Los alcaldes
¬ Augusto Corro jueves 21, Nov 2013Punto por punto
Augusto Corro
Desempeñar el cargo de presidente municipal representa un alto riesgo en México. Sólo basta con informarse cuantos alcaldes han sido asesinados en los últimos años.
Se trata del eslabón más débil de la cadena de cargos públicos que es afectado por la delincuencia organizada.
La presencia del crimen organizado no les da tregua a los alcaldes que tienen que hacer, en muchos casos, milagros para sobrevivir.
Pero no se trata únicamente de la seguridad, también es importante incluir las carencias de presupuestos económicos para satisfacer las demandas de la población que gobiernan.
En ese mundo conflictivo de las presidencias municipales, también se dan los casos en que alcaldes sin escrúpulos saquean al erario.
También hay munícipes que se juegan la vida por su pueblo, como ocurrió recientemente con Ygnacio López Mendoza, quien fue asesinado en Michoacán.
López Mendoza realizó una huelga de hambre frente al Senado, con el propósito de obtener más recursos económicos para atender las solicitudes de servicios de sus gobernados. Logró su propósito, pero no pudo salvar la vida.
El asunto de la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes es muy singular, pues ha sabido aprovechar los beneficios de su cargo.
En tan sólo un año, ya está por terminar una mansión valuada en 20 millones de pesos.
Su fructífera carrera política no se parece en nada a la situación que priva en decenas de alcaldes que administran la miseria en pueblos oaxaqueños, por ejemplo.
Los presidentes municipales también han sido víctimas de los ambiciosos diputados federales.
El senador de Acción Nacional (PAN), Ernesto Ruffo Appel, dijo que los alcaldes tienen que dar una “mochada” a los legisladores que les consiguen recursos económicos del presupuesto.
En ese juego perverso de presidentes municipales, contratistas y legisladores, el coordinador de los diputados, Luis Alberto Villarreal, tendrá que dar la cara para limpiar su nombre, sugirió Ruffo Appel.
En fin, no todos los alcaldes corren riesgos mortales, también los hay que prefieren enriquecerse con el tesoro público.
DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA
El ex presidente Calderón busca como desesperado lavar la imagen negativa que se forjó con su guerra fallida contra la delincuencia organizada.
No pierde oportunidad alguna, para decir que él fue un excelente mandatario. Se apoya en la situación económica que dejó, sin tocar el tema de los 80 mil muertos o más en la guerra mencionada.
El michoacano recibió el premio “Liderazgo de las Américas” otorgado por el Instituto de las Américas de la Universidad de California, en San Diego, en reconocimiento a su lucha contra el narco y por lidiar con la crisis económica de 2006 a 2012. A los mencionados universitarios habrá que recordarles que durante e sexenio de Calderón creció el número de pobres en México y que dejó un tejido social hecho trizas.
El ex mandatario realiza una campaña oportunista para lavar su imagen deteriorada por su mal gobierno y reta a la memoria de los mexicanos que aún padecen los daños ocasionados por su administración pésima.
Mientras Calderón era homenajeado en Estados Unidos, en Puebla, uno de sus alfiles, el senador Javier Lozano Alarcón era cuestionado por un estudiante durante una conferencia que se efectuaba en el Tecnológico de Monterrey campus Puebla.
Raúl Cervantes, alumno de la Universidad Autónoma de Puebla, se acercó al senador para plantearle lo siguiente: “Después de todas las atrocidades de que fue cómplice en el sexenio de Calderón, “puede dormir”? ¿Qué siente en verdad?
El senador panista se limitó a responder: “Sí, sí puedo dormir. ¡Siguiente pregunta!”.
Queda claro que la sociedad mexicana sabe perfectamente que la promoción de buena imagen de Calderón no prosperará, porque nadie olvidará de la noche a la mañana el México de violencia que heredó.