La grilla perredista
¬ Augusto Corro viernes 27, Sep 2013Punto por punto
Augusto Corro
Los perredistas se preparan para el cambio de la presidencia de su partido en marzo del próximo año. Por ahora, son tres los precandidatos que buscan la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática (PRD): Marcelo Ebrard Casaubon, Carlos Navarrete y el ex senador Carlos Sotelo.
Navarrate, actual secretario del Trabajo y Fomento al Empleo, anunció que dejará su cargo a finales de septiembre con el propósito de contender por la presidencia de su partido.
Ebrard busca la dirigencia perredista apoyado en su Movimiento Progresista una corriente política más en el PRD.
La lucha política en el interior del partido amarillo será intensa y definitiva para el ex jefe del gobierno capitalino. Si no logra el triunfo se complicará su situación como candidato a la presidencia de la República en 2018. Deseo que hace público siempre que tiene la oportunidad de hacerlo. El ex senador Sotelo, con las mismas ambiciones de sus adversarios, es menos conocido en las filas perredistas. Su inclusión en la competencia será una manera de perder el tiempo inútilmente.
El enfrentamiento real lo escenificarán Ebrard y Navarrete. El primero apoyado en la experiencia de su trayectoria política. El segundo protegido por los “dueños” del PRD: los “Chuchos”: Jesús Ortega y Jesús Zambrano.
Los “Chuchos” están decididos a no ceder el poder. Sus divergencias con Ebrard se agudizaron en los últimos meses, entre otras cosas por la política equivocada de Zambrano.
Sin embargo, como los “Chuchos” citados se sienten los propietarios del partido, no permitirán que un adversario como Ebrard les anule sus privilegios y sus negocios personales.
UN PARTIDO DIVIDIDO
Como se sabe la izquierda mexicana nunca ha sido ejemplo de unidad. Sus líderes siempre están en pugnas constantes por el poder. La historia del PRD no podría ser ajena a esa guerra entre sus tribus. En el presente, grupos encabezados por el impresentable René Bejarano son los principales obstáculos para los “Chuchos”. Esta presión política tiene dividida profundamente a los amarillos. Y como si no fuera suficiente con sus luchas internas, el PRD sufrió una sacudida importante cuando Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores se alejaron del partido del sol azteca para fundar el Movimiento de Reconstrucción Nacional (Morena).
A raíz de esa sangría política, en el PRD se sobrevive gracias a las maniobras de sus dirigentes. Su fracaso en las elecciones de julio pasado comprobó la caída que sufrió el partido amarillo. Ocupó la tercera posición después del PRI y del PAN.
¿PODRA EBRARD?
Como se ve la situación al interior del PRD, Ebrard no tendrá momentos de placer en la guerra interna para alcanzar la presidencia del partido. Los “Chuchos” son huesos duros de roer. De ahí la importancia de la participación de Ebrard en la contienda por la dirigencia perredista. ¿Qué tanto poder tiene Ebrard para doblegar a sus adversarios políticos, principalmente a los “Chuchos”?
Desde que dejó el poder el ex jefe del gobierno capitalino no ha tenido la oportunidad de realizar acciones que le favorezcan la atención del electorado. El pasado 29 de agosto, en una reunión con diputados y alcaldes electos en Puebla, Ebrard anunció su participación en la renovación política de su partido y afirmó su interés por convertirse en candidato del PRD a la Presidencia de la República en 2018. Antes ese partido tiene que trabajar arduamente para hacer un papel importante de la izquierda en las elecciones intermedias en el 2015.
La lucha por el poder apneas empieza en el PRD. Como el conjunto de tribus difícilmente se ponen de acuerdo (es la naturaleza de la izquierda) se espera un mayor deterioro a la imagen del partido.
Feliz fin de semana