La Estrella, estrellada
¬ José Antonio López Sosa lunes 23, Sep 2013Detrás del Poder
José Antonio López Sosa
¿Quién no conoce la colonia Estrella?, se trata de una añeja zona al norte de la ciudad de México, cerca de la Basílica de Guadalupe.
Esta zona, cuyas calles llevan nombres de emblemáticas piedras, resultaba hasta hace algunos años una de las más tranquilas y apacibles para vivir al norte de esta metrópoli, clasemediera de nacimiento, alberga casas grandes y antiguas, así como edificios nuevos llenos de departamentos, un gran parque al centro de su geografía y algunas calles con camellones y palmeras la hacen un sitio con la clásica estructura urbana capitalina. De paso, comento que allá por la calle de Joyas, se encuentra lo que considero el mejor restaurante oaxaqueño de la ciudad, el original Tanguyui.
Pero volvamos al tema inicial, cualquier capitalino sabe o ubica esta colonia, para su mala fortuna, está dentro del perímetro de la delegación Gustavo A. Madero, por lo que la seguridad pública y los servicios tienden a ser un poco complicados. Toco hoy día el tema de esta colonia porque tres personas distintas me han platicado sobre asaltos a plena luz de día en la zona. No se crea que asaltos a mano armada o secuestros exprés, simplemente los tres casos han sido mujeres que caminan por las calles y de pronto pasa alguien corriendo o en bicicleta y les arrebata el bolso, forma sencilla de robar ¿no?, evidentemente que no hay patrulla a la redonda, por lo que el auxilio instantáneo es imposible, pese a que en una de las avenidas principales se sitúa un módulo de policía para vigilancia vecinal, además que está a escasas cuadras del edificio delegacional.
La colonia Estrella se estrella cada vez más, se estrella contra la inseguridad, contra la burocracia y sobre todo contra la delincuencia que se le escapa de las manos tanto a la delegación como al gobierno, en este caso a la Secretaría de Seguridad Pública, por lo que debe conocer perfectamente la problemática de la zona.
Los vecinos viven con el temor que un buen día, algún amigo de lo ajeno los victimice; es sorprendente como un barrio tan tranquilo y tan amigable dentro de la ciudad de México, se esté convirtiendo en una zona ruda e insegura ante el silencio de la autoridad.
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