El regreso de Cuauhtémoc
Ramón Zurita Sahagún miércoles 20, Nov 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Inmerso en los eternos enfrentamientos internos y con personajes sumamente desacreditados como figuras principales, el PRD se encontraba urgido de un flotador que lo ayude a evitar su hundimiento.
Bombardeado por varios flancos, especialmente la persistente zozobra sobre los personajes que se irán del partido para formar parte del naciente Movimiento de Regeneración Nacional, el grupo predominante dentro del perredismo buscó ávidamente a la figura que les proporcione tranquilidad.
De ahí que la reaparición de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano como esa principalísima figura política que dé credibilidad y rumbo al proyecto partidista, resulta una bocanada de oxígeno.
No importa que el regreso de Cuauhtémoc signifique la modificación de los estatutos partidistas, ni mucho menos el freno para que “Los Chuchos” continúen ocupando los principales cargos directivos, lo importante es mantenerse en la línea de flotación.
Claro que para que Cárdenas Solórzano encabece de nueva cuenta el partido hacen falta varios aspectos, entre los que se encuentran la reforma de los estatutos que prohíben actualmente que un dirigente del partido pueda ocupar el cargo por dos períodos.
Eso se sabrá en la siguiente reunión partidista, a celebrarse en fecha próxima.
Después de eso, se tendrá que convencer a los demás aspirantes de no participar, ya que Cuauhtémoc pidió como condición esencial no competir contra nadie por el cargo y encabezar una candidatura de unidad.
Abierto ya de capa ante esa posibilidad, Cárdenas Solórzano condicionó su participación al cambio estatutario y analizar la situación, aunque se declaró abierto para escuchar propuestas.
La concentración perredista del pasado domingo y el encabezar la oposición a la reforma energética, devolvieron al ex gobernador de Michoacán el punch necesario para situarse nuevamente en los primeros planos políticos.
El ya largo distanciamiento sostenido con Andrés Manuel López Obrador constituiría un freno para el éxodo de militantes que se considera se producirá el año próximo, cuando Morena reciba el beneplácito para competir en un proceso electoral.
Cárdenas constituye ese muro de contención que necesita el perredismo para evitar que el partido se les deshaga en las manos y que los restos de la izquierda pasen a formar parte del organismo político que hoy encabeza Martí Batres, pero cuya figura principal es Andrés Manuel López Obrador.
Para las huestes perredistas no importa que los dados se carguen a favor de Cuauhtémoc Cárdenas, ya que consideran que pueden seguir maniobrando y manejando los hilos finos de la política partidista.
Lo demás no es tan importante, ya que consideran tener los argumentos necesarios para convencer a quienes sea necesario para la reforma de los estatutos y hasta para bajar a quienes hoy se consideran con posibilidades de convertirse en el siguiente presidente del partido.
Según Cárdenas Solórzano, le interesa el fortalecimiento del partido, aunque él no iniciaría una campaña de promoción en busca del cambio estatutario y de la presidencia del partido.
Por lo pronto, se mantiene presentando su opción para evitar los cambios constitucionales en la reforma energética, ya sea en actos públicos como los del domingo o ante auditorios más reducidos, como viene sucediendo en universidades y foros de discusión sobre el tema.
Cuauhtémoc se convirtió en la tabla de salvación de un partido que es criticado por varias de las tribus que lo conforman por un supuesto acercamiento con el gobierno federal y por quienes censuran su alianza en el Pacto por México, donde consideran que priístas y panistas los usan solamente como artículo desechable.
Para la disputa por la presidencia del partido, Carlos Navarrete se bajaría sin ningún problema, aunque habría que ver la respuesta que tendrían, tanto Carlos Sotelo como Marcelo Ebrard, los otros aspirantes definidos por ahora.
Para Sotelo la candidatura a la presidencia del PRD podría esperar, ya que son pocos los que le consideran posibilidades para competir con posibilidades de éxito; para Marcelo sería una cuestión de sobrevivencia política.
Marcelo ha perdido en poco menos de un año gran parte del capital político acumulado desde el gobierno capitalino y que lo ubicó como un fuerte aspirante a la Presidencia de la República.
Quedarse sin foro fue terrible para quien pasó ya por cuatro partidos (PRI, PVEM, PCD y PRD) políticos, por lo que buscar espacio en un quinto sería sumamente suicida.
Marcelo se encuentra inconforme con la posibilidad de reforma de los estatutos que abriría la posibilidad del regreso de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano a la presidencia del partido que él mismo fundara.
MICHOACÁN
El asunto en Michoacán se vuelve cada vez más complejo para las autoridades, las que no encuentran la forma de contener la violencia.
Han mostrado una total indefensión ante el embate de los grupos criminales y ahora ante el surgimiento y posicionamiento de los guardias comunitarios la situación es similar.
La respuesta dada por los comunitarios es de tú a tú y han logrado de esa manera expulsar a algunos de los grupos, aunque usando métodos violentos que no logran convencer.
Sin embargo, en Michoacán la situación se ensombrece todavía más con las filtraciones que sitúan al ex gobernador interino Jesús Reyna como el gran negociador de la campaña electoral de Fausto Vallejo Figueroa con los grupos delincuenciales, especialmente con aquellos que están considerados como los más violentos y dueños de vastos territorios en el estado.
La población se siente entre varios fuegos, el de los grupos delincuenciales, el gubernamental y el de las guardias comunitarias, sin que ninguno de ellos les garantice la paz y tranquilidad en la región. Por lo pronto, las autodefensas se encuentran en pie de lucha e intentan resolver los problemas de seguridad desde su óptica.