Navarrete, presidente… ¿de qué?
Roberto Vizcaíno viernes 4, Jun 2010Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
Para su desgracia y frustración, a partir del primero de septiembre sólo será un senador más. A lo mucho coordinador de membrete de la bancada del PRD, dentro de la cual nadie le hace caso.
Cuando veo las cosas absurdas, de risa que ocurren en el país, para corregirlas, quisiera ser Presidente de la República … la idea pasa rápido, siempre con una sonrisa, porque si algo se es que no tengo ni la vocación ni la oportunidad de serlo.
No hay cosa más clara para mí desde siempre, que el saber que mi aptitud no está en la cosa pública. Alguna vez fui por ahí funcionario menor de un área de la que huí rápidamente. A lo más que aspiro entonces es al análisis de ella, de la política.
Y en este camino del periodista, he visto surgir y hundirse muchas, pero muchas aspiraciones, necedades sin sentido. Algunas que minaron irremediablemente la cordura de quienes aspiraron a más. Ahí está el caso de don Hugo Cervantes del Río -funcionario prominente en el echeverriato-, quien terminó creyéndose y actuando como Presidente de la República.
Por todo eso y más, junto con usted, sonrío al escuchar de propia boca que el senador perredista Carlos Navarrete Ruiz aspira a ser –al igual que yo en mis momentos de obnubilación y locura-, Presidente de México.
Creo que el legislador guanajuatense ocupa hoy el mayor cargo al que jamás soñó llegar, y él sabe que es presidente de la mesa del Senado de la República porque así lo quiso el sonorense Manlio Fabio Beltrones, quien era a quien le tocaba ese turno.
Sabe también que para llegar ahí había acuerdos que no ha cumplido, que ha roto reiterando la máxima de que, quien traiciona una vez, traiciona siempre.
Ya Andrés Manuel López Obrador, quien le conoce bien, había dicho que sus diferencias con él no eran ideológicas, sino de ética.
Algo de eso lo ha dejado ver en su paso por la presidencia del Senado, al colocar en cargos de esa estructura y con grandes salarios y prestaciones a uno de sus hijos, a un hermano, a otros parientes y a cercanos fieles.
El se ha encargado de “operar” directamente los recursos destinados institucionalmente para el área de Comunicación Social y no tiene empacho en disponer de otras partidas para asuntos que en otros casos serían calificados como “personales”.
Pero el asunto central hoy es que el senador Carlos Navarrete Ruiz, miembro del grupo predominante en el PRD, “Nueva Izquierda”, ha dicho públicamente que aspira y buscará ser Presidente de este país.
Para serlo primero deberá competir internamente en el PRD al menos con 2 personajes que sin ninguna duda tienen más camino andado en la administración pública, son más conocidos nacionalmente y han construido grupos importantes de apoyo para ello: Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard.
No quiero decir que no pueda hacer un esfuerzo por superar a esos dos contrincantes. Hoy sólo me pregunto: ¿cómo lo va a hacer Navarrete Ruiz si ya sólo le faltan 3 meses para dejar la presidencia del Senado, cargo al que más que seguramente no volverá en lo que resta de esta legislatura?
Para su desgracia y frustración, a partir del primero de septiembre sólo será un senador más. A lo mucho coordinador de membrete de la bancada del PRD, dentro de la cual nadie le hace caso.
Pero ya ve usted, Ruth Zavaleta, ¿se acuerda usted de ella?… experredista, expresidenta de la Cámara de Diputados, también declaró que quiere competir por el mismo cargo. Igual ocurrió con su ex compañera Rosario Robles, quien según una infidencia de Carlos Ahumada decía que ella sería Presidenta de México.
Para no ir más lejos, ¿a poco usted no querría ser Presidente de México?, ¿Entonces por qué no dejar soñar un poco a Navarrete?… ojala y no termine como Cervantes del Río.
LAS PERSISTENTES ENCUESTAS: A un mes de la elección del 4 de julio, las encuestas insisten en señalar que los candidatos del PRI a las 12 gubernaturas en juego son los virtuales ganadores.
