FCH reestructuró negocio de la droga
¬ Juan Manuel Magaña viernes 22, Nov 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Todo parece indicar que la “guerra” de Felipe Calderón tuvo éxito, pero en un sentido muy distinto al declarado, al reposicionar de menor manera el negocio del narcotráfico.
Esa es la lectura que puede desprenderse del informe que la DEA entregó a agencias internacionales sobre las drogas en México. El material contiene un par de cosas relevantes: por un lado, los cárteles consolidaron dos rutas para el trasiego de los enervantes hacia Estados Unidos; por el otro, la producción de éstos está a todo lo que da en México.
El informe se llama “Evaluación de la amenaza de las drogas”. Y ahí se dice que México constituye la principal preocupación de la agencia antidrogas estadunidense, por ser “la mayor puerta de acceso y creciente centro productor” de sustancias ilícitas.
De acuerdo con lo difundido, los narcos mexicanos han aumentado su producción de heroína y además iniciaron su expansión por el este (seguramente se refiere a todo lo que pasa por la frontera Tamaulipeca) y el centro-oeste de EU (quizá la ruta, que tanta sangre ha costado, de Ciudad Juárez).
Dos polos, en fin, que uno puede deducir que se consolidaron con la “guerra” del ex inquilino de Los Pinos.
En el mismo informe se lee algo que iba en sentido inverso a los propósitos declarados de aquella “guerra”: en EU, la heroína pasó a mostrar una clara tendencia al crecimiento a partir de 2010, ‘‘muy probablemente ante el aumento de la producción mexicana’’ de esa droga y a la expansión de los narcotraficantes de ese país en las zonas estadunidenses ‘‘tradicionalmente abastecidas de heroína blanca’’.
Los datos indican que esto último se refleja claramente “en los volúmenes de heroína decomisada en la zona fronteriza entre Estados Unidos y México”. Aquí hay que imaginar que si así de grande es lo decomisado, cómo ha de ser lo que sí logra pasar.
Se explica que se trata de un caso similar al de las metanfetaminas, cuya disponibilidad ‘‘deberá aumentar ante la sostenida producción en México, la principal fuente para el mercado de Estados Unidos’’, de acuerdo con el estudio.
La DEA define a la mariguana como ‘‘la droga ilícita más ampliamente difundida en el país’’. Bueno, pues de igual forma que las anteriores, se afirma que presenta señales de estar aumentado su presencia ‘‘a causa del crecimiento sostenido de la producción en México’’.
Caso particular, según la DEA, es el de la cocaína, que desde 2007 muestra señales de estancamiento en el volumen decomisado. Es más, tanto la cantidad decomisada como el precio de mercado de consumo y la pureza de la cocaína en 2012 indican un retroceso de la disponibilidad.
Se habla de que este fenómeno obedece a tres razones: el más importante es que está afectada la capacidad de traficantes de Colombia de realizar sus traslados. A ello se suma la reducción en las cantidades de cocaína producida en Colombia, con sensible caída de los espacios dedicados al cultivo de coca. El último, menor, es la existencia de ‘‘conflictos’’ entre bandas rivales de narcotraficantes mexicanos que son responsables de introducir al mercado estadunidense la cocaína colombiana.
La lectura obvia es que Colombia cayó, pero Calderón nos dejó una boyante industria de la droga para atender el voraz mercado norteamericano. La conclusión es que hay que entender la “guerra” de Calderón exactamente al revés de sus fines manifestados.