Pateando al mensajero
¬ José Antonio López Sosa viernes 4, Oct 2013Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Los policías llegaron a la manifestación del 2 de octubre pasado con toletes, escudos antimotines y protectores en sus piernas. Los autodenominados anarquistas llegaron con pañoletas, petardos, piedras y palos. Los reporteros llegamos con nuestras libretas, cámaras, micrófonos y la responsabilidad de informar.
Como pudimos ver a lo largo de las horas, las detenciones fueron aleatorias y se dejó ir impunemente a los principales agresores, entre los más golpeados, robados y vulnerados en sus derechos estuvieron decenas de colegas periodistas que tan solo cumplían con su responsabilidad, la policía capitalina dejó ir a los responsables y detuvo por detener.
Ya es costumbre lamentablemente en nuestra sociedad mexicana que los reporteros sean la parte más delgada del hilo de las violaciones a los derechos humanos.
Lo que concluimos es que la inteligencia de la policía capitalina es nula, desde el momento que las autoridades detienen y golpean reporteros en lugar de delincuentes, estamos claros que se trabaja con un esquema silvestre con nula capacidad profesional desde el ámbito policial.
La policía necesitaba detenidos, de eso estamos claros. Lamentablemente como casi siempre, hicieron mal su trabajo y no detuvieron a quien tenían que detener, así de sencillo.
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