo, el líder no pretende abandonar la lucha, pero tendrá que resignarse -y eventualmente acostumbrarse- a observar y dirigir el partido desde la banca.
Su movimiento pierde momentáneamente su presencia, pero no su enorme conocimiento y experiencia. Viene a no dudar un momento interesante.
Como corresponde a la civilidad política y la decencia, el presidente Enrique Peña Nieto escribió como de rayo en su cuenta de Twitter sus parabienes: “He sido informado que @lopezobrador_ ingresó al hospital por un problema de salud. Le deseo una pronta y plena recuperación”.
Por lo demás, la vida sigue y ahí está el mundo que AMLO se ha empecinado en cambiar: un Senado afanado en aprobar una reforma política mediocre, un informe internacional que pinta a México como uno de los países más corruptos del orbe y otro informe de la OCDE que muestra nuestro “grave atraso” en educación, con el aprendizaje por los suelos de las matemáticas, la lectura y las ciencias.