¿Y qué sigue?
¬ Augusto Corro martes 29, Oct 2013Punto por punto
Augusto Corro
Se recrudeció la violencia en Michoacán con ataques a las instalaciones de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Hombres armados arrojaron bombas “molotov” (caseras) contra las subestaciones de la mencionada empresa que provocó apagones y caos en doce municipios michoacanos durante todo el domingo. También incendiaron seis gasolinerías, cuatro de ellas en Morelia.
El sábado, grupos de autodefensa intentaron “tomar” la ciudad de Apatzingán con su respectiva dosis de violencia.
En general, cerca de medio millón de michoacanos de diversos municipios se quedaron sin energía eléctrica.
En otras ocasiones nos hemos referido a la ingobernabilidad que existe en Michoacán desde que llegó al poder el gobernador Fausto Vallejo.
Al inicio de su gobierno, al mandatario se le agudizó su problema hepático y dejó el cargo para que le practicaran un trasplante de hígado.
Dejó el gobierno al garete en manos de Jesús Reyna García quien lejos de solucionar los problemas graves, le echó más leña al fuego. Hace varios días regresó Vallejo a continuar su encargo de gobernador y fue recibido con una escalada de violencia.
¿Y LA ENFERMEDAD?
En los diferentes medios se ha planteado la siguiente pregunta: ¿Realmente Vallejo se encuentra en las condiciones de salud óptimas para desempeñar el cargo de gobernador? El trasplante de hígado no es cualquier cosa y quienes han padecido esa enfermedad, lo primero que hacen es dedicarse a la vida privada a reestablecer su salud.
¿Cuáles fueron las recomendaciones de los médicos del mandatario estatal? Desde luego que la primera sugerencia fue la de llevar un reposo absoluto. Cualquiera lo haría, menos un político ambicioso como Vallejo.
¿Qué es más importante la salud o la ambición por el dinero y el poder? La conducta del gobernador nos lo dice claramente.
LOS CONFLICTOS
Los michoacanos tendrán que empeñarse en una lucha porque regrese a su bello estado la seguridad y consecuentemente la paz.
De esa entidad se apropiaron los cárteles de la droga para sembrar el caos y la violencia hace ya varios años. Entre los grupos de la delincuencia organizada más nombrados se encuentran “La Familia Michoacana” y “Los Caballeros Templarios”. Nadie ha sido capaz de erradicarlos.
En lo general, la sociedad michoacana ha padecido las acciones del crimen organizado que añadieron a sus actividades delictivas el secuestro y la extorsión. Sometida por los cárteles de la droga, Michoacán espera que alguien llegue a salvarlo.
Desde luego, ese salvador no será Vallejo. No en el presente, porque a su regreso, el mandatario tendrá que partir de cero en una administración que Reyna García dejó desorganizada.
AYUDA DEL CENTRO
El gobierno federal deberá darle una importancia mayúscula a lo que se registra en Michoacán. Serán necesarias las decisiones definitivas para que alguien vaya a la entidad mencionada a ayudar a Vallejo a enderezar la nave.
El interino Reyna García no pudo con el paquete y Michoacán no resistirá más violencia e inseguridad.
Los actos registrados este fin de semana deben influir en el ánimo de las autoridades federales para un solo propósito: terminar de una vez con la pesadilla de la inseguridad.
Claro, son medidas que urgen. No más ingobernabilidad que permita a la delincuencia organizada aterrorizar a la población.
Michoacán se encuentra en el ojo del huracán de la violencia y su futuro es incierto, porque la ausencia de gobierno, lo único que propicia son más actos reprobables que alteran la paz pública. Esa entidad tiene ya varios años de vivir en la zozobra desde que empezaron actuar los cárteles de la droga. Calderón y su guerra fallida solo propiciaron mayores problemas. ¿Qué sigue?