Sin mayorías en el Congreso, el Pacto es la solución: Camacho
Roberto Vizcaíno martes 12, Nov 2013Tras la puerta del poder
Roberto Vizcaíno
- Beltrones abrió el debate sobre si el Pacto por México es un gobierno de coalición “no legalizado”
- Y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, afirma que sigue vigente y con futuro
- El dirigente nacional del PRI comenta que la reforma política es un acuerdo y por eso será aprobado
El presidente del CEN del PRI, el doctor César Camacho no elude y acepta lo afirmado por Manlio Fabio Beltrones respecto de que el Pacto por México podría bien ser considerado una especie de gobierno de coalición “no legalizado”.
Y lo explica:
“El Pacto es una instancia para hacer política… es una instancia donde se generan los grandes trazos de los acuerdos para que en su oportunidad –cuando lleguen a las cámaras–, vayan muchos de éstos acuerdos delineados con suficiente anticipación para facilitar la resolución definitiva de los mismos, por quienes son depositarios de la representación popular, que son los legisladores de todos los partidos”, indicó.
Pero gobierno de coalición significa compartir poder, se le precisa…
“… como en la Cámara de Diputados y en el Senado ningún partido tiene la mayoría, las decisiones las tenemos que construir con la participación de más de una bancada, y si es reforma constitucional cuanto más… cuando se requieren dos terceras partes de los votos y ningún partido por sí los tiene”, continuó para dar respuesta a la segunda interrogante.
El presidente del PRI dice que en el fondo y como elementos centrales de la creación del Pacto por México, están la pluralidad y dispersión de fuerzas en el Congreso de la Unión.
Esos elementos provocan que las negociaciones de alto nivel para darle gobernabilidad y rumbo al país, se tengan que hacer fuera del Legislativo y eso se da hoy en el Pacto por México.
PACTO CON FUTURO
En cuanto a la constante de si el Pacto ha cumplido ya su función y está a punto de desaparecer, el secretario de Gobernación –y uno de los principales actores de esta mesa de negociación–, Miguel Ángel Osorio Chong, dice:
“Seguimos trabajando con las dirigencias de los partidos con mayor presencia electoral política en el país con quienes se inició el tema del Pacto. Seguimos trabajando en temas fundamentales, nos seguimos reuniendo.
“Para mí el Pacto es y seguirá siendo un instrumento que facilite los acuerdos políticos que tanto necesita este país, y de ninguna manera pensaría que ha llegado a su fin. Lo que digo es que mientras siga dando solo un instrumento para la mejora de las condiciones de los mexicanos, el Pacto debe de salir adelante”.
¿ES GOBIERNO DE COALICIÓN?
Previamente, durante el fin de la semana, el coordinador de los diputados federales del PRI, el sonorense Manlio Fabio Beltrones había comenzado a delinear este mismo escenario, y a encuadrarlo dentro de un esquema de gobierno de coalición por fuera de la Constitución General de la República.
Ante miembros de la Cámara Española de Comercio A. C., el viernes pasado Beltrones reveló que en 2012, y ante la posibilidad de regresar a la Presidencia de la República, el entonces candidato presidencial y las fuerzas del PRI decidieron ir por una ruta con una mayor disposición para corregir los errores.
“En esta segunda alternancia el presidente Enrique Peña Nieto resolvió que debíamos encaminarnos hacia una transición distinta y adicionalmente, corregir políticas públicas en materia económica, política y social, que no operaron con la correcta funcionalidad en los últimos 12 años.
“En estos años (lo de los gobiernos panistas de Fox y Calderón) fueron esfuerzos tímidos para hacer cambios de carácter económico y mínimas ideas de cómo atender la desigualdad y la pobreza en el país.
“Esto se conversó en el 2012, cuando hicimos un planteamiento para poder regresar y construir la segunda alternancia. Reconocimos que teníamos que construir, como una de las primeras piedras en nuestro país, los dos igualadores sociales que hay en el mundo: trabajo y educación.
