Métodos y estrategias
Ramón Zurita Sahagún viernes 4, Jun 2010De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Si algo deja en claro la guerra contra la delincuencia organizada es la incapacidad mostrada por los diversos niveles de gobiernos (federal, estatal y municipal) para enfrentarlos con éxito.
Los resultados son desastrosos, las medidas adoptadas no son las adecuadas y como si algo faltara, se muestra la escasa capacidad de respuesta a las demandas ciudadanas.
Estrategias y proyectos van y vienen, sin que redunden en logros sustanciales que permitan al ciudadano percibir los éxitos conseguidos o contribuyan a la recuperación de la confianza en las autoridades.
Son casi cuatro años de una fragorosa lucha sin descanso en que la población civil paga costos muy altos, los que son minimizados, relegados y hasta postergados por las autoridades gubernamentales.
Ayer, durante la enésima reunión del Consejo Nacional de Seguridad Pública, el mismo que durante dos años fue visto con desdén, se acordó la creación de 32 policías estatales, las que tendrán un mando único.
Esta fue una propuesta del gobernador priísta Rodrigo Medina de la Cruz, durante una de las tantas reuniones de la Conago -hace ya varias semanas-, avalada por la mayoría de sus colegas gobernantes.
Se trata de una medida tendente a agrupar los mandos policíacos para evitar el cruce de señales, la disputa por los territorios y pretende sanear los diversos cuerpos de seguridad existentes.
La intención parece buena, aunque durante la misma reunión de ayer se definió que se oirá la voz de los alcaldes del país, para efectuar una mejor integración y se creó una comisión para dar seguimiento a la integración.
Es de señalarse que la reunión con los alcaldes está fijada para agosto, por lo que habrá de transcurrir todavía bastante tiempo para que este proyecto entre en vigor y analizar si funciona.
Y es que para los gobernantes el tiempo no parece existir, ni mucho menos preocuparle todo lo que viene sucediendo en el país, en cuestión de seguridad pública.
Los hechos registrados en distintos puntos del país muestran que la imaginación de la delincuencia no tiene límites y los retos para la autoridad quedan plasmados en sus diferentes acciones.
Si hace unos cuantos meses nos sorprendimos con el bloqueo de calle en Monterrey, esta estrategia se trasladó a otras zonas para el cumplimiento de las acciones delincuenciales.
Las carreteras de Nuevo León y Tamaulipas registraron parte de estos nuevos métodos, mientras que la secretaria de Seguridad Pública de Michoacán fue víctima de un atentado en un hecho similar con bloqueo y cierre de los caminos.
Chihuahua, Durango y Coahuila, entre otros estados, registran la presencia de convoyes de delincuentes que entran a casas, restaurantes, bares y templos, para acribillar dentro o fuera de los mismos a los clientes ahí presentes.
En Monterrey, un hecho reciente registrar el atrevimiento de los grupos de la delincuencia organizada, cuando dos autoridades de tránsito fueron plagiados en sus propias casas, mediante el uso de vehículos poderosos que tiraron puertas y cuanto se les antepusiera.
En el renglón de secuestros y levantones, el plagio de Diego Fernández de Cevallos, es uno más de los tantos que se han cometido y aunque sorprendente por tratarse de un personaje vinculado a los círculos políticos cae dentro del rubro de los delitos que se cometen con mayor frecuencia.
Sin embargo, lo ocurrido en el populoso barrio de Tepito es de llamar la atención, por tratarse de una innovación que puede extenderse con gran rapidez al resto del país.
Para el jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard Casaubón, se trató simplemente de un acto vandálico, aunque se desconoce, hasta el momento, el propósito del mismo.
Queda clara la incapacidad de los cuerpos policíacos para controlar los desmanes, principalmente porque se dedican a ser unos simples espectadores de los sucesos.
Es cierto que no es la primera ocasión en que suceden protestas en esa zona de la ciudad de México y que en las ocasiones anteriores el saldo de las mismas ha sido más elevado, aunque siempre fueron respaldados por inconformidades fundamentadas, lo que no sucedió en esta ocasión.
Fueron casi 24 horas en que el barrio de Tepito se convirtió en zona de miedo, ante la incapacidad del gobierno por controlar los desmanes.
Y todo esto, cuando el jefe de gobierno se encontraba no solamente fuera de la ciudad, sino que también del país, lo que podría considerarse como una caladita para conocer sobre el control de daños y la existencia de estrategia para situaciones de emergencia.
Valdría la pena que a su regreso el propio jefe de gobierno investigue si este fue un hecho casual, espontáneo por parte de unos cuantos que pretendían divertirse y dejar en ridículo a las autoridades o si son nuevas formas de uso por parte de la delincuencia organizada con propósitos específicos.
*Gran actividad despliega el coordinador de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, Francisco Rojas Gutiérrez, quien acude a varios estados del país en refuerzo de los candidatos de su partido a los distintos gobiernos estatales.
Rojas Gutiérrez estuvo el miércoles en Tamaulipas, el jueves en Oaxaca y el sábado estará en Veracruz, donde los candidatos son precisamente diputados federales con licencia que estuvieron bajo su coordinación: Rodolfo Torre Cantú, Eviel Pérez Magaña y Javier Duarte de Ochoa.
En otros estados como Durango y Quintana Roo, también hay diputados priistas de la LXI Legislatura compitiendo como candidatos a los gobiernos estatales como son los casos de Jorge Herrera Caldera y Roberto Borge Angulo.
*Si algo queda claro en el asunto de Gregorio Sánchez Martínez es que por dinero no se discute, ya que los abogados contratados por el alcalde con licencia de Benito Juárez (Cancún) son de los que más caros, lo que no significa que den mejor resultado.
Contratar a un ex ministro de la Corte como es Salvador Rocha Díaz y a un abogado como Eduardo Luengo -hoy aparentemente distanciado de la familia Gómez Mont- resulta un lujo que Gregorio bien lo vale.