Equidad de género
Ramón Zurita Sahagún martes 15, Oct 2013De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
La propuesta presidencial de equilibrar las candidaturas para el Congreso de la Unión en un 50 por ciento entre hombres y mujeres, parece ser una buena medida que logre la tan anhelada equidad de género.
Es una demanda que vienen planteado desde hace varios lustros mujeres combativas que no se han dado por vencidas ante la resistencia de los dirigentes de los distintos partidos. Si bien es cierto que en los años recientes se ha equilibrado la balanza entre los candidatos hombres y mujeres al Congreso de la Unión, continúan siendo amañadas dichas nominaciones.
Los partidos cumplen con el requisito de postular al porcentaje de mujeres que les marca la ley, pero en muchos de los casos lo hacen en distritos en que saben que la competencia es alta y que sus candidatas cuentan con escasas posibilidades de éxito. Por eso, el balance entre diputados y diputadas y senadores y senadoras no es similar al de las postulaciones. Con todo y ello, el avance de las mujeres en cuanto a candidaturas al Congreso de la Unión es sustanciosa comparativamente con las nominaciones que se hacían en la última década del pasado siglo.
Pero las mujeres han avanzado en ese terreno, ya que en otros más siguen siendo relegadas.
Las candidaturas de mujeres a los gobiernos estatales continúan siendo pocas y mucho menos las que han ganado una elección para gobernar un estado.
Desde que en 1979 Griselda Álvarez Ponce de León se convirtió en la primera mujer gobernadora en la historia del país (ella sí surgida de las urnas) solamente otras tres mujeres lo han conseguido: Beatriz Paredes Rangel, Tlaxcala; Amalia García Medina, Zacatecas, e Ivonne Ortega Pacheco, Yucatán. Las otras mujeres gobernantes surgieron de los interinatos con son los casos de Dulce María Sauri Riancho, Yucatán, y Rosario Robles Berlanga, Distrito Federal.
Es decir, en los últimos 34 años, cuatro mujeres ganaron una elección para gobernar un estado y dos más fueron designadas para gobernar otra entidad, lo que da un total de seis mujeres en las 32 entidades del país. Dos gobernaron Yucatán (una electa y otra interina), una más Tlaxcala, Zacatecas, Distrito Federal (interina) y la primera que correspondió a Colima.
El número de mujeres postuladas puede considerarse amplio, pero la realidad es que la mayoría de ellas compitió con pocas posibilidades de triunfo, ya que el partido que las postuló tenía escasa presencia en la entidad.
Igual sucede con las aspirantes a la Presidencia de la República, las oportunidades de triunfo han sido escasas. Tal vez la mejor posicionada ha sido Josefina Vázquez Mota, postulada por el partido gobernante (PAN) en 2012, pero cuyos bonos se encontraban en descenso. Las otras, como Marcela Lombardo, Rosario Ibarra, Cecilia Soto y Patricia Mercado nunca fueron consideradas con posibilidades de triunfo.
Si a ello se agrega que las mujeres integrantes del gabinete presidencial también se cuentan con los dedos, se verá que la equidad se encuentra alejada de la realidad en el país. Desde que Rosa Luz Alegría se convirtió en la primera mujer que conformó el gabinete presidencial, como secretaria de Turismo, otras mujeres como Victoria Adato Green, procuradora del Distrito Federal (la dependencia formaba parte del gabinete presidencial); María de los Ángeles Moreno, Pesca; María Elena Vázquez Nava, Contraloría; Rosario Green Macías, Relaciones Exteriores; Julia Carabias Lillo, Medio Ambiente; Norma Samaniego, Contraloría; Silvia Hernández, Turismo, durante los gobiernos emanados del PRI. La llegada de los panistas tampoco mostró variación entre la correlación de nombramientos de hombres y mujeres en el gabinete: María Teresa Herrera Tello, Reforma Agraria; Leticia Navarro Ochoa, Turismo; Josefina Vázquez Mota, Desarrollo Social; Ana Teresa Aranda, Desarrollo Social; Patricia Espinosa Cantellano, Relaciones Exteriores; Beatriz Zavala Peniche, Desarrollo Social; Georgina Kessel Martínez, Energía; Josefina Vázquez Mota, Educación Pública; Gloria Guevara, Turismo; Rosalinda Vélez, Trabajo y Marisela Morales, Procuraduría General de la República.
El regreso del PRI a la Presidencia de la República no mostró mayor novedad en la integración de las mujeres al gabinete: Rosario Robles Berlanga, Desarrollo Social; Mercedes Juan López, Salud y Claudia Ruiz Massieu, Turismo.
Como se advierte, las secretarías de Desarrollo Social y Turismo son las más recurrentes para mujeres con cuatro de ellas designadas en la primera de ellas y cinco más en la segunda. Otras áreas ocupadas más de una ocasión por mujeres han sido la Contraloría (desaparecida) y Relaciones Exteriores con dos mujeres en el cargo. Pesca que fue incorporada a la Secretaría de Medio Ambiente, también cuenta con dos mujeres ocupantes del cargo. De los presidentes que han dado mayores posiciones a las mujeres destaca el panista Felipe Calderón Hinojosa con un total de siete, mientras que Miguel de la Madrid y José López Portillo solamente tuvieron una cada uno.
Por eso, la importancia de la iniciativa presidencial para regular y equilibrar las candidaturas de hombres y mujeres en un porcentaje igual al 50 por ciento de cada género resulta de importancias primordial, pero también debiera instrumentarse un método para mayores oportunidades dentro de la administración pública federal y los otros espacios del servicio público.
¿CONFLICTO A LA VISTA?
Parece una cosa menor el que en 43 de las 13 mil escuelas públicas de Oaxaca fueran rechazados los profesores de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, pertenecientes a la sección 22 que se presentaba a laborar.
El rechazo se hizo por encontrarse ocupados sus lugares por profesores de la sección 59 que han venido desarrollando esas tareas. Sabiendo de cómo se las gastan los de la CNTE, el conflicto se avecina, a no ser que se les mantengan los salarios y privilegios aún sin laborar.