Guerra de acusaciones
¬ Augusto Corro viernes 1, Nov 2013Punto por punto
Augusto Corro
Sin darle vueltas al asunto, la hermana de Calderón, Luisa María, senadora panista, acusó al gobernador de Michoacán, Fausto Vallejo, “de tener un hijo vinculado al crimen organizado”. Por su parte, el mandatario michoacano declaró que demandaría a la legisladora por difamación.
Ya en otras ocasiones, la blanquiazul había señalado la influencia del narco en los políticos de aquella entidad.
Los panistas fueron derrotados en las últimas elecciones para cambiar gobernador. Precisamente, Luisa María participó como representante del Partido Acción Nacional (PAN).
No le valió el apoyo de su poderoso hermano. Desde entonces, la guerra de acusaciones entre panistas y priístas se volvió cotidiana.
Esta vez con los hechos violentos registrados en Michoacán se volvió a hablar del gobierno fallido de Fausto Vallejo, quien tuvo que ausentarse del cargo, debido a un trasplante de hígado. En una reunión para analizar la situación actual de aquella entidad, Luisa María no tuvo empacho en afirmar que uno de los hijos del mandatario estaba inmiscuido en el crimen organizado.
También reiteró que el propio Fausto Vallejo ganó la gubernatura gracias a un acuerdo previo con el narcotráfico. Por su parte, el mandatario estatal manifestó que “está harto de las posturas de la panista, quien no supera que la haya vencido en la contienda por la gubernatura”.
Alguien tendrá que sacarnos de las dudas. ¿Quién miente, Luisa María o Fausto?
No es la primera vez que se señala a un político con familiares vinculados al narco.
Cuando Leonel Godoy se desempeñaba como gobernador, su hermano Julio César fue acusado de tener relaciones con “La Familia Michoacana”.
El escándalo fue mayúsculo porque se trataba de un diputado perredista señalado como “lavador” de dinero de la delincuencia organizada.
A pesar del escándalo, Julio César fue desaforado y desapareció de la escena política. La policía todavía lo busca. Eso queremos pensar.
Como se ve, la violencia verbal en Michoacán se suma a la intranquilidad e inseguridad que priva en el estado.
Por otra parte, la Iglesia católica apoyó las declaraciones de su obispo en Apatzingán, quien dijo que por la inseguridad y la violencia que se vive en Tierra Caliente, Michoacán tiene las características de un “estado fallido”. Y no sólo en Tierra Caliente se vive en la zozobra, en otras regiones de esa entidad, los michoacanos son víctimas de las acciones de la delincuencia organizada que incursiona en los secuestros, la extorsión y los asesinatos.
Es total la incertidumbre que viven los michoacanos ante la incapacidad de las autoridades para erradicar la violencia que crece cada día.
JUICIOS INJUSTOS
A raíz del indulto al maestro indígena Alberto Patishtán, Amnistía Internacional (AI) se pronunció por una revisión completa de casos que apunten a juicios injustos. Consideró que la liberación del indígena debe ser el primer paso para analizar asuntos similares y adoptar medidas que pongan un alto a la discriminación y la desigualdad.
Al señaló que los responsables de impartir justicia en el caso de Patishtán debe ser llamador a rendir cuentas, toda vez que se ha comprobado la serie de errores que cometieron en el proceso. También manifestó que el caso del indígena es sólo un ejemplo de un patrón que continúa luego de ser acusado de un crimen que no cometió.
Entre otros errores de la justicia, el acusado no tuvo acceso a un abogado defensor competente, a un fiscal independiente o a un juez imparcial. De tal manera, que Patishtán fue condenado a 60 años de cárcel. Alcanzó la libertad después de 13 años de prisión.
¿Quiénes fueron los jueces corruptos que se burlaron de la ley? ¿Obedecían alguna consigna política? Quedan aún muchas preguntas sin respuesta.