El desastre en Guerrero
¬ Augusto Corro lunes 21, Oct 2013Punto por punto
Augusto Corro
En la presente semana se conocerán los resultados de las investigaciones sobre el desastre que dejaron las lluvias en el estado de Guerrero, principalmente en Acapulco.
La corrupción y la negligencia gubernamental y empresarial fueron factores determinantes para que “Manuel” provocara la devastación en aquella entidad.
Debido a las influencias políticas, las constructoras consiguieron permisos para desarrollar proyectos habitacionales en zonas prohibidas. El problema empezó a gestarse hace varios años cuando se registro el “boom” inmobiliario en Acapulco, entre 2003 y 2008.
Nadie se preocupó de prohibir o negar los permisos para que se construyera en zona de manglares sin las medidas preventivas adecuadas. México, nos cansamos de decirle, es paso de huracanes y las experiencias que éstos nos dejaron no han sido aprovechadas.
En varios estados los ciclones se convirtieron en verdaderas fenómenos destructores porque la prevención no funcionó.
Si el problema de las lluvias y las inundaciones fue desastroso en Acapulco y en otras ciudades importantes en esa entidad, para los habitantes de La Montaña guerrerense, la tragedia fue mayúscula.
Las lluvias provocadas por “Manuel” aislaron a pueblos enteros que tuvieron que padecer la falta de agua y alimentos.
LA RESPONSABILIDAD
Se había dicho que se efectuarían investigaciones para determinar la responsabilidad de los diferentes actores que no previnieron el desastre. Claro, las empresas constructoras tendrán, necesariamente, que dar la cara. La corrupción jugó un papel muy importante.
Los alcaldes acapulqueños autorizaron los permisos para construcción sin medir las consecuencias. ¿Cómo se tratará a esos corruptos? ¿Borrón y cuenta nueva?
En fin, vamos a esperar las investigaciones de las autoridades que nos darán los nombres de aquellos gobernadores y alcaldes que se dejaron tentar por la corrupción. Claro, se sabrá quienes fueron los corruptos, pero lo más importante será saber que elementos propiciaron el desastre, para evitar que estos se repitan ante la furia desatada de los ciclones.
LAS IRREGULARIDADES
Entre los presuntos responsables de la tragedia se mencionó al actual gobernador Ángel Aguirre, quien permitió construcciones en terrenos que no contaban con el uso del suelo adecuado.
Al realizarse las investigaciones sobre los responsables del desastre, presuntos funcionarios responsables se lavaron las manos.
Tal es el caso del ex mandatario estatal, Zeferino Torreblanca, quien señaló que el Plan Director Urbano de Acapulco de 1998 fue usado discrecionalmente para otorgar licencias de construcción.
Funcionarios públicos y empresas propiciaron la corrupción que dejó el terreno preparado para que los ciclones se encargaran de producir devastación y muerte.
Las tragedias derivadas de las lluvias y las inundaciones se repetirán año con año y no terminarán hasta que tomemos conciencia real de los errores del pasado para frenar las acciones demoledoras de los fenómenos naturales.
LA POBREZA
Como señalamos arriba, los resultados de las investigaciones del desastre tendrán que ser muy profundas. Las lluvias y las inundaciones registradas no solamente en Guerrero, sino en varias entidades, volvieron a mostrar el México pobre de siempre.
Viviendas humildes anegadas o destruidas y sus habitantes sin cobijo alguno, nos reafirmaron que en los últimos años nuestro país no estuvo en los caminos del progreso.
Los huracanes exhibieron la miseria de millones de mexicanos. Nunca será tarde para reconstruir México, pero tendrá que partir de bases sólidas para evitar la repetición anual de las tragedias.
Tendrá que irse a fondo en la reparación de los daños y en el castigo a los responsables que por corrupción, ambición y omisión propiciaron el desastre.
No es posible que año con año los daños por las lluvias se multipliquen y los más afectados sean los moradores de viviendas pobres.