Cierre de garitas
¬ José Antonio López Sosa viernes 29, Nov 2013Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Playa del Carmen, Quintana Roo.- Con el paso de los años, nuestro sistema de aduanas y protección fronteriza se convirtió en una herramienta más de Estados Unidos, por un lado, y por otro, una fuente inagotable de corrupción para todo aquel paisano que pretendiera traer cosas de nuestro vecino país que, por supuesto, son mucho más baratas que en México.
Con la premisa del libre tránsito fronterizo teníamos dos puertas de entrada en el terreno de las aduanas: el punto fronterizo y la famosa garita. Ubicada después de 25 kilómetros de la frontera, el principal objeto de estas garitas ha sido extorsionar a los propios mexicanos que ingresan con mercancías propias o para el comercio.
Si fuese efectivo ese sistema, ¿cómo nos encontramos en tianguis como el de la San Felipe de Jesús o Tepito -en la ciudad de México- con tanta mercancía de Estados Unidos?, ¿por qué garita pasaron?
Así funciona nuestro país: de sur a norte el Instituto Nacional de Migración está para verificar la nacionalidad de quienes llegan a la frontera norte, protegiendo extraterritorialmente a Estados Unidos (con nuestros impuestos); de norte a sur, las inspecciones de aduana son más severas, tanto en el puerto de entrada como en la garita.
El presidente Enrique Peña decidió cerrar las garitas y dar paso a un nuevo esquema de aduanas. Por el bien del país urge que las revisiones en los puertos de entrada en las fronteras sean exhaustivas, pues por ahí entran armas y salen drogas, la corrupción tiene uno de sus ejes nodales y ahí perjudicando a los ciudadanos se hace permisible la delincuencia.
Las franquicias para el ciudadano deben aumentar, el sistema de revisión y prevención contra la corrupción debe ser eficiente, el gobierno federal debe garantizar el cuidado de nuestras fronteras desde nuestro territorio.
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