Sólo hay una, la de Tlaxcala, que advierte que el aspirante tricolor, Mariano González Zarur, está a menos de un punto por debajo de su contendiente panista, Adriana Dávila. Y es que mientras el primero aparece con 25.6 por ciento de preferencias, ella obtiene 26.3 por ciento.
La experiencia indica que cuando se da esta circunstancia, cualquiera puede ganar.
Pero de ahí en adelante, todos los demás casos privilegian a los priístas.
Mire, vamonos rápido. De acuerdo a las más recientes encuestas del Gabinete de Comunicación Estratégica, la empresa que dirigen Liébano Sáenz y Federico Berrueto –y que se ha dedicado a seguirle la pista a las preferencias electorales en los estados con comicios, y que son publicadas en el diario Milenio, a 30 días de la elección la situación es la siguiente:
El estado donde existe una mayor diferencia es en Hidalgo. Ahí el priísta Francisco Olvera tiene 49.1 por ciento de preferencias frente a los 23.2 puntos porcentuales logrados por la foxista Xochitl Gálvez.
Le sigue el caso de Zacatecas, donde el tricolor Miguel Alonso alcanza 44.3 por ciento por sobre los 22.4 por ciento alcanzados por el panista Cuauhtémoc Calderón y los 11.7 por ciento del petista Antonio Mejía.
En Sinaloa el priísta Jesús Vizcarra obtiene 46.9 por ciento para superar por mucho a su excompañero de partido y hoy candidato de la alianza PAN-PRD y otros, Mario López Valdés, lo cual advierte que este último simplemente no logrará su objetivo de ser gobernador de su estado.
En Puebla ocurre algo similar ya que el tricolor Javier López Zavala alcanzó 46.8 por ciento de preferencias frente a los 37.7 por ciento que logró su excompañero priísta y hoy aliancista Rafael Moreno Valle.
En Chihuahua el priísta César Duarte Jáquez, con 412.9 por ciento le lleva una fuerte delantera al panista Carlos Borruel quien tiene 31.3 por ciento de preferencias electorales.
En Aguascalientes el aspirante tricolor Carlos Lozano obtuvo 39.9 por ciento frente al 26.9 por ciento del panista Martín Orozco, quien para terminar de sufrir cuenta con una orden de aprehensión por tráfico de influencias.
En Veracruz el priísta Javier Duarte al parecer ganará con una ventaja irrefutable al contar con 39.9 puntos de preferencias frente a apenas 21.9 del ahora panista Miguel Ángel Yunes.
El otro estado asediado por los panistas es Oaxaca, pero desgraciadamente para ellos el priísta Eviel Pérez Magaña tiene 36.8 por ciento de preferencias frente a un 32.2 por ciento de Gabino Cue, es decir un 4.6 por ciento más lo cual prefigura una de las entidades con conflicto en puerta.
En Durango la diferencia entre el candidato priísta Jorge Herrera Caldera y el aliancista José Aispuro, quienes arrancaron más o menos parejos, se ensancha cada día al lograr el primero 44.7 puntos de preferencias frente a 26 del segundo.
En Tamaulipas, una de las entidades con mayor complejidad en este proceso electoral debido a la inseguridad y la presencia del narcotráfico, el priísta Rodolfo Torre Cantú se mantiene arriba con 49.8 por ciento frente a un 31.4 por ciento del blanquiazul José Julián Sacramento Garza.
Quintana Roo es el enigma a resolver en este proceso, ya que el candidato tricolor Roberto Borge llevaba 46.1 por ciento de preferencias frente a un 24 por ciento de Gregorio “El Greg” Sánchez.
El problema ahora es ver cómo impactará en los comicios del 4 de julio el hecho de que este último haya sido detenido y consignado por la PGR por cargos de narcotráfico y lavado de dinero.
Hay quienes indican que no ocurrirá nada mientras otros aseguran que el hecho podría levantar la votación de El Greg.
Cualesquiera que sean las circunstancias particulares de cada caso, lo cierto es que las tendencias advertidas en las encuestas indican que el PRI podría llegar a tener lo que se conoce como “un carro completo”, es decir, ganar todos los cargos en juego.
Faltan 30 días para ver si las encuestas tenían razón.