“En ese entonces se planteó la posibilidad de construir lo que coloquialmente hoy se conoce como el Pacto por México. Un Pacto similar al de la Moncloa en el que se incluyeran las principales fuerzas políticas del país, que parecían no ponerse de acuerdo y obstruir cualquier cambio” subrayó.
Es así que dentro de este nuevo marco de acción conjunta de las fuerzas políticas nacionales, se promueven las reformas del trabajo, la educativa, la de telecomunicaciones, la financiera, la de transparencia y la hacendaria y fiscal así como la política y la energética.
“( En este contexto)… el Pacto por México es un gobierno de coalición no legalizado, y podría ser en buena parte, la base de la necesidad que tienen todas estas fuerzas políticas de encontrar un espacio legítimo y legal para trabajar sobre las coincidencias, de tal suerte que el país salga ganando, y eso vendría siendo un gobierno de coalición opcional.
“En el tema de energía de lo que se trata es de cambiar el paradigma. En México la energía ha sido consentida para la recaudación del gobierno y el nuevo paradigma debe ser que la energía tiene que utilizarse para la competitividad”, concluyó Beltrones.
El asunto es que este no es un tema nuevo para el sonorense. Ahí están sus planteamientos a lo largo del sexenio anterior cuando, siendo sin ninguna duda el personaje de mayor influencia –catalizador de las grandes negociaciones del régimen–, promovió la reforma del Estado que entre sus puntos centrales planteaba la necesidad de ir a gobiernos de coalición como una alternativa para sumar a las fuerzas políticas en decisiones nacionales de largo plazo.
Y terminar así, de una vez por todas, con la dispersión y el caos en que se han manejado en México las políticas públicas –unas dentro del llamado nacionalismo revolucionario, o en el abierto populismo y otras más en el neoliberalismo–, quizá desde su independencia, y sin duda desde la Revolución.
EL INE VA
En cuanto a si la creación del Instituto Nacional de Elecciones (o electoral) va, el presidente del PRI César Camacho reconoció que existe una oposición de gobernadores –muchos de ellos del PRI–, a esta propuesta.
Y dio lo que sería la solución: el INE sería un instituto electoral nacional robusto que planearía y operaría todos los procesos electorales en el país pero teniendo como contrapesos a los tribunales electorales estatales.
Así habría una compensación entre instancias locales con una nacional, dijo al afirmar que la reforma política saldrá adelante porque es un acuerdo entre el PRI, PAN y PRD y porque es necesario aprobarla para dar paso al debate y aprobación luego de la reforma energética.
MURIÓ LA QUINA
Con la muerte de Joaquín Hernández Galicia, La Quina, prácticamente concluye la era de los líderes sindicales de la postrevolución. El ex dirigente petrolero fue contemporáneo de Fidel Velázquez, Carlos Jonguitud, Napoleón Gómez Sada y toda una camada de sindicalistas surgida de los inicios del PRI, es decir de los 30 o 40 del siglo pasado.
Muy disminuido política y económicamente por el golpe que le propinó Carlos Salinas y muy diluido ante una sociedad que vive hoy dentro de una dinámica que hace que los hechos sobresalientes ocurridos durante la mañana se pierdan frente a los de la tarde y la noche, La Quina murió siendo prácticamente un desconocido para la mayoría de los mexicanos.
Hoy quizá ya sea intrascendente, pero este hombre tuvo un poder tal que le hizo pensar a él y a otros muchos, que podría definir el rumbo de la elección presidencial de 1988. Sin duda su influencia y control dentro del gremio petrolero, y con ello del control regional en Tamaulipas, Veracruz, Campeche y otros estados, hizo mella en aquellos comicios.
La Quina era considerado como el gran cacique en Tampico y llegó a dominar absolutamente a Pemex. Se va con él un estilo y una época, pero le sobrevive un sistema sindical corrupto y patrimonialista.