Lecciones de McDonald’s
¬ Juan Manuel Magaña jueves 24, Oct 2013Política Spot
Juan Manuel Magaña
Qué resistencia civil ni qué ocho cuartos.
McDonald’s, como seguramente muchas otras firmas, harán lo que tengan que hacer para no ser unos de los perdedores con la reforma fiscal.
La famosa firma de hamburguesas se prepara desde ahora, cuando aun la mentada reforma pasa por el Senado para su acabado probablemente final, para eludir “los efectos negativos” que tendrá, de aprobarse, el impuesto especial de un peso por litro de refresco.
En plena conferencia de prensa, el director de Comunicación Corporativa de McDonald’s, Félix Ramírez, anunció que la cadena de hamburguesas ya analiza en qué porcentaje aumentará el precio de sus productos.
Los cálculos expresados por el ejecutivo, que reflejan las motivaciones de la firma, son toda una lección de pragmatismo no sólo económico sino político.
De entrada, descarta que un aumento a sus productos propicie un menor consumo en su cadena, debido a la fidelidad de sus consumidores cautivos.
En el caso de los refrescos, el ejecutivo explica que “nos dicen que en países donde se han aplicado impuestos a los refrescos baja el consumo los primeros dos meses y luego vuelve a ser igual. Y más en el mexicano que es parte de la dieta”.
En cambio advierte: “El tema de los impuestos sí va a tener un impacto sin duda en precios. Estamos viendo la mejor manera para que esto no suceda, pero de que va tener impacto lo va a tener”.
Así de sencillito, como dicen en el cono sur.
La firma confía con frialdad en lo que será: el impuesto no lo van a pagar los industriales, ni los comerciantes, sino un consumidor final que al principio va a encoger la mano, pero después se volverá a soltar.
Se cumplirá así lo que anticipamos aquí el lunes, lo que decía el coordinador de la bancada panista en el Senado, Jorge Luis Preciado: que el impuesto a la comida chatarra y a los refrescos a final de cuentas afectará a la mayoría de la población, pues esto no lo van a pagar los industriales sino que le será trasladado en el precio al consumidor.
Así va a ser con todo, según Preciado: “Todo lo que produzcan los empresarios de la bolsa y agropecuarios tendrán un precio del que al final sacarán el gravamen que ya les van a exigir”.
Estas firmas no necesitarán irse a la desobediencia civil para enfrentar lo que se avecina. Simplemente encarecerán la vida y listo, como ya lo anticipan. ¿Y quién va a pagar? ¿Y el principio de que pague más quien más tiene?
Escribimos también el lunes que “si algo estuvo cargado de demagogia fue lo de los refrescos y alimentos-chatarra. Se pretende recaudar apenas 12 mil 455 millones por el impuesto a los refrescos y sólo 3 mil 500 millones por gravar la comida chatarra. Pero se habla, como si fuera una hazaña, de que ya con eso se da la guerra a la obesidad”.
Hasta en eso el ejecutivo de McDonald’s da consejos. Sostuvo que aumentar los impuestos a los alimentos con alto contenido calórico no es el camino correcto para combatir la obesidad.
“Si con esto piensan que van reducir o combatir la obesidad, se ha probado en muchos mercados que no se logra así”.
Lo mejor es hacer campañas “fuertes” de orientación y educación para cambiar hábitos alimenticios.