Hoyo sobre hoyo
¬ José Antonio López Sosa jueves 26, Sep 2013Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
Yo no se usted, pero no alcanzo a entender muchas cosas que suceden en nuestra muy noble y leal ciudad de México.
De pronto pareciera que quienes se encargan de gobernarnos o prestarnos ciertos servicios públicos no piensan o bien, se dedican única y exclusivamente a atender lo que comúnmente llamamos “bomberazos” (entiéndase atender emergencias de último momento); es más, creo que se han hecho especialistas en trabajar al minuto y sin planeación alguna.
Alguna vez ha notado que de pronto pavimentan o repavimentan una calle, le quitan los baches y hoyos metiendo por lo general material que tan sólo durará un año (cuando más) pero al fin y al cabo queda planito y bonito; después tardan más de 2 o 3 semanas en pintar las “rayitas” que dividen los carriles, cuando por fin llega el momento esperado y la calle o avenida quedó reluciente entonces alguien –llámese Telmex, Gobierno del DF, delegación política, CFE, Petróleos Mexicanos, comienza a abrir un brecha (o sea, otro hoyo) sobre nuestra esplendorosa calle.
Abren para meter ductos, cables, transformadores, qué se yo, siempre hay algo que deban meter pero después que la calle o banqueta estaba recién remodelada.
Evidentemente la calle queda parchada por completo y de nada sirvió el haberla dejado supuestamente reluciente.
Las dependencias y autoridades siempre tienen pretexto para hacer y además, la protección de la ley porque “en ningún momento la violamos” (así contestan), pero como siempre, todo queda mal hecho, se gasta dinero brutalmente y seguimos teniendo calles del tercer mundo.
No existe —hasta donde yo sé— un manual de procedimiento para la remodelación de calles para que trabajos subterráneos de cualquier especie se hagan ANTES Y NO DESPUÉS de que se repavimenta una calle o inclusive una banqueta.
Dése a la tarea de observar cuántas y cuántas calles en la capital del país padecen de este problema, cuántas recién remodeladas tienen hoyos ya hechos y cuántas tienen planeación para este tipo de situaciones.
No diré más, usted vea y juzgue; nuestras autoridades ojalá usen lentes con gran aumento para que no pierdan de vista este fenómeno urbano que nos tiene verdaderamente “amolados” como ciudad en todo lo que el término comprende.
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