CNTE, las últimas horas
¬ Juan Manuel Magaña jueves 14, Nov 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
El secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, advirtió que el diálogo con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación está en su última etapa. Es más, dijo: “Estamos ya en las últimas horas de diálogo, en la tolerancia que hemos asumido con ellos”.
Por ello, el funcionario instó a los maestros para que regresen a sus estados y a las aulas, y manifestó el respaldo de la administración federal a los gobernadores para evitar que los docentes bloqueen vías de comunicación. Es decir, habló en general de la CNTE y en lo particular de los maestros disidentes de Chiapas.
En ambos casos sonó a advertencia. Primero por lo del respaldo federal a gobernadores para evitar bloqueos. Segundo, por lo que dijo sobre los chiapanecos: “pero también (está) la definición del gobierno de Chiapas de decirles hasta aquí y no seguir permitiendo tomas de carreteras, de casetas y, sobre todo, la ausencia en las aulas; entonces, vamos a acompañar por supuesto al gobierno del estado en esta decisión”.
Osorio tuvo el cuidado de decir que la reforma educativa no afecta los derechos laborales de los maestros, de ahí que en las sesiones de diálogo con la CNTE no se negocia ni se debilita o se pone en riesgo la enmienda constitucional en esta materia, sino la forma en que ésta se aplicará en los estados.
Es decir, según el secretario, no hay móvil para que los maestros sigan aquí ni alteren la vida en los estados. Tic, tac… las últimas horas. ¿Qué viene?
Se sabe que hay dos ideas centrales sobre las que gira el “diálogo” CNTE-Gobernación. Una, la de que el gobierno federal garantizaría la gratuidad de la educación pública y los derechos laborales del magisterio. Dos, la de un acuerdo para que las propuestas de la disidencia magisterial se incorporen en las leyes estatales.
Está publicado que la Segob propuso al magisterio disidente la elaboración y eventual aprobación de dos documentos en ese sentido y en respuesta a las demandas de la organización. Nada ha avanzado, nada ha sido aterrizado.
Y se sabe que la mesa con el magisterio chiapaneco se centra en la búsqueda de un subsidio federal de al menos 500 millones de pesos “para mejorar la infraestructura educativa”, así como otros puntos del pliego petitorio de las secciones 7 y 40 del sindicato.
En otro momento, la CNTE ha llegado a plantearse la retirada de la ciudad de México, toda vez que ha reconocido el “desgaste físico y económico” de su movimiento. Ha reconocido incluso los “efectos negativos” de mantenerse en la capital y hasta ha previsto una desbandada.
En otro momento, insisto, la CNTE ha reconocido que la permanencia de su estrategia de movilizaciones en el Distrito Federal significaría “dar al Estado la justificación que necesita para emprender acciones que pondrían en riesgo no sólo la integridad física de nuestros compañeros, sino las conquistas que hasta ahora hemos defendido”.
Es obvio que las partes sentadas a la mesa de negociación se tienen demasiado estudiadas, una a la otra. La CNTE ha desarrollado toda una estrategia de protesta en la que ha mostrado ya, sobradamente, sus fortalezas y sus debilidades. Seguramente Osorio Chong se basa en ello al hablar de “las últimas horas” para que el juego haya terminado.
Los maestros quizá ya piensen en pasar a la fase de emprender el retorno a sus estados y convertir la protesta en desobediencia civil, cualquier cosa que esto signifique.